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Beethoven concluyó su Trío en Si bemol Mayor, conocido por el subtítulo “Archiduque”

29 de marzo de 2013

En los siglos pasados, cuando los compositores no tenían leyes ni instituciones que garantizaran su subsistencia mediante la retribución de su trabajo creador, la vida de esos artistas dependía, en gran medida, de la protección que recibieran de aristócratas o acaudalados personajes que ayudaban, de alguna forma, a sus compositores favoritos. Esos protectores eran, en realidad, mecenas aficionados al arte que dedicaban algo de su dinero y de su influencia para salvar de la miseria a aquellos artistas cuya obra o amistad les interesaba conservar. Y, como es sabido, Beethoven tuvo protectores de alto rango, entre los que se destacaron el conde Lobkowitz, el príncipe Kinsky y el archiduque Rodolfo de Austria, hijo del emperador Leopoldo II y medio hermano de quien se convertiría, a la muerte de su padre Leopoldo, en el emperador Francisco II.
Y de todos esos aristócratas, el que más incidió en la vida y la obra de Beethoven fue el archiduque Rodolfo, pues aunque toda la familia real sentía gran interés por la personalidad y la música de Beethoven, el archiduque manifestó una especial atracción por el talento beethoveniano, al extremo de que fue, durante seis años, alumno de piano y composición del famoso músico alemán.
Beethoven, por su parte, agradeció el interés y la ayuda de Rodolfo, no sólo ofreciéndole su amistad, sino dedicándole algunas de sus obras.
Al archiduque Rodolfo de Austria dedicó Beethoven su Cuarto y Quinto Conciertos para piano; la ópera Fidelio; la Sonata para piano Op. 111; la Sonata para violín y piano, Op.96; una Misa escrita especialmente para la proclamación de Rodolfo como Arzobispo de Olmütz y un Trío en Si bemol Mayor que ha pasado a la historia de la música con el subtítulo de “Trío Archiduque”.

Dicho Trío, para violín, cello y piano, es una obra extensa que forma parte de la mejor producción de cámara escrita hasta nuestros días. Se trata de una música llena de afecto, lirismo y nobleza, y está dotada de un excelente material temático y una escritura magistral.
Y es tanta la estimación que sienten los músicos por este Trío, que ningún gran solista del violín, el cello o el piano rehusaría tocarlo, aunque tenga que compartir la supremacía artística con otros colegas.
El Trío en Si bemol Mayor, que ocupa el opus 97 en el catálogo beethoveniano, fue terminado por el compositor, hace 197 años, UN DIA COMO HOY.