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Zoila Gálvez: claves para su rescate

19 de marzo de 2020

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A propósito del aniversario 120 del nacimiento de Zoila Gálvez, el pasado mes de septiembre, la soprano Johana Simón dedicó un recital a la memoria de nuestra artista en la Casa Museo Simón Bolívar, del centro histórico de La Habana. Una joven carismática y llena de talento rendía tributo a una leyenda. No obstante, todavía creemos que el maleficio del olvido persigue a Zoila Gálvez desde su natal Guanajay hasta otros puntos de la geografía nacional.

Cometeríamos el feo error del absolutismo si afirmamos que la actual generación –por ejemplo, los nacidos después de la década del ´80– conoce quién fue aquella mujer que el mismísimo Don Fernando Ortiz calificó de “auténtica y suprema”. Pero una “muestra” sencilla nos da la razón. Los más cercanos al arte la identifican como una simple cantante y otros asocian su nombre con la Casa de Cultura de Guanajay. Entendemos entonces que de una manera u otra, todos hemos colaborado con la peligrosa desmemoria.

Detenerse en su carrera, analizar con profundidad cada una de sus contribuciones al género que defendió, investigar sobre su vida… constituye para los estudiosos de Guanajay y de todo el país una tarea más que pendiente. Desconozco si un libro –al menos uno– se aproxime a su figura o algún evento musical la evoque. Para colmo, son escasas las grabaciones de la diva. Ni tan siquiera Youtube, el famoso canal de videos en Internet, archiva su música.

Según nos recuerda el investigador Leonardo Depestre “el hecho de no haber sido Zoila Gálvez una cantante del género popular, sino de música de conciertos, en absoluto limitó su realización profesional, aunque sí el alcance de su difusión en los medios, como suele suceder con quienes asumen la defensa de estos géneros. Relevante y prolongado durante varias décadas fue su quehacer educacional en el Conservatorio Municipal de Música de La Habana Amadeo Roldán y en la Escuela de Superación Profesional Ignacio Cervantes, del Consejo Nacional de Cultura, al igual que sus clases de técnica vocal para grupos de teatro musical y asesoría de la educación musical para los niños”.

Para quienes saborean los datos y con estos se convencen mejor, le decimos que nuestra artista se presentó en los más exigentes escenarios cubanos e internacionales como el Town Hall y Carnegie Hall en Nueva York. Fue admirada y aplaudida en Francia, España y Estados Unidos. Su último concierto público lo ofreció el 12 de octubre de 1966, en el Palacio de Bellas Artes de La Habana y murió a los 86 años el 26 de noviembre de 1985, hace 34 años.

Fue fundadora de la Sociedad de Estudios Afrocubanos dirigida por Fernando Ortiz, y acreedora de importantes reconocimientos, entre estos, la Condecoración de Mérito Carlos Manuel de Céspedes con el grado de Dama, la Orden Nacional de Mérito Mambí, en rango y grado de oficial, la Distinción por la Cultura Nacional, y el título de Hija Predilecta, conferido en esa misma tierra donde nació el 19 de marzo de 1899.

El amigo Depestre publicó en la revista digital La Jiribilla el fragmento de una entrevista a la Gálvez que, sin saberlo ella, nos deja una gigantesca enseñanza:

Mi consejo para las figuras líricas que entre nosotros empiezan, es que se inspiren en las vidas de los grandes artistas del pasado, quienes, a pesar de lo que se sostiene, en muchos casos injustamente, dedicaron una gran parte de su existencia al estudio y superación cultural y educativa, llevando una vida de privaciones y sacrificios para mejorar y conservar sus facultades, no solamente para lucro y beneficio propio, sino para bien de la humanidad.

Una artista con estos principios, con una vida dedicada al servicio de la cultura, con un reconocimiento ganado a fuerza de talento, no puede ser omitida ni por esta ni por las generaciones que llegarán. ¿Un evento teórico sobre su figura? o ¿un encuentro musical con su nombre? Aquí debe nacer la idea para dignificar su luminoso nombre y el de tantos intelectuales guanajayenses.

Tengamos en cuenta que un pueblo sacudido por la indiferencia, termina sin alma.

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