Venerar a Haydée Arteaga
30 de abril de 2015
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Fotos de Alexis Rodríguez
La Casa de la Obra Pía, en el Centro Histórico de la capital cubana, fue el escenario perfecto para celebrar el centenario del natalicio de Haydée Arteaga, la Señora de los Cuentos, quien, a lo largo de varias décadas de empeños y esperanzas, ha convertido la palabra en la protagonista principal de su hermosa obra cultural.
Era en esa propia institución de la zona más antigua de la ciudad donde esta lúcida y activa narradora oral llevaba a cabo, por más de treinta años, su espacio Haydée y los niños, auspiciado por la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, en que centenares de pequeños descubrieron las diversas manifestaciones de la cultura.
Muchos de esos niños y niñas, hoy hombres y mujeres, asistieron a este encuentro, convocado por el Grupo Espacio Abierto y la Casa de la Obra Pía, en que, a través de cuentos, poemas y anécdotas, de música, teatro y danza, se exaltaban los aportes de Haydée al enriquecimiento espiritual de quienes, alguna vez, fueron sus alumnos.
En la otrora residencia de Don Martín Calvo de la Puerta, se reunieron la maestra Digna Guerra, con los miembros del Coro Nacional de Cuba; la realizadora de programas radiales Carmen Solar; la promotora cultural Nisia Agüero; el maestro titiritero Pedro Valdés Piña, y los compositores e intérpretes Edesio Alejandro y Chritian Alejandro.
La narradora oral mexicana Vivianne Thrion llegó especialmente desde su país para sumarse a este homenaje, en el que también participó, junto a grupos de danza y teatro integrados por niños y adolescentes, la periodista Gladys Egües, Premio Nacional de Periodismo José Martí por la obra de la vida.
La celebración servía, igualmente, para dar a conocer que la Cátedra Iberoamericana Itinerante de Narración Oral Escénica (CIINOE), fundada y presidida por el maestro Francisco Garzón Céspedes, anunciaba el otorgamiento a Haydée de la condición de Miembro Extraordinario de Honor de la Compañía de la Imaginación de la CIINOE.
“Los ancianos, coronados de canas, como los montes coronados de nieve, resplandecen –escribía, en 1882, el Héroe Nacional José Martí—. Hay tanto gozo en venerar como en ser venerable. (…) Es glorioso, y da anhelos de gloria, un anciano que ha vivido bravamente. Esos son monumentos que andan…”.
Haydée Arteaga, la Señora de los Cuentos, en el centenario de su natalicio, resplandece y recibe, gozosa y venerable, el justo y merecido homenaje por ser un monumento de la cultura insular, por ser el más fehaciente testimonio de que, como también afirmara el Maestro, la palabra tiene alas.
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