Trinidad se despierta cada día

20 de enero de 2022

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Cuba, Cultura, MINTUR, Oficina del Conservador de Trinidad y el Valle de los Ingenios, Patrimonio Mundial, Sancti Spíritus, Trinidad, UNESCO

Redacción: Equipo Habana Radio / Fotos: Alexis Rodríguez

 

 

Fue una gran oportunidad para un equipo de nuestra emisora visitar la hermosa Trinidad y constatar, disfrutar de sus bellezas arquitectónicas, naturales, culturales. Mucho se ha hecho por rescatar, mantener la ciudad para sus pobladores, para los visitantes tanto nacionales como foráneos. Esto ha sido posible gracias a los esfuerzos mancomunados de varias entidades del territorio. Una de ellas, la Oficina del Conservador, ha realizado grandes iniciativas para ubicar a esta villa en el lugar que realmente merece, como una urbe única no solo de Cuba sino de toda América Latina y el mundo. Sobre la labor de esta institución y otros temas nos habla Duznel Zerquera, director de la Oficina del Conservador de Trinidad.

 

Con tanta riqueza que tiene Trinidad desde el punto de vista patrimonial, arquitectónico, cultural, histórico y social, ¿cuáles son los principales retos que ahora mismo enfrenta la Oficina del Conservador de esta urbe?

La Oficina sobre todas las cosas tiene el gran reto del Valle de los Ingenios en un contexto en el que, sobre todas las cosas, se ha recuperado todo el elemento patrimonial de las grandes haciendas. Hay un proceso de integración muy coherente entre las entidades del turismo, las del patrimonio y sobre todo con la Oficina. Pero indudablemente hay que trabajar considerablemente con las comunidades rurales para que precisamente dentro de esa integración entre el desarrollo turístico que se está viendo en el marco de estos importantes lugares emblemáticos históricos y que hoy renacen dentro de la dinámica turística del Valle, esas comunidades no sean espectadoras de ese desarrollo que realmente logra integrarse dentro de un proceso de dinámicas económicas a partir de todos los procesos culturales que se dan en ella y que precisamente renuevan esas culturas locales como potencial para el desarrollo económico de su propio territorio; esa es una de las premisas fundamentales a trabajar hoy en la Oficina del Conservador con relación al Valle.

 

 

La ciudad es un elemento sobre todas las cosas bastante sostenido; es decir, es una ciudad que se sostiene a partir de su propia cultura. Es un elemento ya reconocido, no solamente del punto de vista patrimonial, sino ya desde el punto de vista de Ciudad Creativa. Ha sido reconocida por la UNESCO partir de los dos factores: desde el punto de vista patrimonial como Patrimonio Mundial, y desde el punto de vista de la creatividad como Ciudad Creativa de la UNESCO y Ciudad Artesanía del Mundo. Son elementos que ya posicionan a Trinidad en un contexto diferente. Y yo creo que sobre todas las cosas hay un reto: Es dar un salto de esa cualidad que hoy tiene la ciudad de Trinidad y lanzarla hacia el marco ya de una perspectiva, de un elemento único desde el punto de vista del Caribe que es la importancia que tiene la ciudad detenida en el contexto caribeño dentro de su arquitectura. Hay elementos que van hoy casi como en la dinámica propia de la vida de Trinidad, y que han sido sostenidos. Yo creo que precisamente ese gran reto de la Oficina en la ciudad es el salto a la cualificación de la urbe en otra perspectiva, en otro ámbito, no solamente local y nacional, sino en el ámbito internacional y sobre todo en el caso del área del Caribe. Hacia ahí trabajar en las ideas fundamentales de la Oficina del Conservador. Claro, esto asociado a las instituciones que trabajan de conjunto con la Oficina. Por sí sola es muy difícil lograr estos elementos que hoy podemos apreciar de la ciudad de Trinidad. Una institución por sí sola no puede lograr estos resultados si no hay una integración de conceptos, no solamente de la institución estructural, sino también del tema del turismo como un aliado fundamental para el desarrollo local, pero sobre todo una voluntad política para desarrollar estas estrategias que ponen de relieve lo que se está haciendo hoy en el marco de la protección del patrimonio, pero también la reactivación económica de este territorio.

 

Hablaba de un lugar muy importante. No se puede separar Trinidad del Valle de los Ingenios. Este último forma parte de todo el valor patrimonial que posee la ciudad, de altos valores naturales e históricos, por las haciendas y todo el entorno. ¿Cuál es el plan que tiene la Oficina para seguir potenciando el Valle de los Ingenios como un lugar patrimonial, sin disociarse del turismo e imbricando a las comunidades?

Precisamente ahí está el Plan de Desarrollo del Valle, que se inició en 2008. Se le dio la responsabilidad al Ministerio de Turismo. Para nosotros un beneplácito liderar el plan de reordenamiento del Valle y sobre todo, el plan de reactivación económica a partir de la decadencia de la industria azucarera que sucedió en 2004. La reactivación económica a partir de una nueva economía emergente, en este caso el turismo. Hoy nos complace muchísimo ver haciendas como Buena Vista donde podemos apreciar ya el avance que ha tenido este programa desde el punto de vista de la recuperación de ese patrimonio. En este 508 aniversario de Trinidad, otra de las entidades fundamentales en la recuperación del Valle lo fue Flora y Fauna, una institución que ha trabajado considerablemente en el rescate del lugar, sobre todo en la imagen del Valle, porque es un elemento eminentemente paisajístico. Recientemente esta empresa recuperó una de las haciendas más importantes que es El Abanico, un regalo para la ciudad en este nuevo aniversario.

 

 

Agradecemos considerablemente a las instituciones dedicadas al patrimonio; y agradecemos que empresas como esta, tanto del Turismo como otras asociadas, se interesen por la reactivación económica del territorio a partir de un patrimonio legado. Creo que esa integración que se ha logrado en la recuperación del Valle es un elemento clave para la reactivación económica. Un punto esencial es entonces propiciar este desarrollo a partir del quehacer realmente productivo del Valle, que debe ser eminentemente agrícola fundamentalmente, y que esa agricultura entonces favorezca el progreso del turismo y de los demás elementos que encadenan este proceso de desarrollo. Porque indudablemente este espacio rural no puede defenderse desde otra perspectiva que no sea desde una mirada agrícola de la explotación y la producción, sobre todo de alimentos, que es un elemento fundamental para la reactivación económica. Esos son los retos fundamentales en los que hay que trabajar hoy, y por supuesto, movidos a partir de un elemento cultural: el de las comunidades que en su momento tenían una tradición mono-productiva, dedicada fundamentalmente a la industria del azúcar. Hoy hay que trabajar en la formación de capacidades para lograr que partan de una cultura de la producción de alimentos en un contexto nuevo, en un contexto de integración hacia una nueva economía emergente como lo es el turismo. Esos son elementos fundamentales y en los que hay que trabajar en este Plan de Desarrollo Integral del Valle.

 

 

Hoy nos quedan todavía algunas haciendas; se ha ido avanzando cada año en la recuperación de las haciendas como elemento dinamizador del contexto de estas comunidades. Nos queda Delicia, nos queda todavía algunas haciendas de La Pastora que tenemos que trabajar, pero creo que hemos ido avanzando todos los años en la recuperación de un patrimonio que hoy pone de manifiesto la integridad en el quehacer por la recuperación de ese patrimonio, y sobre todo la reactivación económica en un contexto como este en el que se puede lograr cosas importantes y de beneficio no solo para el país, sino para el entorno local.

 

Lo apuntaba: la comunidad es esencial dentro de este plan integrador del Valle de los Ingenios, y no solamente aquí, sino en la ciudad toda. En el rescate de costumbres, de usanzas antiguas que, de cierta forma, hay que mantenerlas, rescatarlas, seguirlas cultivando en el presente. La Oficina del Conservador de Trinidad – como todas las pertenecientes a la Red de Oficinas del Historiador y el Conservador de la isla – tiene también ese patrimonio inmaterial muy en cuenta. ¿Cómo lleva adelante la Oficina del Conservador de Trinidad esta defensa? Por ejemplo, puede hablarme de las tonadas trinitarias que sabemos que ya están haciendo el expediente para declararlas Patrimonio Inmaterial de nuestro país.

 

 

Es importante cuando trabajamos el concepto patrimonial. Así no lo enseñó Eusebio Leal y así nos lo han enseñado los grandes maestros de la conservación en Cuba. Pero en todo lo que nos han transmitido – desde la gestión de los Centros Históricos hasta otros temas –, una idea esencial para ellos, y por supuesto para nosotros, es que el elemento patrimonial más importante es el ser humano. Cuando hay una cultura asociada a un patrimonio, pues lo elemental se conserva que es su arquitectura. Porque la arquitectura es la petrificación de esa cultura y si no se sostiene bajo la base cultural, pues obviamente la arquitectura va a transformarse porque se pierden los conceptos fundamentales a los que dieron origen. Y ahí va encaminado un trabajo importante: recuperar y mantener sobre todas las cosas esa tradición de las culturas locales es base para el desarrollo local. Importantes ejemplos como en la música, nuestras tonadas trinitarias, única y excepcionales que no solamente hay que conservarlas, sino hay que darles reconocimiento, porque cuando tú reconoces posicionas, y hay que conservarlas y reconocerlas a partir de su propia difusión.

 

 

Nosotros trabajamos en ese sentido no solamente con la música sino también con la gastronomía. El proyecto gastronómico que lleva hoy la ciudad es un elemento fundamental como un objetivo de vida de la ciudad y queremos lograr que todas las instituciones – tanto Cultura, Turismo, Oficina del Conservador y el resto, ARTEX y todas las demás – trabajen en conjunto para declarar Trinidad Ciudad Gastronómica. ¿Por qué? Porque la gastronomía es un elemento de identidad nacional y dignificar el contexto gastronómico para nosotros es fundamental, pero además con una visión de la creatividad como dinámica económica y, sobre todo, como industrias que generan ese desarrollo sostenible de la ciudad a partir de la relación ciudad-medio rural donde se puede producir alimento, donde se pueden encadenar rutas gastronómicas que realmente traigan como beneficio este desarrollo del turismo a partir de la cultura local. La arquitectura es obvio conservarla. Ya eso es una etapa pasada. Pero hay que conservar sobre todo la cultura que es quien sostiene el principio de la petrificación de esa cultura que se basa entonces en la arquitectura. Creo que estamos trabajando en sentido.

Otro elemento fundamental entonces es el ordenamiento territorial. No solo la ciudad histórica sino la ciudad en su conjunto, la ciudad viva, la ciudad dinámica, la ciudad que tiene que revalorizar los contextos y alrededor de ese centro histórico, para que así ese centro histórico disminuya la carga y lleve ese proceso propio de no amenaza. Esa es la base fundamental del criterio de conservación y ver no solamente a Trinidad como ciudad sino en el contexto geográfico en que se ha asentado que tiene una valía extraordinaria. Hoy estamos trabajando también con el expediente de declarar a Topes de Collantes Monumento Nacional a partir de su paisaje porque hay que revalorizar el escenario donde está la ciudad de Trinidad. A partir de ahí se logra una conservación integral de la ciudad que creo que no solamente es la ciudad de Trinidad: es su medio geográfico en el cual se ha asentado que tiene un alto valor para su propio desarrollo.

 

Voy a citar a la Doctora Alicia García Santana, profunda conocedora no solamente de la cultura de la arquitectura y la cultura de la Isla sino trinitaria. Ella se ha declarado amante fervorosa de la ciudad. Ella decía en una intervención que en un lugar como Trinidad el turismo a la vez puede ser beneficioso y perjudicial. ¿Por cuáles derroteros va la Oficina del Conservador de Trinidad a la hora de enfrentar, de trabajar ese turismo accesible, ese turismo cultural y patrimonial?

El binomio patrimonio y turismo pues obviamente es una relación necesaria. Es decir, la propia Convención del Patrimonio Mundial establece que la comunidad internacional tiene el derecho de apreciar y si tiene el derecho de apreciar, entonces hay un vehículo que se llama turismo como fenómeno y turismo como institución. Hay dos elementos que hay que distinguir: el turismo de manera individual que se da en las ciudades y el turismo internacional. No podemos limitar entonces ese turismo por ningún concepto porque es el derecho internacional que tiene la comunidad de visitar un bien que nosotros nos hemos despojado de él al declararlo patrimonio mundial. Por tanto, hemos cedido nuestros derechos a la comunidad internacional y esa relación del turismo también es elemento fundamental para dar a conocer la ciudad. Cuando viene el turismo se lleva fotografía, se lleva vivencias, lo transmite a otro contexto. Se produce una relación directa de beneficio para lo local porque entonces extiende el conocimiento de ese patrimonio a otra latitud y, por tanto, hay un elemento fundamental de dar conocer el patrimonio. Por eso, esa relación – patrimonio y turismo – se hace necesaria.

 

 

¿Cuándo hace daño? Cuando no hay los elementos de equilibrio para su uso y ahí entran a jugar un papel esencial las instituciones. Las instituciones tienen la responsabilidad de lograr el equilibrio. Hablo ya del Ministerio del Turismo, hablo de la Dirección de Patrimonio, de nuestra Oficina y de la empatía para lograr explotar de manera sabia algo que es una mercancía inagotable: el patrimonio. Porque, en primer lugar, se paga por ver, no se consume nunca, y eso es un elemento fundamental del patrimonio como mercancía: al no consumirse lo vas a mantener siempre; por tanto, es inagotable el recurso económico que se tiene desde el punto de vista para el desarrollo, pero sobre todas las cosas creo que hay que lograr la educación de ambos sentidos.

Siempre se habla del turismo como elemento amenazador. A veces nosotros cometemos una amenaza restringiendo precisamente el desarrollo a partir de uno u otro conservacionismo que más que todo lacera y hace daño al propio desarrollo local. Simplemente debemos lograr ese desequilibrio en la empatía, desde el punto de vista de la conservación pero también del desarrollo propiamente. Este lugar hay que explotarlo. No se puede construir para la contemplación; no se puede construir para el mero hecho cultural de la significación, sino para el consumo y el uso. El uso es necesario en estos momentos difíciles, nos mantiene vivos. Por tanto, creo que en Trinidad se ha trabajado reconociendo que el Ministerio del Turismo tiene una sensibilidad total con el patrimonio y trabajamos de conjunto para lograr ese equilibrio. Hay demandas, por supuesto. El turismo tiene demandas porque tiene una misión fundamental que es recaudar financiamiento necesario para este país, y ellos tienen que convertir eficientes sus instalaciones y nuestra misión es lograr que lo haga de manera equilibrada. No hay otra cosa que el diálogo; el diálogo sabio, tranquilo, la visión de poder ganar; ganar en ambos sentidos y ahí está la estrategia que hemos seguido.

 

 

Pudiéramos hablar de muchos temas vinculados a Trinidad, una ciudad detenida en el tiempo, como muchos la califican. Pero hay que ir más allá; hay que ir a ubicar a Trinidad como lo que es, como una joya dentro del entorno Caribe, al decir de la propia Doctora Alicia García Santana. Hablamos al principio de los desafíos. ¿Cuáles son los principales sueños, los planes a corto y largo plazo, de la Oficina del Conservador de Trinidad?

Siempre se ha dicho la “ciudad detenida en el tiempo”. Yo creo que Trinidad se despierta cada día. No se ha detenido en su tiempo porque ya ha sido una ciudad muy resilente a los cambios y sobre todo a su decadencia, y eso le ha permitido subsistir y mantenerse. Creo que Trinidad despierta cada día con una creatividad y lo vemos en los momentos más críticos que ha tenido en los que ha sobrevivido. Por tanto, es una ciudad que se ha detenido solamente en imagen pero que interiormente es una ciudad muy viva y que nunca se ha detenido en su desarrollo tanto socioeconómico como cultural, Y hay un gran reto. Creo que es sacar a Trinidad del marco local, de su visión solamente arquitectónica. Es el salto que debemos lograr y dar la significación que ha tenido Trinidad para la arquitectura cubana, para la arquitectura caribeña y como dice la Doctora Alicia, ser la génesis de los fenómenos más trascendentales en la arquitectura cubana a partir de las relaciones que se han dado con el Caribe y lograr esa cubanía en la casa de patio como elemento propio de la arquitectura cubana. Damos las gracias a nuestra querida Alicia por tener esa visión tan amplia y realmente ponernos a la expectativa de salir de ese contexto nacional o local. Ahí radican los grandes retos. Creo que hay que trabajar todavía muchísimo en los entornos de la ciudad de Trinidad para que la belleza no solamente esté enmarcada en un contexto, sino que realmente sea una ciudad bella en su conjunto. Trabajando en esta propuesta del Plan de Ordenamiento que tenemos también es un gran reto para la Oficina del Conservador porque hay que pensar no solamente en ese centro histórico, sino en la ciudad toda y que nosotros hoy por hoy no podemos dedicarnos a la conservación sino hay que pensar en la ciudad viva y en el tránsito de la urbe hacia el futuro. Pensar que vamos a legar no solamente un patrimonio colonial, sino un patrimonio contemporáneo a las futuras generaciones. Ahí están los retos fundamentales.