Solo se defiende lo que se ama

7 de septiembre de 2022

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Maria Karla Villar Mora

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Centro HIstórico de La Habana, Cuba, Cultura, Eusebio Leal Spengler, Oficina del Historiador de La Habana, Patrimonio

Fotos: Alexis Rodríguez

 

 

La conferencia “Eusebio Leal Spengler: Patrimonio y simbolismo”, impartida por el doctor Michael González, Director de Patrimonio de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, dio inicio en la mañana de este 7 de septiembre a la jornada de actividades que ha preparado la institución para conmemorar el aniversario 80 del natalicio del Dr Eusebio Leal Spengler.
Ofrecida en el Museo de la Ciudad, el primero fundado con la idea y guía de Leal, la charla reveló interpretaciones sobre los mensajes simbólicos y culturales del patrimonio cubano que encierran museos y espacios públicos de la ciudad rescatados y defendidos por él.

 

 

Para el conferencista “era importante empezar hablando precisamente aquí, en el otrora Palacio de los Capitanes Generales, de esa obra de Eusebio y cómo él le imprimió el simbolismo como restauración: cómo recomponer, cómo establecer, cómo rehabilitar, cómo representar; cómo simbolizar básicamente a través de ideas generales, conceptos y símbolos lo que él consideraba que era la restauración, lo que él consideraba que era tener el patrimonio incuestionable. Cuando Eusebio nació en el año 1942 –continuó Michael González– no existía el patrimonio como concepto; se restauraban monumentos, se trabaja con la historia y con los museos que sí existían, pero ese concepto de patrimonio no se manejaba sino aquel otro más asociado al tema jurídico, al concepto de patrimonio romano que pasó por la Edad Media y que tiene que ver más con la posición física, un concepto con el que se trabajaba sobre todo en el siglo XX para entender académicamente el patrimonio como ese legado que se iba a socializar”.

 

 

De ahí el pensamiento avanzado de Leal que, sumado a su gran vocación y amor por La Habana, le llevaron a emprender con la ayuda de muchos y en tiempos de Revolución, un concepto muy singular de comunicar, restaurar y conservar el patrimonio cubano al convertir edificios y calles, patrimoniales o no, en obras socialmente útiles.
Leal encarnó aquella frase que dice “solo defiendes lo que amas” – afirmó González durante la conferencia – al rescatar elementos de la historia que aunque ya olvidados algunos, forman parte indiscutible de nuestra identidad nacional.
Sobre tres ejes temáticos fundamentales versó la charla: el Museo, las plazas y sitios, las fechas y rememoraciones, los cuales representan la grandeza y audacia con las que el Doctor Eusebio Leal Spengler lideró el proyecto de La Habana que disfrutamos hoy.
Así, el público presente en la cita pudo descubrir cómo cada uno de los espacios, sitios, monumentos y objetos patrimoniales que conforman el Centro Histórico habanero encierran un gran simbolismo referenciados por sucesos históricos, sociales y culturales que conforman la identidad habanera y cubana.
Entre ellos El Templete, que al decir de Michael González “es el lugar más simbólico en cuanto al patrimonio que tiene la Plaza de Armas y quizás uno de los más simbólicos del Centro Histórico. Ahí es donde se pone más en evidencia la unión de los mitos modernos con los más tradicionales, y cómo son capaces los mitos modernos de unirse a las antiguas leyendas y consagraciones que tiene el inmueble.

 

 

“Desde la ceiba – aseveró González–, desde saber que la columna donada por la galería del coleccionista francés Robert Vallois pensando en que Alejo Carpentier hizo referencia a que Cárdenas (Agustín Cárdenas) le había dicho que quería donarle algo al Templete parecido a una ceiba y es una columna. ¡Qué curioso, aquí tenemos dos mitos unidos: la columna simboliza la ciudad de las columnas de Alejo Carpentier, uno de los libros más maravillosos escritos sobre La Habana; y la escultura, aunque se llame «Columna de verano», es la ceiba, con los ojos del árbol de la ceiba y el misticismo que encierra eso! Por otra parte, las dos tarjas situadas en el Templete: la de Felipe II y la Felipe III dándole la condición a La Habana de capital y de ciudad; ambas tenían que estar en el Templete, como tienen que estar otras tarjas simbólicas también de cosas relativas a la misma ciudad. Y las tan discutidas vueltas a la ceiba, cuyos orígenes queremos verlos tan antiguos, el porqué de las vueltas y el deseo, del silencio y el tributo”, culminó González.
Como estos ejemplos, el público presente pudo conocer de otros que le permiten interpretar de otras maneras los secretos de La Habana, expuestos como símbolos y patrimonio entre nuestras calles adoquinadas.