Revivir la obra y la vida de Eusebio Leal Spengler en su cumpleaños

11 de septiembre de 2021

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Thays Roque Arce

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Emilio Roig de Leuchsenring, Eusebio Leal Spengler, Museo de la Ciudad, Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana

Fotos: Alexis Rodríguez

 

 

El 11 de septiembre de 2021, el Historiador de la Ciudad de La Habana hubiera celebrado su cumpleaños número 79 trabajando. Desde temprano habría estado en comunicación con sus colaboradores examinando el avance de alguna obra, la inauguración de una nueva sala, la reunión con las autoridades del territorio y la provincia, el encuentro con algún visitante que acudiera al Centro Histórico solo para conocer al país visitado por la calidez de las palabras del Doctor Eusebio Leal Spengler.

Quisieron Átropo, Cloto y Láquesis que el hilo hermoso de su destino terminara en julio del año 2019. Que descansara al fin de su largo andar: “es que vengo caminando hace mucho tiempo, hace muchas décadas, hace muchos siglos”, como dijera en una ocasión en que su compromiso pudo más que la fatiga.

 

En la mañana de este sábado recordamos al hombre indetenible en un acto solemne al interior del Palacio de los Capitanes Generales, hoy Museo de la Ciudad de La Habana, donde empezó a trabajar con apenas 17 años. Estuvieron presentes Rogelio Polanco, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido y Jefe de su Departamento Ideológico; Luis Antonio Torres Iríbar, Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba en La Habana; Reinaldo Zapata, Gobernador de la provincia; Alpidio Alonso, Ministro de Cultura y Javier Leal Estébanez, hijo de Eusebio Leal Spengler.

 

 

Con la asistencia también de Perla Rosales Aguirreurreta, Directora Adjunta de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana; Félix Julio Alfonso, Historiador Adjunto, y Michael González, Director de Patrimonio de la institución, acompañaba toda la Oficina del Historiador y su red de directivos, instituciones, especialistas y trabajadores, a su insigne guía en su cumpleaños.

 

 

El Doctor Eduardo Torres Cuevas, Presidente de la Academia Cubana de la Historia y amigo personal de Eusebio Leal Spengler fue el encargado de las palabras de elogio. “Es uno de los más grandes cubanos de todos los tiempos”, dijo destacando que la grandeza de Eusebio estaba, precisamente, en el amor de humilde hijo al suelo patrio, en la disciplina del intelectual y la entrega creativa de un buen revolucionario.

El intelectual destacó los reconocimientos  y títulos que recibió el Historiador de manos de universidades, gobiernos y organismos de diversas partes del mundo, sin embargo, dijo, ellos no expresan la esencia de un hombre que llegó “a tener una cultura poco común antes de titularse en la Universidad de La Habana”.

 

 

“Su esencia es la del hombre de pueblo que vestía humildemente la ropa de trabajador. Que andaba La Habana hablando con cada una de las personas que se le acercaban y que soñaba reconstruir para darle  al presente las dimensiones extraordinarias de su historia”, continuó el también Director de la Oficina del Programa Martiano.

La construcción humana en la obra de Eusebio Leal Spengler al tiempo de la construcción física, son matrices de su trabajo como creador de hábitats para el hombre del presente y del futuro.  “Amante de la dignidad plena del hombre, a la obra material le acompañó la espiritual, quizás la más importante”, continuó el Miembro de Número de la Academia Cubana de la Lengua.

“Una legión de hombres y mujeres acompañaron a Leal en el empeño. A ellos se les atribuye la idea y materialización del sueño de dar vida a un presente que tiene un patrimonio que debe ser conservado para encaminar un futuro mejor”, aseguró Torres Cuevas.

 

 

“Su mano está en cada ciudad de Cuba, a veces en los rincones más alejados pero históricamente importantes”. Sobre su dirección al frente de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana por más de 50 años, señaló que recoge la restauración y terminación de más de 80 obras del patrimonio cultural, 171 obras sociales, a lo que se añaden más de 3 mil viviendas. “Esto que digo es apenas una parte de lo que Eusebio ha hecho y sus continuadores tendrán que completar.”

Destacó al Leal como orador extraordinario, escritor de amplio discurso escrito y hablado que supera los miles de asientos.  “Algunos libros constituyen el imprescindible legado de una época, espléndidas rememoraciones de una parte de nuestra memoria histórica”, dijo del autor del ‘Diario Perdido de Carlos Manuel de Céspedes’, ‘Fiñes’, ‘Para No Olvidar’, entre otros.

“Para poder entender realmente la vida y obra de Eusebio, hay que entrar en la calidez de sus valores éticos y humanos. Entre esos valores siempre destacó la fidelidad y la honestidad”. La permanencia del padre intelectual que fue Emilio Roig de Leuchsenring para Eusebio Leal desde muy joven y el compromiso de mantener su legado verde, fue destacada por Torres Cueva en su intervención. La fidelidad también se expresó en su devoción a la  Patria Amada y también a sus adalides, el Héroe Nacional José Martí  y el Comandante Fidel Castro Ruz. “Nunca negó que sin el apoyo de Fidel la obra de restauración que él había emprendido no hubiera sido posible”.

 

El acto fue el momento idóneo para que el Comité Ejecutivo Nacional de la Unión de Historiadores de Cuba entregara el Premio Eusebio Leal, en su primera edición, a la historiadora Raida Mara Suárez Portal.

“Esta decisión se hizo atendiendo a su extensa y fructífera trayectoria en el ámbito del Patrimonio Cultural y la Museología; a ser artífice del sistema de museos y casas museos de la Oficina del Historiador de la Ciudad; sus importantes contribuciones a la historiografía sobre La Habana y la Colección del Museo de la Ciudad; su participación en la creación del Colegio Universitario San Gerónimo de La Habana y otros numerosos proyectos de gestión y salvaguarda del patrimonio histórico cultural habanero, así como su muy relevante protagonismo como principal colaboradora del Doctor Eusebio Leal Spengler durante toda su vida”, destaca el dictamen del premio.

 

 

De “bastón y apoyo” catalogó el Historiador de la Ciudad de La Habana a su colega de la Universidad en la presentación del texto de ella “La memoria compartida. Colección del Museo de la Ciudad de La Habana”  en el año 2019. Para Leal, el liderazgo de Mara era necesario debido a su fuerza de carácter y a que siempre “se enfrentaba a los imposibles”.

“Al rendirle hoy este homenaje –dijo en aquella ocasión el Historiador– la insto, como siempre lo he hecho, a que continúe con nosotros todo el tiempo que sea posible y que trabaje más, porque lo puede hacer, y que les trasmita a las nuevas generaciones ese mismo espíritu”.

 

El encuentro no podía terminar de otra forma que no fuera con el contacto directo con la historia que contienen las salas del Museo de la Ciudad. Esa es la mejor forma de rendir homenaje a ambos historiadores y a sus desvelos porque el otrora Palacio de los Capitanes Generales fuera en sí mismo la esencia del país y de la ciudad. La inauguración de la muestra “Museo de la Ciudad: el lugar más amado”, en la sala transitoria del recinto, permitió a los visitantes entrar en contacto con el trabajo vivo del Historiador de la Ciudad y su antecesor, Emilio Roig de Leuchsenring.

 

 

Las dos habitaciones por las cuales se extiende la exposición “buscan ese complemento dialéctico entre Emilio Roig y Eusebio Leal, y cómo se movían en iguales campos. Uno logró el apoyo del Alcalde y amigos intelectuales, otro logró el apoyo del gobierno con la Revolución. Uno es pre-revolucionario, otro es pos-revolucionario, pero los dos eran grandes antiimperialistas, grandes patriotas, grandes cubanos, y esos son los puntos que más les unen. Por eso se puede hablar de una Oficina del Historiador con más de 80 años”, expresó el Doctor Michael González, Director de Patrimonio.

“El primero que escavó los restos arqueológicos del Museo de Capitanes Generales fue el Doctor Eusebio Leal. El simbolismo es tal que él necesitaba recrear el Palacio de nuevo, empezar la historia, por eso lo primero fue la arqueología, la base de todo lo que vendría después. Por eso se puede decir que esta exposición se llama ‘Museo de la Ciudad: el lugar más amado’ porque él como nadie lo supo amar desde tierra, y después vendría el arco, la columna, la pieza”.

 

 

En una entrevista del año 2015 que concedió por el Día Internacional de los Museos a Habana Radio, respondió:

 

“Alguien me preguntaba ¿y quién lo va a continuar a usted? Y yo estoy completamente convencido de que está en la calle… en una reunión famosa que ocurrió en La Habana y yo no estaba, de pronto Fidel le preguntó a un niño que estaba en la sala ¿y tú qué vas a ser cuando seas grande? y éste dijo: “yo seré el sustituto de Eusebio Leal”. Entonces, eso quiere decir que las semillas que se lanzaron al viento están prendidas. Como las que se lanzaron cuando yo era niño, y no supe que sobre la tierra húmeda de mi adolescencia, de mi carácter, de mi infancia, se habían plantado, germinarían y llevarían mi vocación de la nada a lo que soy.”