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René Márquez en el cielo de nuestras vidas

9 de septiembre de 2019

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A 105 años de su nacimiento

 

portada

 

Aunque la mayoría lo evoca como un compositor de afinadísimo estilo, René Márquez también llevó una exitosa carrera como cantante. Su versatilidad vocal le permitió integrarse a distintos formatos, lo cual requería un profundo conocimiento de los géneros interpretativos y los repertorios que caracterizaban a cada una de las formaciones orquestales.

René hizo de la voz un instrumento musical y de la interpretación un modo de poética popular desenfadada y plena de cubanía. Cayó en las redes del son, la guaracha y el bolero soneado. Márquez se paseó —como un gran consagrado que fue— por la estilística de esos mil “trucos” que anhelan dominar los aspirantes a grandes músicos. Su acervo interpretativo se conserva, felizmente, en grabaciones diversas que son testimonio valioso de una memoria audio-documental de su ejecutoria artística.

El catálogo de René incluye obras que conforman una gran representación del amplio abanico genérico popular cubano. Piezas como Ven junto a mí, En el cielo de mi vida, Es la ilusión, La vida es un momento, Puede una flor, y la más conocida: Espontáneamente. El tema alcanza elevadas cumbres, gracias a sus valores poético-musicales, pero también por la extraordinaria interpretación que le otorga su hija Beatriz.

Ahí está la obra de un hombre imprescindible de la música cubana. Es nuestra tarea revivirla.

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