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Para Rebeca Chávez la historia no es asignatura pendiente

15 de julio de 2021

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Foto tomada de Cubacine

Foto tomada de Cubacine

 

La cineasta Rebeca Chávez, nacida en Bayamo, antigua provincia de Oriente, el 15 de julio de 1946, estrena sus 75 años. Ella integró el grupo de personalidades de la cultura laureadas recientemente por el Consejo de Estado con la Medalla Alejo Carpentier al conmemorarse las seis décadas de las «Palabras a los intelectuales» por el Comandante Fidel Castro.

Vinculada a la lucha clandestina en Santiago de Cuba, a donde se traslada su familia, Rebeca Chávez pronto evidencia inquietudes culturales, publica textos en diversas revistas e incluso edita una en esa ciudad. A mitad de los años sesenta, en compañía del actor Raúl Pomares y de Madeleine Santa Cruz, escriben el argumento titulado El huésped, que envían al ICAIC para su valoración y es escogido por Eduardo Manet para filmarlo en 1967, tras convertirlo en guion con el aporte de Julio García Espinosa. Narra el vínculo sentimental surgido entre la dueña de una casa de huéspedes en Gibara y un oficial de la aviación norteamericana.

Rebeca Chávez decide radicarse en esta capital y se gradúa de Licenciada en Historia en la Universidad de La Habana. En esta etapa escribe críticas de cine y paralelamente colabora en los guiones de varios documentales, entre estos el muy significativo Arte del pueblo (1974), realizado por Oscar Valdés con quien escribe el de El General de las cañas (1978). Le siguen: Cascos blancos (1975) y Siembro viento en mi ciudad (1978), de Fernando Pérez y Granma (1976), crónica de un día de trabajo en la edición del periódico, dirigida por Daniel Díaz Torres, con quien volvería a trabajar en La casa de Mario (1978), escogido por la crítica nacional entre los mejores estrenos del año.

Coescribir con Santiago Álvarez el guion de su documental Maputo: meridiano novo (1976), síntesis del proceso revolucionario que condujo a la derrota del colonialismo y la proclamación de la independencia y constitución de la República Popular de Mozambique, marca el inicio de una estrecha colaboración con el veterano cineasta. Se extiende a lo largo de siete años en los que escribe junto él los guiones de títulos sobresalientes como El tiempo es el viento (1976), síntesis de la continuidad histórica en la lucha de nuestro pueblo y de los momentos más sobresalientes del primer Congreso del PCC, y Mi hermano Fidel (1977). Tuvo el privilegio de acompañar a Santiago en la realización de la entrevista en Playitas al Comandante Fidel Castro con destino al largometraje La guerra necesaria, ocasión que provocó el encuentro en sus cercanías con el campesino Salustiano Leyva, testigo excepcional de la estancia de José Martí y Máximo Gómez en ese histórico lugar. Laboró, además, como asistente de dirección, integró el equipo de colaboradores especiales en La cumbre que nos une (1979), e intervino en el guion de El mayo de las tres banderas (1980).

Santiago Álvarez, quien comparte con Rebeca Chávez la pasión por la historia, no puede prescindir de ella como coguionista de La guerra necesaria (1980) y le permite participar en las entrevistas realizadas a los altos dirigentes de la Revolución: Raúl Castro, Juan Almeida, Celia Sánchez y otros. También formó parte del equipo del cineasta en su viaje a México para registrar los testimonios de los colaboradores del Movimiento 26 de Julio durante 1955 y 1956 que posibilitaron la expedición del yate Granma.

A fines de los años setenta, ella desempeña por primera vez la función de realizadora en tres ediciones del Noticiero ICAIC Latinoamericano. Aunque realiza Nacha Guevara (1978), reportaje especial del Noticiero, es en 1981 cuando el promueven a directora de documentales y entre los primeros que filma figuran: Imágenes en la memoria, sobre las vivencias de tres reporteros gráficos participantes en los hechos de Playa Girón; Cuando una mujer no duerme, tributo a la excepcional Panchita Rivero, en su incesante lucha contra la pobreza y la discriminación, para hacerse médico, y Rigoberta, en torno a la joven india guatemalteca y militante revolucionaria.

La confianza depositada por Santiago Álvarez en una colaboradora tan eficaz provoca que vuelva a reclamarla con el fin de que participe con él y el guionista Alfredo del Cueto en la adaptación del libro testimonial La Cueva del Muerto, escrito por la periodista Marta Rojas. El propósito es traducirlo al lenguaje propio de un guion para su primer largometraje de ficción, que sería el único en su obra, Los refugiados de la Cueva del Muerto, estrenado en 1983 por el trigésimo aniversario de los asaltos a los cuarteles Moncada de Santiago de Cuba y al de Bayamo.

Para Castillos en el aire (1986), Rebeca parte de un guion que escribe junto a su esposo, el narrador espirituano Senel Paz. El documental confronta distintos puntos de vista de dos jóvenes frente a su matrimonio y posterior divorcio, lo cual es analizado por una sicóloga y el equipo de filmación. A ese año corresponde también Esa invencible esperanza, en el cual reflexiona acerca de la repercusión, alcance y complejidad de la Teología de la Liberación en América Latina que refleja el compromiso de Frei Beto con la lucha del pueblo brasileño. Seleccionado por la crítica cubana entre los documentales más significativos estrenados en 1986, obtuvo el premio Tatú de Oro, en la décimo sexta Jornada de Cinema de Bahía, en Brasil.

Buscando a Chano Pozo (1987), seleccionado entre los documentales más significativos estrenados en 1988 por la crítica especializada de la Isla, ocupa un lugar prominente en la obra documental de Rebeca Chávez.  Es una brillante indagación en el bongosero de renombre internacional, que protagonizó un trascendente encuentro entre la música popular cubana y el jazz norteamericano, al unirse en 1947 a la banda del célebre Dizzy Gillespie.

Entre leyendas (1988), reúne los testimonios de tres sobrevivientes de la guerrilla del Che en Bolivia: Pombo, Urbano y Benigno, que relatan las vivencias a su lado en el curso de la lucha en la Sierra Maestra y su estancia en el Congo. Inicia una serie histórica alrededor de la figura del guerrillero heroico, que sigue con Octubre del 67, en la que esos privilegiados testigos relatan su llegada al poblado de La Higuera y el combate en el cual cayó Ernesto Guevara, así como el viaje emprendido desde la zona guerrillera hasta el regreso a Cuba. Una más entre ellos, realizado también en 1988, es el tercer título. Recrea la vida de la alemana Tamara Bunke, «Tania la Guerrillera», de 1961 a 1967, período en que conoció en Berlín a Ernesto Che Guevara, el desarrollo de su labor revolucionaria en Cuba hasta su caída en Bolivia en agosto de 1967. La cineasta recibió el Premio Caracol de dirección por este documental en el X Festival Nacional UNEAC de Cine, Radio y Televisión. Historia en África (1997), cierra la serie de cuatro documentales que consagra a Ernesto Guevara. Relata la historia de Freddy Ilanga, quien en 1965 con quince años, se une a las guerrillas en el Este del Congo, donde coincide con el grupo de cubanos que acompañan a Tatu, el Che.

La primera oportunidad que tiene Rebeca Chávez de incursionar en el cine de ficción, surge a partir de una trilogía de cortos de ficción basados en guiones escritos por Senel. El primero es El triángulo (1992), adaptación del cuento Por unas gomas, de José Manuel Prieto, en el que una familia se dispone a recibir un nuevo miembro en el hogar: un pequeño auto destinado a transformar las personalidades y las relaciones entre ellos. La fidelidad, el segundo corto, contó con una colaboración inicial de Abilio Estévez en la recreación de pasajes de la laureada novela Un rey en el jardín de Senel Paz en los cuales una abuela revive su gran amor mientras la familia malgasta su vida en medio de un agitado ritmo que le imposibilita cultivar las emociones. Por su realización, obtuvo el Primer premio Caracol en su categoría en el Festival Nacional UNEAC. El tercer corto concebido para integrar el largometraje El amor se acaba, era El equilibrio, que ella comenzó a filmar y no pudo concluir, algo frustrante por cuanto le gustaba mucho ese proyecto que alguna vez ha pensado retomar.

La realizadora fue testigo de primera fila en el proceso creativo de Tomás Gutiérrez Alea y Juan Carlos Tabío del clásico Fresa y chocolate, sobre un guion original de Senel Paz. Su largometraje documental Silencio… se filma Fresa y chocolate (1994), integra con incidencias del rodaje, reveladoras entrevistas al binomio de directores y los intérpretes escogidos para asumir los dos personajes del relato El lobo, el bosque y el hombre nuevo, y la Nancy concebida por Senel para Adorables mentiras, la ópera prima de Gerardo Chijona Un año más tarde, Rebeca realiza De Fresa y chocolate a Guantanamera, sobre la filmación por el dueto Titón-Tabío del título que cerraría la obra del primero.

Rebeca Chávez emprende el documental Secuestro en La Habana o 60 horas con Fangio (1999), sobre su propio guion. Aborda el secuestro en el Lobby del hotel habanero Lincoln, por el Movimiento 26 de Julio, ocurrido el 24 de febrero de 1958, del argentino Juan Manuel Fangio, el corredor de autos más famoso de los años cincuenta. Al cabo del tiempo algunos integrantes del audaz comando, analizan los pormenores de la acción, los riesgos y, sobre todo, el peligro que implicaba en una ciudad sitiada retenerlo por noventa horas.

Con todo mi amor, Rita (2000), es el largometraje coproducido con México a través del cual ella rindió tributo a Rita Montaner, la única, por medio de testimonios, evocaciones, imágenes de su vida artística y una minuciosa investigación de su vida, que conduce a esta figura del mito a la realidad. Además del premio Memoria del Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau en el xxii Festival de La Habana, obtuvo el Caracol de dirección, en el vigésimo tercer Festival Nacional UNEAC de Radio, Cine y Televisión.

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El día más largo (2011)

Rebeca Chávez lega a continuación el hermoso documental Cuando Sindo Garay visitó a Emiliano Blez (2002). Revela la entrevista filmada al afamado trovador durante su último viaje a Santiago de Cuba a mediados de los años sesenta. Mientras relata en su recorrido aspectos de su vida, visita a Emiliano Blez, otra destacada figura de la música popular cubana. La cineasta confirma su instinto para el hallazgo de materiales fílmicos y conferirles la connotación que ameritan. Esa sagacidad vuelve a evidenciarla en otro documental, El día más largo (2011), en el cual apela también a una entrevista desconocida, casi inédita, esta vez a Fidel Castro durante su paso por la ciudad de Camagüey el 4 de enero de 1959. El líder de la triunfante revolución revive ante la cámara los hechos protagonizados por la Columna 1 del Ejército Rebelde, entre el 28 de diciembre de 1958 y el 4 de enero de 1959.

Un decisivo aporte que debemos a ella son dos series documentales coproducidas con España. La primera es Cuba: Caminos de Revolución para la que realizó tres capítulos: Antes del 59, Momentos con Fidel y Andante Cantábile (Arte y cultura), todos con un prodigioso dominio de la síntesis para abarcar disímiles episodios, figuras de la historia o la cultura y otorgarles una sorprendente coherencia. Rebeca Chávez asumió el diseño general de la otra serie: Historias de la música cubana (2009), acometida por el importante cineasta Manuel Gutiérrez Aragón. Según señala el investigador Iván Giroud en su nota de presentación:

«Parte de la premisa de no pretender construir un único discurso de la historia musical de este país. Otra bondad de esta obra es que Gutiérrez Aragón —convencido de que contar la historia de la música cubana es un imposible— demuestra que el único camino para su disfrute es aproximarse por intermedio de miradas múltiples. Comparte entonces este viaje con un cuarteto de directores cubanos de generaciones distintas: Patricia Ramos (con Ampárame. La religiosidad en la música cubana), Rebeca Chávez (con Decir con feeling), Pavel Giroud (con Manteca, mondongo y bacalao con pan), y Arturo Sotto (con Lo mismo… se escribe igual). Música para vivir es el quinto capítulo, firmado por Gutiérrez Aragón».

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Ciudad en rojo (2009), es el título definitivo del primer largometraje de ficción de la cineasta. En unión de Xenia Rivery, graduada de la escuela de San Antonio de los Baños, se inspiraron en la novela Bertillón 166 (1960), del escritor santiaguero José Soler Puig, laureada con el Premio Casa de las Américas en su primera convocatoria. Tanto Julio García Espinosa como Tomás Gutiérrez Alea, valoraron filmarla cuando se publicó, pero luego relegaron ambos proyectos. La trama se ubica en Santiago de Cuba en pleno 1957, estremecido por las acciones intrépidas de los combatientes en su enfrentamiento a la dictadura batistiana y reconstruye una atmósfera violenta que la realizadora vivió en carne propia.

Uno de los documentales más reveladores en la historia del cine cubano al tiempo que de los más trascendentes en la filmografía de la realizadora es Luneta número 1 (2011). Este largometraje fue seleccionado por la crítica nacional entre los mejores exhibidos en su año. Con la precisión, profundidad que la caracterizan, y sin pérdida alguna de objetividad, transita los pasajes más sensibles de nuestra política cultural en el período 1959-2009. Los entrevistados abarcan desde la autoridad intelectual y revolucionaria, no exenta de aristas polémicas, de Alfredo Guevara, el valioso testimonio de Guillermo Jiménez, combatiente del Directorio Revolucionario, así como a dos artistas del lente, Liiudmila V. Patrulina y Nelson Ramírez de Arellano, y una pareja de tenaces investigadores de la historia tan jóvenes como apasionados: Elizabeth Mirabal y Carlos Velazco.

Con el pretexto de su cumpleaños, emprendimos un recorrido pormenorizado por los distintos títulos que conforman la obra de la cineasta Rebeca Chávez.

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