Nueva sala en la Casa Simón Bolívar

1 de marzo de 2019

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Rachell Cowan Canino

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Casa Simón Bolívar, Cuba, Cultura, Ecuador, Oficina del Historiador de La Habana

Fotos: Alexis Rodríguez

 

 

No ha sido fácil para la historiografía incluir a Manuela Sáenz como una de las independentistas más consagradas del continente americano: por su condición de mujer y por sus amores con el Libertador Simón Bolívar.

Sin embargo, en una casa colonial del Centro Histórico de La Habana, sita en Mercaderes # 156 entre Obra Pía y Lamparilla, la figura de Manuelita encuentra un lugar de recordación justo en donde se ubica la Casa Museo Simón Bolívar.

El espacio cultural se engalana desde hace poco tiempo con la reinauguración de una sala dedicada a la patriota ecuatoriana, la cual cuenta con un nuevo diseño museográfico y la incorporación de varias piezas donadas por la Embajada de Ecuador en Cuba.

Según declaró en exclusiva para Habana Radio, Álvaro Verdes Tribons, director de la Casa Museo: “Gracias a colaboradores cubanos como quiteños, pudimos obtener dos pinturas realizadas por la artista ecuatoriana Pilar Bustos, quien estudió en Cuba durante su juventud y quien ha mantenido muy buenas relaciones con nuestro país”.

“La Academia Nacional de Historia de Ecuador obsequió, además, una reproducción de un gran cuadro que encabeza el salón directivo de dicha academia. No es un retrato de época, es contemporáneo, donde aparecen Manuela Sáenz y Simón Bolívar en una postura que dialoga con el espectador. Un cuadro hermoso, diferente, interpretado desde concepciones posteriores a la época en que vivieron; interpretado también por la reivindicación a Manuela durante los últimos 50 años”, explicó.

 

 

 

Pero entrar en la sala es trasladarse hacia el siglo XIX: la ambientación, el sonido, cada detalle. Al centro del local, un escritorio con plumas de la época, con tintas, con candelabros y papeles envejecidos, con un cuño que lleva el monograma de Manuela Sáenz. Lo más interesante es que el visitante puede interactuar con él, puede sentarse y leer las cartas intercambiadas por ambos patriotas durante sus años de romance.

En papel artesanal cubierto de rosas se ha reproducido la correspondencia. “Este medio permite un acercamiento a la figura de Manuela de manera atractiva. No solamente es pasar por la sala y observar, sino también es sentarse y reflexionar sobre la vida de ella; y también escuchar las misivas a través de una grabación”, recomendó Álvaro Verdes.

Sobre la intención de renovar la sala se trata de resaltar una vez más la importancia de la mujer dentro del proceso independentista latinoamericano del siglo XIX “y en este caso de una figura que encabeza una pléyade de féminas que participaron en el Ejército Libertador, fundamentalmente quiteñas. Ecuador brindó eso a las huestes independentistas: muchas mujeres, que comprometidas con la causa se incorporaron a las filas revolucionarias. Y uno de los casos paradigmáticos más conocidos ha sido Manuela Sáenz”.

Pero ¿quién fue esta imprescindible mujer del siglo pasado?

 

 

“Manuela ha sido una mujer vilipendiada tanto por la historiografía como por sus contemporáneos: por haber sido la amante del Libertador; por haber sido una trasgresora del orden político; por ir más allá y no solamente luchar por la independencia, sino también por promover una revolución en diferentes ámbitos. De este modo fue tildada por muchos años como amante, prostituta, libidinosa hasta que el siglo XX logró reivindicarla y sacarla del olvido. Entonces comenzó toda una trama literaria que enarboló nuevamente su nombre, donde siempre debió estar”, resaltó Álvaro Verdes.

El director de la Casa Museo Simón Bolívar también comentó que “cuando uno se acerca a su historia la reconocemos como una gran mujer de la élite quiteña, con una fortuna considerable, y sin embargo, muere pobre en el año 1856. Fue desterrada de Ecuador e imposibilitada de entrar a Colombia y en un puerto norteño de Perú, en Paita, fallece en la extrema pobreza. Allí vende dulces, borda, traduce libros del inglés al castellano”.

 

 

La sala evoca esas diferentes etapas de la vida de Manuela: su temprana incorporación a las causas justas, sus años de romance con el Libertador Simón Bolívar y sus últimos días de vida.

Álvaro Verdes se expresa entusiasmado de la nueva sala del Museo, pero asegura que quien la visite no encontrará objetos personales de esta mujer, pues existen muy pocas en el mundo debido a su vida de desapego a lo material.

“La intención es que entren, escuchen, lean, mediten, reflexionen y luego cada cual que se invente a su propia Manuela: a la libertadora, a la amante, a la luchadora convertida en símbolo de las luchas feministas en nuestro continente. Esta mujer realmente ha alcanzado un lugar en la historia por sí misma, no por tener como mampara la labor del Libertador; por sus propios esfuerzos logró insertarse en el proceso histórico latinoamericano, y en la cultura de nuestros pueblos”, refirió.