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«Lograr que el Observatorio mire bien lejos»

16 de febrero de 2023

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ESCRITOR-Enrique-perez

 

El libro y la lectura no dejan de provocar, en estas primeras décadas de un nuevo siglo y milenio, controvertidas polémicas. Si el libro muere en soporte de pale o si hoy se lee menos que en otras épocas son algunos de los temas a debate en el mundo contemporáneo.

De ahí que no resulta extraño el interés de estudiar, analizar, reflexionar, acerca de las realidades y problemáticas generadas hoy alrededor del libro y la lectura, interés motivado por el noble empeño de contribuir a potenciar tan útil instrumento del conocimiento humano.

El Instituto Cubano del Libro (ICL) creó, por ello, en el año 2008, el Observatorio Cubano del Libro y la Lectura (OCLL), entidad que se propone, a parir de diversas vías, hacer realidad el aforismo martiano de que «leer es una manera de crecer».

Para conocer la labor desarrollada por el OCCL durante estos tres lustros,  así como los proyectos para el tiempo por venir, converso con el narrador, investigador y periodista Enrique Pérez Díaz quien, desde el año 2017, dirige la institución.

 

—¿Cuáles fueron los presupuestos fundacionales del OCLL?

 

—La creación de observatorios es relativamente reciente, asociada a sectores profesionales que intentan autoevaluarse y, con visión prospectiva,  trabajar por la innovación y el desarrollo. La praxis de dar seguimiento y medir procesos vinculados a la lectura es joven y por eso en Cuba existe el OCLL, con estudios sistemáticos sobre hábitos de lectura y demanda insatisfecha, que indagan sobre los factores que influyen positiva o negativamente en su desempeño. Fundado el primero de septiembre de 2008, esta unidad docente de la Universidad de La Habana trabaja en la línea de que alumnos de Comunicación Social y Psicología se vinculen a investigaciones que funcionen como ejercicios académicos y también mantiene estrechas relaciones con el Ministerio de Educación, en la capacitación lectora a maestros y bibliotecarios del sistema de Bibliotecas Escolares. También acompaña a la Biblioteca Nacional José Martí en el Programa Nacional por la Lectura —mediante guías, referencias bibliográficas y boletines— y mantiene actualizados sobre libro y lectura a los Centros Provinciales del Libro, donde existen “Observadores” que apoyan determinadas encuestas nacionales o tributan con sus resultados investigativos a nivel local.

 

—¿Cuáles son las principales acciones desarrolladas en estos quince años por el OCLL?

 

—Uno de los aportes que hemos hecho en estos últimos cinco años ha sido rescatar el acervo, la memoria histórica del Observatorio que por diversas razones no existía. Ayudados por los alumnos de comunicación, organizamos su línea del tiempo y podría decirte que el trabajo se ha desarrollado en algunos frentes fundamentales: los estudios estadísticos generales de la producción editorial, que a partir del resumen anual originan otros más específicos, las encuestas de la feria y otros espacios, el mapeo de instituciones vinculadas a la lectura —todavía de manera incipiente— y, por supuesto, la capacitación de otros sectores y la promoción de la lectura, desarrollada no solo en las redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram y Telegram, sino en espacios físicos concretos.

 

—¿Cómo la labor del OCLL ha influido en las estrategias del ICL?

 

—Estimamos que todavía su influencia es insuficiente. El ICL nos encarga investigaciones concretas como las de la feria (encuesta diaria sobre el funcionamiento del evento, encuesta Cubadigital y encuesta a expositores), pero el Observatorio genera boletines, estudios en las escuelas de diversos niveles de enseñanza, en bibliotecas, librerías, etc. En todos esos informes se dan conclusiones y recomendaciones que se podrían aprovechar por muchos sectores. También nuestra dirección es una fuente de información sistemática y un vehículo de actualización por los contenidos divulgados que pueden actualizar a muchos.

 

—¿Cuáles son los retos y planes futuros del OCLL?

 

—Como planes inmediatos asumir esta campaña por el XV aniversario, darnos a conocer más, establecer alianzas con organismos semejantes, reestructurar nuestro Comité Académico de expertos y, por supuesto, acelerar la creación de nuestro sitio WEB y dar seguimiento a las oficinas homólogas que en el último año hemos creado en varias provincias y de las cuales la que parece ir de puntera es la de Holguín gracias al enorme apoyo de Saraí Ferrer Morales, la directora del Centro Provincial del Libro y la Literatura, y del especialista Eduardo Puente. Como reto, la auto superación del equipo, el mejor aprovechamiento de la experiencia, buscar nuestra visión prospectiva sobre los procesos lectores en Cuba y estimular el deseo constante de innovar para desarrollarnos mejor y que este sea un Observatorio que mire bien lejos y desde su atalaya propicie que las personas implicadas en las políticas favorecedoras de la lectura puedan ver, con sus logros y carencias, mucho mejor la realidad.

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