Lo bueno, tres veces, mejor

31 de marzo de 2017

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Thays Roque Arce

 

 

La rica tradición musical creada por los judíos expulsados de la Península Ibérica en el siglo XV llega a La Habana de manos de la cantante española Julia León, quien se presentará nuevamente ante el público cubano como parte del 22 Festival Internacional de Danza en Paisajes Urbanos “Habana Vieja Ciudad en Movimiento”.

Pero el enviciante volver a la Isla de Julia, y el regalo que su musica le hace a La Habana, no es el único momento cultural durante este Festival en que la danza no es sola protagonista. Como una fiesta de todas las artes, Habana Ciudad en Movimiento invita a la música y artes visuales a tomar protagonismo.

Junto al concierto de la también investigadora española, que tendrá lugar en Las Carolinas, el Museo Nacional de Bellas Artes se reserva dos importantes presentaciones: la del binomio creativo que responde al nombre de Serones y la de un necesario Pedro Luis Ferrer, sin el cual no se concibe el evento anual.

 

 

 

La presentación de Serones este jueves 30 de marzo fue una oportunidad única, después de tres años cociendo a fuego lento una propuesta sin grumos. El espectáculo que lleva por nombre “Gráfica Interactiva II” resultó ser una suerte de combate virtual, y el espacio de la Sala Teatro, un Coliseo futurista donde el enfrentamiento artístico se hizo a nivel de consolas en lugar de puños. El mundo de los videojuegos es la nueva fascinación y excusa que tienen estos jóvenes autores para seguir pintando en pleno siglo XXI.

El sábado 1ro. de abril la Sala Teatro del Bellas Artes recibirá a un huésped consentido, por este espacio y por el Festival. Un concierto único de Pedro Luis Ferrer es lo que no puede faltar en las jornadas del Callejero, para después de la danza, la improvisación, la excelencia coreográfica inundando la ciudad, terminar el día con la música y las palabras de este máster del choteo criollo.

 

 

Luego llega el domingo, y con él, el final de este vigésimo segundo viaje. Entonces Julia León volverá a cantar en La Habana, y a resucitar la tradición judeo española como pocos hacen. Trae del Mediterráneo su patrimonio para fundirlo con el nuestro. Y este país que adora la mixtura, las artes plurales y la “pluralidad de las artes”, cae redonda en el encanto que hace único al festival que da a La Habana, vida.