La defensa del árbol es la defensa de la ciudad

5 de junio de 2021

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Thays Roque Arce

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Castillo de Atarés, Cultura, Día Mundial del Medio Ambiente, Empresa RESTAURA, Eusebio Leal Spengler, Oficina del Historiador de La Habana, Patrimonio

Fotos: Néstor Martí

 

 

En el Día Mundial del Medio Ambiente, trabajadores de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y el municipio de La Habana Vieja han adoptado la noble acción de sembrar árboles.

 

 

Más de 100 pequeñas posturas de futuros maderables, como el cedro y la caoba, rodean a partir de hoy las laderas del Castillo de Atarés, imponente fortificación del interior de la Bahía de La Habana, y una de las obras más importantes del 500 aniversario de la ciudad a la que el Historiador Eusebio Leal Spengler consagró sus últimos esfuerzos.

 

“Un árbol para mi Habana” fue la convocatoria lanzada desde las redes con la intención de celebrar este 5 de junio. Una iniciativa surgida desde la empresa Restaura de la OHCH que encontró rápida réplica y resonancia en el resto de las direcciones de la institución próxima a cumplir 83 años de fundada.
Quinta de los Molinos, Sociedad Civil Patrimonio, Comunidad y Medio Ambiente, la Dirección del Castillo de Atarés, los grupos de Cabildo, Inversiones, Dirección de Comunicación, Dirección Cultural, instancias municipales de Educación, Organización de Pioneros José Martí y Unión de Jóvenes Comunistas, entre muchos otros implicados, se movilizaron en torno a la acción medioambiental.

 

Ya lo anunciaba hace algunos días en entrevista a nuestra emisora la arquitecta Tatiana Fernández de los Santos, Directora de Restaura de la OHC, cuando dijo: “plantar árboles a cambio de solo verlos crecer – continuó Fernández de los Santos – nos parecía la forma más desinteresada de hacer un bien para el futuro, oxigenar nuestra ciudad y embellecerla entre todos”.

 

Y así lo confirmaron hoy quienes desde bien temprano cargaron con sus posturas a las inmediaciones del Castillo. “Volvemos a la defensa de la ciudad desde lo ambiental y lo natural; es lo que hacemos con la siembra de estos árboles”, aseguraba el Arquitecto Orlando Inclán en las palabras del acto.
La defensa del árbol, como se ha defendido durante cinco siglos la representación de la ceiba bajo cuya sombra se fundó la Villa de San Cristóbal de La Habana; o aquella especie que pese a la cercanía del mar persistió en torno al paseo marítimo de la bahía, y hubo que rodearle al restaurar ese margen del litoral. Esa persistencia se convirtió en la de toda la urbe y en la del propio Historiador.

 

“Vengan ciclones, vientos, proscripciones, encierros, siempre seremos capaces de salir, romper el muro y seguir adelante. Esa es la historia del árbol y es la historia de nosotros. Es como el árbol de la vida, a su sombra nos refugiamos”, dijo en la víspera del aniversario 498 de La Habana, cuando tuvo que trasplantarse nuevamente el símbolo del Templete.
Y es que todo lo que se hace en la continuación de su obra es un homenaje a Eusebio Leal. El Historiador está presente desde las pequeñas acciones hasta las más complejas. “Estamos defendiendo su legado en la medida que expresó que la defensa del medio ambiente es parte de la defensa de la ciudad, y es también la de sus ciudadanos”, recordó Inclán.

 

En el devenir de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana siempre ha existido la sensibilidad sobre el espacio verde, su rescate y preservación. Una batalla que se enunció en la resiembra de árboles destruidos luego de eventos atmosféricos, en el desvelo por el cuidado de la ceiba fundacional, y en el rescate y creación de espacios verdes promotores de valores ambientales y de sostenibilidad, redes de instituciones e iniciativas en torno a este noble propósito, como es el caso de la Quinta de los Molinos.

 

“Para mí esos fueron momentos que nos indicaron hacia dónde debemos ir, y este es un cuarto momento que nos demuestra que somos leales al pensamiento de Leal y al pensamiento de la Oficina del Historiador en torno a este tema”, dijo Alejandro Palmarola, presidente de la Sociedad Cubana de Botánica y Director de Desarrollo del Jardín Botánico Nacional.

 

Estos 100 árboles se han convertido en 400 más sembrados en toda la ciudad, y en las capitales de provincia, por el empuje de los Comité de Defensa de la Revolución sumados a la celebración, añadió el experto. “La ciudadanía ha visto en la Oficina del Historiador esa vidriera que demuestra hacia dónde pueden llevarnos nuestros esfuerzos”.

 

En tal sentido, llamó a pensar con más énfasis en la restauración de los espacios de conjunto con su entorno verde. Desde que se sueña el proyecto hasta que se culmina, involucrar el diseño de jardines y la selección de especies, que crezcan los árboles en paralelo al desarrollo de la obra, y no pensar en ellos en la última etapa.

 

 

Son grandes los retos que enfrentamos como ciudadanos cuando incorporamos la conciencia ambiental a nuestro día a día; pero los grandes retos se resuelven con pequeñas y constantes acciones, como cuando Ernesto Castellanos, profesor de la Escuela Taller Gaspar Melchor de Jovellanos, lleva a su pequeña Emily a plantar un joven cedro por el Día Mundial del Medio Ambiente. Quizás la niña de cuatro años no sea consciente de lo que ha hecho este 5 de junio, pero ese cedro será un nuevo pulmón que la ciudad gana gracias al gesto de su padre. “Es por su futuro, ella lo disfrutará algún día y recordará siempre cuando emprendimos esta acción juntos”.