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Ivette Cepeda, tú eres la música que quiero escuchar

13 de enero de 2020

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ivette cepeda

 

¿Qué se necesita para ser feliz? La cantante Ivette Cepeda tiene la respuesta para esta interrogante, “para ser feliz solo hay que cantar” y fuimos felices todos cuando este fin de semana nos regaló su música en el Teatro Martí.

Tres noches de canciones: un canto al amor, al encuentro y a los corazones. Casi dos horas de lo mejor de la música cubana y foránea desde la voz inmensa de Ivette junto a Reflexión, que más que un grupo acompañante brilla por si solo gracias al virtuosismo de cada uno de sus integrantes.

Cada canción interpretada fue un regalo, un manojo de sentimientos coloreados con magia que desbordaron el Coliseo de las Cien Puertas. La puesta en escena nos mostró a una Ivette cercana, humilde, talentosa y llena de vida; la ocasión fue propicia para que la cantante contara su relación especial con ese teatro, a donde fue con sus abuelos cuando apenas tenía cuatro años y se enamoró de él. Por eso agradeció la presencia de niños en la función, que como ella habrán salido enamorados de cada letra y cada emoción compartida esa noche.

La complicidad lograda entre la actriz y su público tuvo el clímax cuando la canción Todo se transforma, del cantautor argentino Jorge Drexler, sirvió de acompañamiento  mientras Ivette saludaba a cada persona con la dulzura que la caracteriza. “Cada uno da lo que recibe/ Y luego recibe lo que da / Nada es más simple/ No hay otra norma/ Nada se pierde/ Todo se transforma”.

Entre los compositores escogidos para esta ocasión figuraron Martha Valdés, Israel Rojas, Pedro Guerra, Liuba María Hevia, Augusto Blanca, Amaury Pérez, Milton Nascimento, y Karel García. Y para transmitir una infinidad de conmociones estuvieron los dúos Iris y Rey Ugarte y Flor quienes demostraron que De dos en dostítulo de los conciertos- se puede cantar al amor.

Esta periodista estuvo allí y en una montaña rusa de conmociones –lloró, rió, cantó–, amó la música y decidió ser feliz. Dos canciones lograron estremecer al auditorito y en particular, País y Tú eres la música que tengo que cantar. Letras de un lirismo impactante que hacen vibrar cada uno de los sentidos y cuando la poderosa voz de Ivette les da vida, el lujo es doble.

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