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Homenaje al otro Juan Padrón en La Habana Vieja

29 de octubre de 2013

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Es cierto que “Elpidio Valdés” y “Vampiros en La Habana” son las dos obras cumbres de Juan Padrón, sin embargo, este historietista desplegó una interesante y desconocida labor en las publicaciones de humor gráfico en Cuba durante el período 1965-1979.

Juan Padrón en el Centro Histórico de La Habana / Foto Alexis Rodríguez

En esa etapa surgieron personajes como el samurái Kashibashi, el extraterrestre Barsoom de Marte y Tapok el hombre primitivo, además de las series de ´comejenes´, ´piojos´, ´vampiros´ y ´verdugos´ que mostraron al público las primeras ocurrencias de Padroncitto.


Algunas de esas tiras, que vieron la luz en revistas y suplementos tales como Muñequitos, Fantásticos, Prisma, El Sable, La Chicharra y Dedeté, conforman la exposición “El otro Padrón”, que se encuentra abierta al público desde este viernes 25 de octubre y hasta el próximo 5 de noviembre en la Vitrina de Valonia del Centro Histórico habanero, institución que también acogió un divertido diálogo entre el artista y algunos de sus admiradores.
La curiosidad de los presentes muy pronto se puso de manifiesto ¿qué es lo que más le gusta de ser historietista?, ¿cómo creó Elpidio Valdés y su caballo Palmiche?, ¿nunca le han hecho críticas sobre estos personajes? ¿Ya ha pensado hacer la tercera parte de “Vampiros en La Habana”? “Sí”, responde a esta última interrogante. “Y será una precuela, contará qué sucedió antes de que Pepito descubriera que era vampiro”.

El samurái Kashibashi

Asimismo, adelantó que ya tiene en mente una nueva aventura para su amigo mambí. “Quiero hacer la historieta antes de la película y uno de los temas será el los cañones neumáticos que usaban los mambises. Además, se hablará de los llamados “majases”, que eran compatriotas que se iban de la lucha y se escondían en el monte para no pelear. Esta vez Elpidio Valdés los convence para que lo ayuden en una misión”.
De igual forma, contó que prepara el guión de un largometraje de Tapok, el hombre primitivo, que tratará sobre la expulsión del personaje de su tribu y los intentos de este para formar una nueva. “Todo eso estará mezclado con ciencia ficción, pero no doy muchos detalles para que no piensen que estoy loco”, aclaró entre risas.
Sobre las críticas a las películas del coronel del Ejército Libertador, recordó que fueron las niñas sus primeras detractoras. “Me reclamaron porque no había personajes femeninos en la historia. Fue después de eso que creé a María Silvia y a Eutelia”.
Cuenta que otras personas le reprocharon el hecho de haber concebido a los españoles como seres tontos: “Tenía dos opciones: o los representaba como hombres que asesinaron a centenares de cubanos, que en momentos como la Reconcentración de Weyler tenían la idea de exterminarnos como pueblo o, tal y como hice, los representaba tontos. Siempre que daba esa respuesta ganaba la segunda”.


Otro de los secretos confesados por Padrón, durante el intercambio en el que también participaron adolescentes del Taller de Historietas que ofrece la Vitrina de Valonia, fue su estrategia de comenzar siempre una obra por el final. “Pienso que esta es la parte más importante de la historia y a veces lo olvidamos. En mi caso, luego de terminar la última página entonces comienzo a dibujar el resto. Esa forma de crear siempre me ha traído muy buenos resultados”.
Ante las insistentes preguntas sobre el surgimiento de Elpidio, señaló que nació gracias al samurái Kashibashi. “En un inicio el personaje eran solo líneas que luego tomaron forma y con el paso de los años se fue enriqueciendo. El mambí que surgió era un poco loco pero luego como se convirtió en Coronel tuve que ponerlo más serio”, confesó.
Otro aspecto comentado por el historietista y guionista fue la profunda labor de investigación realizada para conformar esas aventuras ya que se planteó como disciplina que aunque fuera humorístico debía ser verosímil en cuanto a los uniformes, las armas que usaban tanto mambises como españoles, la vida que llevaba; “por eso, investigué mucho, leí varios diarios de campañas. Todo ese proceso de búsqueda me llevó aproximadamente 6 años”.

Homenaje a Juan Padrón en el Centro Histórico de La Habana / Foto Alexis Rodríguez

Acerca de sus primeros personajes, agradeció la intención de agruparlos en una muestra, ya que actualmente ni él mismo los recuerda muy bien. Al respecto, Caridad Blanco, curadora de la muestra “El otro Padrón” comentó a Habana Radio que estas viñetas de vital importancia dentro de la historia de la gráfica cubana han dejado de formar parte del imaginario colectivo. “Ya no se entienden sus posibilidades para la comunicación masiva; por tal razón, nuestro objetivo no es mirarlas desde la nostalgia sino recrear ese mundo y actualizarlo dentro del arte contemporáneo”.
Así entre anécdotas, chistes, preguntas y confesiones transcurrió la tarde de este 25 de octubre en la Vitrina de Valonia. Fue una estupenda ocasión para conocer mejor al autor de Elpidio Valdés y descubrir al otro, al Padrón de ´piojos´ y ´comejenes´.

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Comentarios



Jose Luis Garcia Fernandez / 29 de octubre de 2013

El articulo nos invita a conocer mas acerca del arduo, largo y exitoso trabajo de Padron, a partir de breves preguntas y sinteticas notas de un largo y sostenido modo prolifero de crear del padre de ELPIDIO VALDES y de muchos otros personajes. Gracias.