Habana Radio: La voz integradora del patrimonio cubano
30 de enero de 2019
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A las dos décadas de fundación arribó Habana Radio (HR) este 28 de enero de 2019. La emisora nació con reconocida vocación martiana y un perfil editorial enfocado a la comunicación del patrimonio cultural de la nación y a acompañar la gesta rehabilitadora del Centro Histórico (CH) de La Habana.
En los últimos años ha trascendido los predios de la ciudad capital y el éter de la radio, en una visión multimedial con alcance de país. De proyectos en marcha, proyecciones futuras y momentos destacados en su cronología de vida dialogó con Cubaperiodistas su directora, la Dra. Magda Resik.
“Resumir en 20 años la historia de una institución es algo complejo. Uno puede centrarse en varios hitos y el primero es su fundación. El hecho de acordarse la creación de una emisora para la promoción de los valores patrimoniales del CH habanero, potenciar el diálogo con la población residente y permitir que existiera una interrelación productiva entre los hacederos de la rehabilitación y los habitantes de la zona.
“Ese objetivo inicial fue avalado y aprobado por el Comandante en Jefe Fidel Castro. Recibió el impulso de la presidencia del Instituto Cubano de Radio y Televisión, de manera especial, de Josefa Brasero, la vicepresidenta en ese momento a cargo de la radio en Cuba; además, tuvo el apoyo de la intelectualidad cubana, pues importantes artistas y escritores se reunieron en HR para sustentar su programación”.
El crecimiento progresivo en horas de transmisiones es otro de los hitos que avala la transformación de este medio, consideró la también directora de Comunicación de la Oficina del Historiador de la Ciudad (OHC) de La Habana.
“Comenzamos con una programación de tres horas y un transmisor de 300 watt pero, que solo tenía autorizado 20 watt de potencia. A raíz de un consejo ampliado de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, más o menos cuando ya la emisora tenía tres años al aire, se sostuvo un diálogo de casi 45 minutos con Fidel donde él nos preguntó sobre nuestro trabajo, y habló de la importancia del desarrollo de un proyecto como este en el CH de La Habana.
“Igualmente, compartió cómo se ideó el Decreto Ley 143 que apuntaba a reforzar el principio de autoridad de la OHC en la zona y también a desarrollar iniciativas para autofinanciar la gestión de restauración en un momento en que el país vivía una crisis económica aguda. Ese empeño de Fidel fue muy bien seguido por el colectivo de la Oficina. HR entendió su misión, y creo que eso hizo que la sensibilidad del Comandante en ese diálogo nos permitiera expandirnos.
“Habíamos entendido que ya era el momento de crecer en el horario de transmisiones y en el alcance de la emisora. Tuvimos un transmisor de un kilowatt, después recibimos uno de cinco, y así crecimos hacia todo el país. Hoy tenemos equipos colocados en las siete villas fundacionales y en todas las ciudades cubanas donde se produce un rescate de sus patrimonios, no solo urbano sino también el que llamamos intangible, el que portan los seres humanos”.
Con esta expansión, compartió Resik, surgieron muchas preguntas en torno a qué hacer para comunicar mejor el patrimonio; ello conllevó a la materialización de proyectos socioculturales destinados a grupos poblacionales a veces excluidos o no muy tomados en cuenta como la comunidad sorda, los adolescentes y jóvenes, las niñas y niños, y la tercera edad.
¿Cuáles son los mecanismos de retroalimentación que tiene la emisora?
Nosotros no tenemos una suerte de medidor científico para eso. Apostamos por el intercambio directo con los oyentes y con el público potencial que participa en nuestros proyectos socioculturales. Se producen llamadas telefónicas, intercambios en las redes sociales y a través de los correos electrónicos.
Los propios oyentes participan en la realización de algunos espacios nuestros, por ejemplo, el destinado a los adultos de la tercera edad o el de los adolescentes, hecho y conducido completamente por ellos. Hemos logrado que la población se integre a producir, a construir ella misma un resultado comunicativo que promueve el patrimonio.
¿A veinte años de nacida, ha influido la emisora en la sensibilización hacia los temas patrimoniales?
Sí, lo creemos por lo que recibimos de la recepción de nuestra emisora y de nuestros proyectos. Hemos desarrollado paralelamente un trabajo académico, todo un corpus teórico sobre la comunicación patrimonial que incluye tesis doctorales, de maestría y de diploma. Estos ejercicios académicos nos han servido para obtener determinados coeficientes, mediciones y valoraciones cualitativas, sobre todo, de los impactos en los públicos y de la posibilidad cada vez mayor de integrarlos al proceso creativo de HR.
También hemos potenciado un diplomado internacional titulado Medios para comunicar el patrimonio, desarrollado a través de los años con el auspicio de la Oficina Regional para América Latina y el Caribe de la Unesco, y la propia OHC junto al Instituto Internacional de Periodismo José Martí de la Unión de Periodistas de Cuba, en el intento de fomentar una disciplina de comunicación del patrimonio que permita a los profesionales del sector entrenarse mucho más en estas terminologías y modos de hacer.
Entre sus tareas más importantes, el X Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba le legó al gremio periodístico cubano la de avanzar en la construcción de un nuevo modelo de prensa para el socialismo en la nación. ¿Desde sus particularidades, cómo se inserta en ello la emisora?
Creo que uno de los elementos que le toca a HR es probar que la comunicación puede estar muy asociada a todos los modelos de rehabilitación de centros históricos y de rescate del patrimonio local que hay en Cuba. No tenemos que verla separada, se pueden integrar en ella diversos lenguajes comunicativos. Patrimonio y comunicación ya son un matrimonio indisoluble.
Por otro lado, tratamos de probar para nuestra prensa futura un ejercicio de la multimedialidad que no incluya solo ese abrigarse en las nuevas tecnologías, sino que pase por una tradición heredada del propio ejercicio personal del historiador de la Ciudad de la Habana, el Doctor Eusebio Leal, cuando inició aquellas experiencias del museo al campo o los recorridos para el conocimiento del patrimonio habanero y lo hacía como un flautista de Hamelín, con un grupo de personas a viva voz, porque nunca hemos despreciado la comunicación directa con la ciudadanía.
Ese es un fenómeno comunicativo que queremos preservar y defender, al conocer que los ciudadanos de un sitio son portadores de valores patrimoniales y de tradiciones. No podemos desentendernos de esa comunicación más directa, no podemos pensar que estamos en una especie de torre de marfil y desde allí enviamos mensajes.
Tenemos que pensar que la radio, la televisión y los productos audiovisuales cada día deben promover más, como medios de bien público, un intercambio con las audiencias y desarrollar en ellas un compromiso con la participación. En la medida que participen en la conformación de las agendas temáticas y de los procesos comunicativos, más sentido de pertenencia desarrollamos y más nos acercamos a una realidad construida juntos. Los medios no pueden pensar que la construyen ajenos a la población.
Asimismo, creemos que en ese camino que ha decidido el país tenemos una voz autorizada para defender producción de contenidos periodísticos y comunicativos muy arraigada a los verdaderos valores de la nación cubana. A la promoción de su verdadera historia. A lograr que la tradición y la identidad sean sus elementos sustanciales.
Si queremos preservar la nación tenemos que partir inicialmente de preservar todo aquello que la distingue, la engalana y la enaltece ante el mundo. Hay que fomentar la identidad propia, esa que nos tratan de desdibujar los grandes emporios de la comunicación global. No es que no estemos insertados en el mundo pero, para ello debemos defender ese concepto martiano de que Patria es humanidad.
¿Con un equipo de trabajo tan pequeño cómo se logran construir tantos productos comunicativos, y de tanta calidad?
Hay dos elementos fundamentales: primero, el amor que uno siente por lo que hace, y que responde a la misma pasión irrefrenable de Leal y de la OHC; segundo, el profesionalismo. Debemos aspirar cada vez más a un trabajador de los medios integral, competente, capaz de manejar todos los lenguajes periodísticos; a un comunicador capacitado para realizar una entrevista y pensarla desde todos los espacios con que cuenta el medio. Alguien que cuando trabaje en un sentido la comunicación, se pregunte a quién no se dirige aún.
También, creo que se logra con el fomento de un sentido pertenencia. Eso es lo que nosotros tenemos aquí. HR ha llegado a los veinte años con buena parte de sus fundadores en el colectivo, por creernos una familia que puede tener sus desavenencias pero, que se despoja de ellas porque lo fundamental, en lo que debemos centrar nuestras atenciones y fuerzas es en la creación.
¿Qué lugar tienen en la emisora los jóvenes periodistas?
El lugar está en ellos mismos. Los jóvenes traen consigo siempre ese hálito reparador, de renovación. La juventud posee el encanto de lograr insuflarle nueva vida a cualquier proyecto y a la vida misma. La juventud, yo diría, es un estado del alma y una actitud ante la vida.
Considero que se ha producido un diálogo intenso entre la generación más antigua de HR y esos nuevos jóvenes que han llegado. De ese diálogo ha surgido una especie de tradición y de continuidad en el tiempo, ello nos permite afirmar a los 20 años que sentimos la satisfacción de ser un proyecto ya afianzado. Abierto a seguir en un acto de prospección futura.
En una mirada prospectiva, digamos, para los próximos cinco años, ¿cuáles son los principales proyectos en los cuales está enfrascada la emisora?
De cara a los próximos cinco años, una de nuestras urgencias, que de hecho ya se está materializando en nuestra programación, es colocar a HR en el epicentro de la Red de Oficinas del Historiador y del Conservador de las Ciudades Patrimoniales que preside el Dr. Eusebio Leal.
Somos “La voz del patrimonio cubano”, así dice nuestro eslogan, pues tenemos que convertirnos en esa voz integradora, segura, conciliadora, adaptada a los tiempos y que potencia el intercambio, desde su multimedialidad, de las experiencias de salvaguarda del patrimonio presentes en Cuba hoy. Cada una con su expresión local y sus propias maneras de hacer pero enlazadas todas por su vocación patrimonialista”.
(Tomado del sitio Cubaperiodistas)
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