Gala homenaje a República Dominicana

26 de febrero de 2016

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Ofelia Sandar Valles

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Centro HIstórico de La Habana, Cuba, Cultura, Luis Rivera González, Música, Oficina del Historiador de La Habana, República Dominicana, Teatro Martí

 

 

 

Las cortinas del emblemático Teatro Martí se descorrerán este sábado 27 de febrero, a las 8:30 de la noche, para ofrecer una gala homenaje como colofón de la semana de actividades por el 172 aniversario de la Independencia de la República Dominicana.
En busca de primicias nos dirigimos al prestigioso teatro, donde desde este jueves 25 se realizan los ensayos de lo que promete ser un gran acontecimiento. El primer entrevistado fue al maestro Enrique Pérez Mesa, titular de la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN), quien muy solícito nos dijo, en exclusiva para Habana Radio, que una petición de la Oficina del Historiador siempre es un privilegio y por eso accedieron a participar en este homenaje.
“Es un programa muy especial porque para nosotros ha sido una sorpresa realmente conocer la obra del compositor dominicano Luis Rivera, quien se destacó sobre todo en su incursión en piezas para piano y para el canto, y también para orquesta”. Resalta que este excelente músico “tuvo una estrecha vinculación con Ernesto Lecuona, a quien le hizo algunas orquestaciones, también conoció a otros compositores como Alejandro Caturla, Amadeo Roldán; es decir, fue un músico que se destacó en los inicios del siglo XX”, aseguró Pérez Mesa.

 

 

“Es un homenaje justo a un país que queremos mucho y con el que tenemos tantos nexos históricos. También compartiremos escenario con una de las grandes sopranos de esa región del Caribe, Ivonne Haza, que representa la oportunidad de la orquesta de conocer la música de estos compositores latinoamericanos”.

 

Tengo entendido que el programa incluye el estreno en Cuba de la obra Rapsodia dominicana No. 1, de Rivera.

Sí, vamos a estrenar cuatro canciones para voz y orquesta de Rivera y la Rapsodia.., esta última con la participación de un excelente y laureado joven pianista cubano, Víctor Díaz. Realmente en los ensayos me he quedado impresionado en la forma que ha abordado la obra con un virtuosismo y una seriedad muy grandes. Es una pieza muy interesante pues prácticamente está en diálogo con la orquesta todo el tiempo, y en la que el ritmo de ellos, que es el merengue, siempre está presente.

 

¿Se atreve a invitar al público a que asista a esta gala?

Sí, creo deben asistir porque siempre oír cosas nuevas atrae. Muchas de las obras le van a refrescar grandes recuerdos y grandes nexos con la zarzuela cubana. Vale la pena escuchar a una soprano que con sus 77 años todavía mantiene una voz de calidad y, sobre todo, disfrutar del talento de ese joven pianista que interpretará esa bella obra del maestro Rivera. Los invitamos, y estoy seguro que lo van a agradecer, no es un programa extenso son 50 minutos de música. Vale la pena que vengan al teatro.

 

 

En medio del ensayo también nos acercamos a Víctor Díaz, del que pudimos escuchar su virtuosismo en una obra, que como dijera el maestro Pérez Mesa, combina distintos géneros.
En declaraciones exclusivas para Habana Radio, Víctor comentó que simplemente le habían comunicado el deseo de que fuera él quién la estrenara, y aceptó: “Me gustó mucho la idea por ser una obra que no se ha tocado, no se conoce aquí, es la primera vez que se interpretará, y eso para mí es un honor”, aseveró.

 

Precisamente el hecho de ser estreno, te impone un mayor reto…

Por supuesto, realmente la obra es un collage, hay muchas cosas dentro de ella. Impone un gran virtuosismo, primero cadencias grandísimas solo para piano, y luego, digamos en la segunda mitad, ya comienza a dialogar más con la orquesta. Ahí es donde más interesante se pone la pieza, porque se representan géneros latinoamericanos: está el merengue, ciertos ritmos mexicanos, algunas conexiones con Cuba, y finalmente el trabajo del pianista con la orquesta que siempre es muy interesante y gratificante.
Es una obra grande, dura alrededor de 20 minutos, se puede decir que clasifica como uno de los conciertos, pensando en Maurice Ravel, quizás en la “Rapsodia sobre un tema de Paganini”, de Serguéi Rajmaninow. Las dos son obras de una gran envergadura, conocidas internacionalmente, pero en cuanto a la duración, la de Luis Rivera tiene esa particularidad y esa similitud.

 

 

Otro pianista cubano, radicado en dominicana hace algunos años, Antón Fustier, participará en esta gala homenaje a la hermana nación caribeña y lo hará acompañando a la soprano Ivonne Haza.
De su inclusión en el concierto, nos comentó: “La maestra Ivonne Haza, cantante lírica, me llama hace apenas unos días, me cuenta de este acontecimiento y me pide que la acompañe para interpretar unas piezas dominicanas del maestro Rivera. Resulta que en el 2003, ella y yo hicimos un recital en Santo Domingo en dos partes: la primera con música de Lecuona con los versos de José Martí, y la otra con las creaciones de Rivera, o sea, que ya ella conocía de mi experiencia como pianista, y sobre todo en estas canciones. El público cuando las escuche va a ver una aproximación entre la música de él y de Lecuona, se confunde una con otra, es bellísima”.

 

 

Cuando ya creíamos que sería imposible entrevistar a Ivonne, cual no fue nuestra sorpresa verla llegar e incorporarse al ensayo: “Voy a interpretar canciones de Luis, que por coincidencias de la vida es hasta pariente mío, son preciosas, tienen mucho de la influencia de Lecuona, como decirte, mucho sabor ‘leconeano’”.
“Está el ‘Canto a Cuba’, que escribió aquí;  entonces, cuando fue a Santo Domingo, le reclamaron el escribirle a Cuba y no a dominicana, y creó ‘Al volver’. También voy a regalarle al público ‘Mi clave’, que es un bolero, y un bolemengue para terminar que se titula ‘Tu voz’”.
“Tengo un repertorio de música cubana muy grande que allá la uso mucho porque además de que la siento mía, es exquisita, maravillosa”, afirmó la cantante lírica.

 

¿Cómo puede mantener esa voz ya con 77 años?

Doy clases de canto y, además, una vida muy tranquila, de enseñanza en la casa. Tengo cuatro hijos casados con 11 nietos y la más chiquita es la que va a cantar.
Este viernes continúan los preparativos de la gala, y estoy segura de que el público no se arrepentirá de responder a la convocatoria para este sábado 27 de febrero, a las 8:30 p.m. en el Martí, donde la música del maestro dominicano Luis Rivera les atrapará, y le animará a seguir descubriendo a este músico, que vivió en la Isla donde se convirtió en el arreglista de las principales orquestas cubanas de la época y, por si fuera poco, compartió con grandes de nuestro pentagrama musical, en especial, con el maestro Ernesto Lecuona. Rivera fue arreglista de la zarzuela “Juliana y el gallo” y de la opereta “Lola Cruz”, del eminente músico cubano, entre otras creaciones.

 

 

Luis Rivera González, juntamente con Ernesto Lecuona, Agustín Lara y Rafael Hernández, es uno de los más sobresalientes creadores musicales del continente. Nacido en Montecristi, República Dominicana, el 22 de junio de 1901, estudió piano y violín con los maestros Manuel García Vila y José Ovidio García, en Santiago de los Caballeros. Ejecutante de estos instrumentos en grupos y orquestas, viajó a Haití, Puerto Rico y Cuba. Aquí perfecciona sus estudios de Composición y Armonía con el profesor Amadeo Roldán, y actúa en la Orquesta Filarmónica de la Habana, bajo la dirección del maestro Pedro San Juan. “Dulce Serenidad” fue su primera composición, de éxito internacional, registrada en la voz de Alfredo Valdés.
En Cuba, se incorpora a la célebre orquesta del pianista y compositor Ernesto Lecuona, como ejecutante, director, orquestador y Arreglista. Dirigió, asimismo, en el Teatro Nacional de la Habana, la Orquesta que acompañó al tenor mexicano José Mojica. Luis Rivera González presentó a través de la Radiodifusora XEW de México su revista musical “Pa la Habana me voy”.
De regreso a su país, en 1942, fue Director de Bandas Militares, Orquestas bailables, y organizador de grupos corales. Además, tuvo destacada actuación en la docencia musical de Santo Domingo. Sus obras han quedado registradas en las voces más consagradas del firmamento artístico internacional.
Este Maestro dominicano dedicó toda su existencia a la dignificación del arte musical en el que encontró a su más fiel exponente. Murió en Santo Domingo el 16 de setiembre de 1986.