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Con Grammys y sin Lucas

1 de diciembre de 2014

 
Por Maria Karla Villar Mora, estudiante de 4to año de Periodismo de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana.

 
Resulta todo un acontecimiento nacional, pero en especial capitalino, la entrega anual de los Premios Lucas. Llegaba el pasado sábado a su edición 17, transformado y evolucionado en un video clip cubano cada vez más sólido, genuino y de mayor calidad.

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No obstante, lo que esperábamos que fuera un gran acontecimiento resultó ser bochornoso para algunos de los que con sudor y lágrimas pudimos ¨conseguir¨ una entrada para el Karl Marx este 29 de noviembre. Sin ser la primera vez que pasa y amparados en la justificación de que los asientos del teatro para dicha gala son vendidos solo a entidades con el previo autorizo de la dirección de la sala, se hace imposible entender cómo la inmensa mayoría del público que asiste a la cita, hace unos años, es casi en su totalidad adolescente.
Llega entonces la incertidumbre: ¿dónde trabajan esos muchachos que tienen entradas para los Lucas? Es imposible entenderlo en un país donde la vinculación laboral solo se da después de cumplir la mayoría de edad.
No obstante, y a pesar de que no es la primera vez que me prometo no ir a la premiación por los disgustos que conlleva antes, durante y después; este año creí que iba a ser diferente. Muchas nominaciones bien reñidas, con una especialización en el video cada vez más palpable y la visualización de la creación cubana a nivel internacional hacían casi imposible quedarse en casa tranquilos sin saber qué estaba pasando allá.
A medida que se mencionaban los nominados en cada una de las categorías, las ovaciones se hacían más fuertes, símbolo de la calidad y el protagonismo que tuvieron la mayoría durante el 2014. Algunos eran impredecibles, pero otros… eran evidentes.
No se trata de cuestionar el número de votaciones recibidas, mucho menos el trabajo del jurado para otorgar los premios en esta ocasión, sino de tratar de rescatar a tiempo uno de los certámenes más importantes y con mayores logros que ha tenido Cuba.
Van Van, símbolo de la música popular bailable, con un tema musical muy escuchado y un video clip bien logrado, fue vencida con No le temo a la vida por Que no, que no, de Juan Guillermo (JG)¨el que suena como se ve¨.
Otros, como La canita al aire, interpretada por Alain Daniel, se convirtió en oxígeno y fue inhalado en algún lugar sin permitirle entrar siquiera a los nominados. Sorpresas como estas, sumadas al fugaz y pobre reconocimiento a las figuras de Juan Formell y Santiago Feliú hicieron de la noche una decepción total.
Y Los Ángeles, dejaron la modestia y la clase en las nubes, solo subieron al escenario, con un inmenso Staff, para regocijarse y enaltecer su figura como si el calificativo de ¨Popular¨ fuera sinónimo de ¨Mejor¨.
Lucas, que hasta el momento había sido tan considerado y defendido por su labor en la creación del video clip cubano y por la necesidad de su fundación, pasaba ahora a ser cuestionable.
Defender al video clip cubano no debe ser solo una premisa o meta, debe sentirse así y  comenzar desde adentro. ¿Cómo es posible que toda Europa baile al compás del incomparable tono que le da Gente de zona  al  ¨Bailando¨ en la canción del mismo nombre y Lucas lo olvide? ¿Cómo va a ser la cabecilla de listas de éxitos como los Billboard y llevarse tres Grammy en Estados Unidos y solo ser galardonada, en la isla que le dio vida a esa canción, con un Premio Lucas a ¨mejor video coreográfico¨? ¿Dónde está el homenaje merecido a Alejandro Pérez por su trabajo y por hacer notar a los realizadores cubanos y a lo que está pasando actualmente en nuestro país con respecto al video clip?
Son interrogantes que espero sean respondidas en algún lugar o momento, para que los Lucas, con su objetivo ya logrado de perfeccionar la creación videomusical cubana, se dedique ahora a repasar y repensar en sus estrategias y métodos, en sus premios y laureados, para que continúe en el lugar en el que lo ha puesto la población cubana.
Probablemente la respuesta esté en el método de votación o de la concepción actual de Lucas. Coincido con Israel Rojas e Ian Padrón que muy atinadamente al recoger el Premio del video del año, no demoraron en aclarar que ese proyecto no estaba dedicado ni evaluaba a los músicos, sino a los realizadores de videos clips en Cuba.

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Comentarios



Alberto Munar / 11 de diciembre de 2014

recueda que se premió el primer video que sacaron que fue el que incrivieron nunca se penso que la canción con el video iva a tener fama mundial y que enrrique iglesias se iva interezar por el tema para mi el video de gente de zona con december tuvo que haber obtenido mas otros premios pero recuerda que los LUCAS se premian al video aunque siempre tienen gran influencia el que lo haga y lo interprete.