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Blancanieves y los siete enanitos. ParAlicia

10 de julio de 2015

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Fotos: Nancy Reyes

Escenas de “Blancanieves y los siete enanitos”

Escenas de “Blancanieves y los siete enanitos”

Madres, padres, familiares, amigos de cerca de doscientos niños y adolescentes con edades de cinco a dieciséis años, llenaron la sala Avellaneda del Teatro Nacional de Cuba para disfrutar de su participación en la Gala de graduación 2014-2015 del Taller Vocacional de la Cátedra de Danza del Ballet Nacional de Cuba (BNC), con la puesta de “Blancanieves y los sietes enanitos”.
Junto a solistas del BNC e invitados de la Escuela Elemental de Ballet, llegaron a escena solistas del Taller Vocacional como Grace E. Carrillo en el papel de Blancanieves niña, y otras en el de cortesanas; e igualmente sus numerosos alumnos en los papeles de amigas, pajecitos, enanitos, pajaritos, conejos, gallinas, mariposas, ardillas, murciélagos, amapolas, jazmines.
Con la dirección artística de Félix Rodríguez, la versiòn coreográfica de la profesora Marlen Moreno y el montaje del colectivo de profesores del Taller Vocacional, “nuevamente presentamos esta obra que perdurará a través de los años enseñándonos que la bondad y la solidaridad entre todos, hace triunfar el amor”.

Escena de “Blancanieves y los siete enanitos”

Escena de “Blancanieves y los siete enanitos”

Tal bella afirmación es producto del cuidado, el rescate a través de siglos, de la literatura popular, antiguas leyendas europeas que llegan hasta hoy también a través del cine, el teatro y por supuesto del BNC, con una versión el 17 de junio de 1979, que dio lugar a otras varias opciones sobre el tema.
La Cátedra de Danza del BNC fue creada en La Habana, en marzo de 1968, bajo la dirección general de Alicia Alonso, con un claustro de maestros y profesores de la compañía dirigidos hasta hoy por la licenciada Miriam Vila. Y en 1999 se funda el Taller Vocacional con el objetivo fundamental de promulgar la enseñanza de ballet para niños y jóvenes entre cinco y dieciséis años, “sin establecer para ello estrictos requisitos de idoneidad física o de aptitud”. Sí, aunque no todos tienen que llegar a ser bailarines, contribuye esta enseñanza a una formación que mucho agradecen los padres, la familia, como se pudo apreciar en Blancanieves y los siete enanitos”.

 

ParAlicia

Frank Fernández, Alicia Alonso, Viengsay Valdés y Alejandro Pérez en la presentación de “ParAlicia” (Foto: Marta Sánchez)

Frank Fernández, Alicia Alonso, Viengsay Valdés y Alejandro Pérez en la presentación de “ParAlicia” (Foto: Marta Sánchez)

El día anterior, en el cine Charles Chaplin del Vedado habanero, tuvo lugar el estreno mundial del Videoarte “ParAlicia”, homenaje a la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, quien al llegar a la sala junto a su esposo Pedro Simón, director del Museo Nacional de la Danza, fue recibida por el público con múltiples aplausos y expresiones de cariño.
El videoarte es producto del interés del pianista Frank Fernández de rendirle homenaje en sus noventa y cuatro años de vida, para lo cual localizó a la primera bailarina Viengsay Valdés, quien interpreta una coreografía creada especialmente para la ocasión por Tania Vergara, con sede en el salón de ensayos del BNC y la presencia en vivo del propio Fernández en el piano Y, por supuesto, Alicia Alonso sentada en un butaca en que se disfruta, como siempre, de su concentración, lo cual se observa en el movimiento de sus manos, la expresividad del rostro.
Para presentar “PorAlicia”, junto a Frank Fernández y Viengsay Valdés subió a escena su grabador, el cineasta Alejandro Pérez; los tres explicaron los pormenores de este homenaje nacido desde dentro de cada uno.
No casualmente, antes de este significativo videoarte, de las motivaciones más íntimas que hacen del BNC reconocida compañía internacional, el Museo Nacional de la Danza llevó a la pantalla una síntesis biográfica de “Alicia Alonso, órbita de una leyenda”, obra que realizada por José Ramón Neyra nos introduce en su trayectoria profesional desde pequeña, en Cuba y el mundo, desde donde siempre regresa a la patria para crear, venciendo arbitrariedades, una compañía de ballet que se abre a la población cubana, a pesar de ser un arte de élite en otras regiones. Así se sintió cuando expresó la propia Alicia al público: “Gracias, me han emocionado, tengo muchas ganas de llorar”.

 

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