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Bailaora flamenca Cristina Hoyos. Premio “Josefina Méndez”

23 de noviembre de 2015

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Foto: Juvenal Balán

 

Una estimulante, profunda iniciativa cultural, resulta el hecho de que la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC) confiera un Premio Internacional – reglamento aprobado en su octavo congreso – a excepcionales figuras extranjeras de relevancia en el mundo de la danza y el ballet, a la vez que han mantenido sólidos vínculos con la cultura y el pueblo cubanos.
¿El nombre escogido para este galardón?: Josefina Méndez, una de las destacadas Cuatro Joyas del Ballet Nacional de Cuba (BNC), en cuya sede fue entregado por primera vez el reconocimiento, este 18 de noviembre, con la presencia de su directora, la prima ballerina assoluta Alicia Alonso, y numerosas personalidades del arte y la cultura cubana.
El poeta y etnólogo Miguel Barnet, presidente de la UNEAC, entregó el reconocimiento a quien ha tenido una entrañable relación con Cuba desde que llegó a nuestra Isla por vez primera, el 22 de mayo de 1975, como estrella de la compañía de Antonio Gades: la destacada bailaora flamenca Cristina Hoyos.
El aniversario 40 del debut de la también coreógrafa en nuestra isla caribeña, dio lugar a una relación que llega hasta nuestros días, lo cual ella pone de manifiesto en ideas como que la danza no entiende de fronteras; por eso –asegura–, “siempre regreso a mi querida Habana, un lugar donde me siento como en casa, porque nunca he visto ballets tan maravillosos como los que he presenciado en Cuba”.
Igualmente, al decir que siempre ha querido dejar aquí un granito de arena, lo relaciona con que las generaciones de cubanos asuman el flamenco como algo suyo, lo cual pudimos apreciar cuando con sus guitarras, cajón, cantos y bailes, terminó la actividad con músicos de la conocida compañía flamenca cubana Ecos.

Critina Hoyos recibe el Premio de manos de Miguel Barnet, Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Junto a ellos Alicia Alonso. directora del Ballet Nacional de Cuba, y Pedró Simón, Director del Museo de la Danza

Critina Hoyos recibe el Premio de manos de Miguel Barnet, Presidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba. Junto a ellos Alicia Alonso, directora del Ballet Nacional de Cuba, y Pedro Simón, Director del Museo de la Danza

El profesor y crítico Ahmed Piñeiro, fue el escogido para ofrecer un recorrido por la vida cultural de la homenajeada, premio del Gran Teatro de La Habana en el 2003, lo cual implicó para él, aseguró, hablar de flamenco, pero también apreciamos la explicación de ideas filosóficas como cuando tilda a quienes hacen de la técnica un fin y no un medio. “Cristina Hoyos, continúa, es una gran intérprete, una gran artista. A una técnica impecable se une una sensibilidad especial para crear y saber estar sobre la escena, y quizás sea esa unión la que provoque… no se puedan apartar los ojos de ella”.
El mismo miércoles, en su programa televisivo “La Danza Eterna”, además de una bien agradable conversación con Hoyos, que, dijo, guardaba de años anteriores, se pudo disfrutar de sus bailes desde joven, la mayoría junto a ese otro amigo de Cuba, el también bailarín español Antonio Gades. Un gusto que todo lo guardado se renueve con el nuevo Premio Internacional Josefina Méndez.
“Yo no entiendo de fronteras y la danza tampoco, por lo que a La Habana, a Cuba, siempre regresaré”, afirmó la bailaora.
El pueblo cubano reconoce en ella a una amiga, a un exponente de la danza española en el mundo, aseveró Piñeiro. Nacida en Sevilla, España, la también actriz y Premio Nacional de Danza 1991, otorgado por el Ministerio de Cultura de España, inició una exitosa carrera en 1969, cuando el destacado bailarín y coreógrafo, Antonio Gades, la incorporó como pareja de baile dentro de su compañía, en la que permaneció durante dos décadas. En 1983 su interpretación de “Carmen”, en el ballet homónimo fue calificada como la mejor ejecución del personaje hasta ese momento. En 1988, Cristina creó su propia compañía, el Ballet Cristina Hoyos, que debutó un año después en el Festival de París, en el teatro Rex, con su primer espectáculo “Sueños Flamencos”. Para 1990 la presentación  en las Óperas de París y Estocolmo significó la primera vez que se presentaba una compañía flamenca en ambos escenarios. Durante su extensa carrera como bailaora ha recibido un cúmulo de reconocimientos y premios por todo el orbe.

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