Amada Morado: alma, corazón y vida
30 de agosto de 2019
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El espacio “Encuentro con…” en su etapa veraniega del 2019 cerró este 29 de agosto en el Salón Mayo del Pabellón Cuba, como se dice en buen cubano, con broche de oro. La última invitada sorprendió por la delicadeza de sus palabras, la seguridad de sus argumentos y porque es uno de esos rostros a los que el tiempo no quita su belleza.
Segura de sí misma, Amada Morado supo siempre que nació para el arte. Desde pequeña quedó fascinada con la actriz Gina Cabrera y otras grandes de aquella época, así como por la calidad de las novelas radiales. Ese fue la génesis de lo que vendría después.
“Me gustaba vivir distintas vidas, personajes. Eso es cosa de locos, decía mi familia”, comenta a la anfitriona de la cita, Magda Resik Aguirre, periodista y directora de Habana Radio.
En su infancia – explica –, las actrices eran mal vistas y se consideraban como prostitutas; por eso intentaron quitarle aquel deseo de aparecer en la pantalla chica o actuar en teatros. Sin embargo,no hubo segundos caminos para forjar su propio destino.
A los 16 años se marchó del hogar “y me fui a andar La Habana; durante mucho tiempo estuve arreglando uñas de casa en casa”. Sucede que la Revolución triunfa y trae consigo numerosos cambios sociales para la Isla. Es entonces cuando la joven Amada comprende el significado de la palabra Patria, además de “los derechos de la mujer, a llevar una vida digna y estudiar. La Revolución me hizo confiar en ella y lograr mi objetivo”, asevera.
Como la vida casi siempre te coloca en el lugar indicado, Amada pronto se vincula al grupo de artistas aficionados del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura, hasta llegar a Teatro Estudio. Su debut, rememora, ocurrió el 19 de mayo de 1967 junto a María de los Ángeles Santana.
“¿Qué encontró Amada en la actuación? ¿Cuánto aprendió?”, la interroga Resik Aguirre. Ella le “agradece a la vida” y recuerda a Teatro Estudio como “algo extraordinario, su primera escuela”.
Para ella significó un período fecundo donde aprendió de dos grandes del teatro cubano, Raquel y Vicente Revuelta. “Hacíamos una obra los martes y miércoles que se llamaba «Experimental», mientras que de jueves a domingo se hacían funciones nocturnas y el propio domingo había, además, dos sesiones”, expresa.
Los artistas, advierte la invitada al “Encuentro con….”, “a veces son un poco locos, pero qué locura más hermosa. Empiezas a conocer tantas personas, te metes en la piel de los personajes y después viene la relación con el público”.
Amada disfruta el teatro al máximo en cada interpretación, precisamente, por el vínculo entre el espectador y el artista. Así lo dicta su pensamiento: “Sentir el aplauso, la reacción, la química es algo indescriptible; quien lo ha vivido sabe lo que digo. Ese bichito cuando te pica no te abandona nunca más”.
En su carrera profesional, la radio fue otra de sus grandes escuelas, no solo porque le enseñó a trabajar en la dicción, sino también por la posibilidad de interpretar dísímiles personajes, desde una niña hasta una señora mayor. “El público no te ve y le das la posibilidad de imaginar”, precisa.
La televisión, en cambio, “te obliga a ser un lince, tienes que estar preparada para todo”, declara. Reconoce al mismo tiempo la importancia de estudiar los personajes, ya que no se trata de aprenderse los guiones y nada más, es preciso tener mucha seguridad en lo que se llevará a la pantalla. Y agrega: “Hay personajes que se quedan por mucho tiempo”.
Viene a su mente la Emelina de la novela “Destino Prohibido” o sus papeles en “Bodas de sangre”, “La casa de Bernalda Alba”, en la piel de Doña Inés, por solo citar algunas de sus 150 actuaciones a lo largo de su vida artística.
Su relación con el Sindicato de Trabajadores de la Cultura ha sido permanente e inspiradora. En esa organización “se liberan muchas batallas de los artistas”.
Con una extensa carrera profesional aconseja a los jóvenes ser disciplinados y amar su oficio; “si no lo haces es muy difícil que triunfes”, señala. Durante el “Encuentro con…”, entre risas y revelaciones, explicó que las personas en la calle dicen no quererla en sus casas, debido a su personaje en la telenovela actual “Más allá del límite”.
Habanera desde el mismo momento en que abrió los ojos, Amada Morado parece no desprenderse de la actuación ni un solo momento. A sus 75 años edad, los deseos de seguir en el arte nos avisan que le vejez es un estado mental en la raza humana.
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