Abstracción afronorteamericana en La Habana

4 de agosto de 2014

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Maydelis Gómez Samón

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Abstracción, África, América, Artes plásticas, Museo Nacional de Bellas Artes, Pacífico

“La abstracción y los artistas afronorteamericanos” es la más reciente exposición que exhibe el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA). A través de 38 piezas de 9 creadores, el público puede explorar los aportes que los artistas afronorteamericanos han hecho al arte abstracto, y en especial su contribución en cerrar la brecha entre forma y contenido reintroduciendo un componente cultural que restaura las formas y los símbolos apropiados de África, el Pacífico y las culturas americanas.

En estas obras de pequeño y mediano formato se perciben no solo definiciones más tradicionales de la abstracción, sino también obras que retan tales nociones, incluyendo varias piezas creadas específicamente para esta exposición en La Habana, explicó uno de los curadores y artista que participa en la muestra, Ben Jones.
Él junto a Nannette Carter, Willie Cole, Jayne Cortez, Victor Davson, Melvin Edwards, Bill Hutson, Senga Nengudi y Howardena Pindell, conforman los nueve artistas reunidos por vez primera en una de las salas del edificio de Arte Universal del MNBA. Todos ellos poseen un gran reconocimiento en su país e internacionalmente y su obras se exhiben en prestigiosos museos y galerías de todo el mundo.

La obra de estos nueve artistas, a pesar de sus variadas técnicas, se distinguen –en opinión de la crítica de arte Moraima Clavijo- por la búsqueda de las raíces africanas que les son comunes, su decisivo papel en la cultura norteamericana y, particularmente, en el ambiente cultural y artístico de Nueva York.
Por su parte, Alejandro Anreus, profesor de Historia del Arte y Estudios Latinoamericanos de la Universidad William Paterson en New Jersey, considera que ellos, como sus mejores antepasados, liberan la abstracción del juego vacío de meras relaciones plásticas. Sus pinturas, obras en papel y esculturas, evocan las complejidades de la vida y celebran el hábito de ser humano. Además, añade, “esta exhibición es también un gesto de solidaridad entre esos artistas afro-americanos y la cultura cubana. Esta conexión comenzó durante los primeros años del siglo pasado y continuará. Sus comunes raíces e historias son profundas”.

Estos creadores toman sus obras como instrumentos de lucha para eliminar las discriminaciones y desigualdades que sufren la mayoría de las poblaciones afrodescendientes, indica Tomás Fernández, investigador y profesor titular de la Biblioteca Nacional de Cuba “José Martí”. Algunos de estos artistas “las utilizan para denunciar y buscar formas para la construcción de un mundo más justo; otros conscientes o no, se evaden de la trágica realidad que les rodea, y materializan obras alejadas, aparentemente, de las problemáticas sociales y más agudas con las cuales conviven”.
Según la curadora asistente del Museo Studio en Harlem New York, Naima J.Keith, la expo busca resaltar abstracciones multiveladas y posibilidades interpretativas, llamando la atención sobre la influencia del espacio en tanto noción de la diáspora africana. “El resultado es más una mediación sobre la práctica de la pintura al ser una resistencia a las representaciones históricas y una lectura contemporánea del cuerpo negro en el paisaje. Lo que queda a través de la figuración es una destilación de la forma, el sitio y el espacio dentro de su verdadera esencia reconstituida dentro de una explosión escatológica de forma y color”.

Obras como la que se encuentra sobre estas líneas, pueden ser disfrutadas por quienes recorran la muestra, pero siempre se convida a observarlas con detenimiento, pues a pesar de la simpleza, tienen un discurso profundo. Quizás, en una primera lectura usted relaciona estas piezas con una quemadura como marca comercial. Pero si vemos el vínculo entre obra y título (soles, palabra que significa suela de zapato o planta del pie), las quemaduras gráficas parecen huellas más furtivas. El propio autor de estas imágenes, Willie Cole ha explicado su continuo uso de la quemadura como medio para desdecir visualmente la historia de los africanos esclavizados en los Estados Unidos. Entonces, luego de una segunda lectura pueden surgir interpretaciones como la de Naima J.Keith, quien conecta la quemadura de la plancha con la imagen de un zapato de tenis e interpreta que en estas piezas Cole está provocando “preguntas sobre el legado de la esclavitud, nuestra relación con la cultura del consumo y los beneficios de la masculinidad negra para la industria deportiva”.
Esta exposición es en memoria de Jayne Cortez, una de las creadoras que forma parte de los nueve artistas, y que falleció recientemente. Sobre ella Ben Jones expresó que su poesía inspiró al mundo a pensar y luchar por la justicia.  Además, supo combinar su innovadora y poderosa lírica con la gran forma de arte afronorteamericano del jazz y la ejecución para inspirar al público una aproximación más progresista de la poesía. De igual forma piensa el poeta afronorteamericano Amiri Baraka, quien afirma que Cortez fue “una de las poetisas más importantes de la última media centuria”.

“La abstracción y los artistas afronorteamericanos” es una acercamiento más a los Estados Unidos y a su cultura, pero también es el redescubrimiento y reconocimiento de otro punto en común entre los dos países que es lo afronorteamericano. Y sobre todo, como dijo a Habana Radio Maria Cristina Perera, directora del MNBA, marca una pauta más entre las relaciones de Cuba y Estados Unidos. “Vemos la cultura como puente entre ambas naciones. Este es un vínculo que tiene un flujo natural, que se ha ido enriqueciendo y que seguirá en aumento”, pues como precisó en la Bienal de La Habana en 2015 por vez primera Cuba contará con una exposición del Museo del Bronx.