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Samuel Morse (1791-1872)

2 de abril de 2022

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Aunque muchos lo consideran el inventor del telégrafo, tal primicia es aún objeto de debate, sobre todo si se tienen en cuenta anteriores desarrollos tecnológicos. Sin embargo, el nombre de Morse se ha perpetuado para la historia por el código binario (punto-raya + silencio/espacio) que lleva su nombre: la clave o código de Morse, un lenguaje de signos que a más de su rol en la historia de las comunicaciones civiles o militares, derivó en la fórmula fundamental para la trasmisión expedita de datos e informes meteorológicos en la segunda mitad del siglo XIX y primera mitad del siglo XX.

En Cuba, los primeros cables telegráficos se tendieron en 1853, siguiendo el trazado del ferrocarril La Habana-Bejucal, cuya línea había sido calculada por el recorrido más corto entre ambas localidades. Veinte años después, el padre Benito Viñes resultó el primer meteorólogo de la Isla que empleó telegramas para el trabajo operativo, analizando regularmente durante la temporada ciclónica los reportes de mal tiempo en las Antillas, transmitidos a La Habana por cable submarino.

Desde fines del siglo XIX, y para agilizar el envío de los datos, los meteorólogos comenzaron a emplazar instrumentos en las proximidades de las oficinas de telégrafos, a partir de lo cual las respectivas instalaciones compartieron el calificativo de “estaciones”, ya fuesen telegráficas o meteorológicas.

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En los años siguientes, con el incremento, dispersión y perfeccionamiento de los puntos de medición y vigilancia del estado del tiempo, el personal de los servicios meteorológicos tenía entre los requisitos obligatorios dominar el código de Morse, y adiestrarse en el manejo de los pulsadores o “llaves”, y los receptores de señales.

Aunque hace tiempo que no se usan tales medios, la red pluviométrica del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos continúa operando decenas de instrumentos de medición en estaciones de telecorreos del Ministerio de Comunicaciones, lo que resulta un relicto de esa historia ahora lejana.

Samuel Finley Breese Morse falleció en New York el 2 de abril de 1872, y al conmemorar su sesquicentenario en 2022, lo recordamos por el célebre lenguaje universal codificado, tan original como sencillo, utilizado regularmente desde 1844 y vigente durante más de un siglo; un código portador del dato y el aviso salvador de vidas y recursos, con sus series sonoras de puntos y rayas.

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