Irma
8 de septiembre de 2022
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Cinco años han transcurrido desde que este huracán cruzó sobre territorio cubano. Había surgido el 30 de agosto, como depresión tropical, pero a los cinco días alcanzó fuerza de huracán SS-5, con vientos sostenidos de 295 km/h. Tras algunas fluctuaciones de intensidad, y ciclos de reemplazos de la pared del ojo, recuperó su máxima categoría (SS-5) antes de tocar en Cayo Romano el 8 de septiembre de 2017, con vientos sostenidos estimados en 275 km/h.
El ojo de Irma perlongó tangencialmente la costa norte de Cuba hasta playa de Carahatas, en Villa Clara, en cuyo recorrido mantuvo la categoría SS-3. Su extensa circulación produjo vientos con fuerza de tormenta tropical desde Guantánamo hasta Artemisa, y con fuerza de huracán en la franja septentrional de Camagüey, Ciego de Ávila, Sancti-Spíritus, Villa Clara, y el nordeste de la provincia de Matanzas. El campo de vientos del sistema generó olas de entre 6 m y 9 m de altura, que provocaron inundaciones costeras, principalmente entre Caibarién y La Habana.
Según los datos del Instituto de Meteorología, en varias estaciones de la red básica nacional se midieron precipitaciones entre 600 mm y 700 mm, que vinieron a paliar un intervalo de sequía anterior. Como sistema típico del bimestre agosto-septiembre, con largas trayectorias casi en paralelo con el eje del Archipiélago, Irma motivó que el Centro de Pronósticos del Insmet emitiera 44 avisos de ciclón tropical.
La temporada ciclónica de 2017 resultó muy activa, con 17 tormentas tropicales, de las cuales 10 alcanzaron intensidad de huracán. Por coincidencias en la historia, Irma impactó en Cuba 85 años después del célebre huracán de Santa Cruz del Sur, de 1932, sistema anterior en la lista de huracanes categoría SS-5 que tocaron el territorio nacional. Asimismo, por circunstancias absolutamente aleatorias, ambos organismos coincidieron en llegar a Cuba por las costas del Camagüey.
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