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Inez: un huracán poco recordado en Cuba

29 de septiembre de 2021

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Tal vez, el olvido de este evento se deba al hecho de que al cruzar el territorio insular, Inez no mantuvo la gran intensidad que previamente había alcanzado sobre el mar Caribe. Sin embargo, lo más significativo fue su trayectoria, que derivó en un tortuoso recorrido que trajo copiosas lluvias a prácticamente todo el país.

Era el noveno ciclón tropical de 1966, localizado por vez primera el 21 de septiembre, a 10º de latitud norte en el océano Atlántico central. Después, se desplazó seis días con rumbo medio hacia el oeste, hasta llegar al arco de las Antillas.

El domingo 25, a las 8:00 p.m., el Instituto de Meteorología (Insmet) emitió el primer boletín especial (aviso de ciclón tropical) referido al nuevo sistema, cuyos vientos excedieron al día siguiente 120 km/h. En la madrugada del día 27 llegó a la categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, antes de azotar con rachas de 200 km/h a las Islas de Barlovento. A partir de entonces creció la tensión el Insmet, y a las 10:00 p.m. se emitió el boletín especial número 7, que subrayaba el peligro inminente para el oriente del país.

Horas después el huracán cobró mayor fuerza, con posteriores fluctuaciones en su intensidad. Al amanecer del 30 de septiembre cruzó próximo a la estación del radar meteorológico de Gran Piedra, donde la velocidad del viento llegó a 160 km/h, y a continuación prosiguió hacia el oeste, transversalmente sobre Granma, rasando más tarde la costa meridional de Camagüey, Ciego de Ávila y Sancti Spiritus. En este último punto inició una cerrada recurva al norte-nordeste, y atravesó la región central de la Isla.

 

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Pero el impacto de Inez no concluyó con la salida al Canal Viejo de Bahamas, porque al llegar a la latitud de la isla Andros, los centros anticiclónicos bloquearon su movimiento a norte y lo forzaron a girar al suroeste. Entonces comenzó a aproximarse otra vez a Cuba, esta vez por la costa norte entre Matanzas y La Habana.

 

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A partir del 4 de octubre empezaron las lluvias intensas y rachas a intervalos en el occidente de la Isla, que causaron extensas inundaciones en Mayabeque, La Habana, Artemisa y Pinar del Río. En la estación de Casa Blanca se midió una racha del sur con 100 km/h. Hubo daños significativos en la agricultura, y se procedió a la evacuación preventiva de los residentes en zonas de peligro. Según nuestro cálculo preliminar, su número en toda Cuba ascendió a 254 000, aproximadamente. A pesar de todo, se contaron al menos cinco víctimas mortales: una en el oriente y cuatro en occidente.

Antes, Alma había cruzado sobre Isla de Pinos y La Habana, y en septiembre —tres meses más tarde— todas las provincias sufrieron durante una semana, de oriente a occidente, los vientos huracanados y fuertes lluvias asociadas a Inez. En concordancia con su largo periplo, los meteorólogos permanecieron en máxima tensión ocho días con sus noches, enfrascados en pronósticos difíciles que conllevaban grandes incertidumbres. El Insmet emitió 56 avisos de ciclón tropical.

 

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A cincuenta y cinco años de aquel evento, dos aspectos singularizan a este sistema en la historia meteorológica de Cuba: uno es la peculiar trayectoria tejida alrededor del Archipiélago; y el otro que su centro cruzara muy próximo al radar de Gran Piedra, inaugurado veintidós días antes, lo que conllevó a su primer aporte de datos al trabajo operativo con un huracán. Con este hecho, la población descubría la aplicación del novedoso medio técnico, y apreció su utilidad científica y social.

Al disiparse sobre territorio mexicano, Inez puso fin a sus veinte días como sistema activo, después de recorrer 7 300 km sobre el océano Atlántico, el mar Caribe y el golfo de México.

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