ribbon

A 100 años de una expedición al Turquino

22 de julio de 2022

|

 

WhatsApp Image 2022-07-22 at 12.05.18 AM

 

La historia de los ascensos al punto culminante del archipiélago cubano es larga, y los detalles de las primeras conocidas conllevan no pocas incertidumbres. Sin embargo, esta que llegó a la cima el 22 de julio de 1922, aparece entre las que cuentan con aval científico. La llevaron a cabo cuatro extranjeros: Erick Leonard Ekman (sueco); Stephen Cole Bruner y Charles H. Ballou (estadounidenses); y Joseph Sylvestre Sauget (francés), interesados en colectar especies de plantas y animales en esa parte de Cuba.

WhatsApp Image 2022-07-22 at 12.05.19 AM

La preparación para el ascenso comenzó en los primeros meses del año; y enterado José Carlos Millás, director del Observatorio Nacional, preguntó a Ballou sobre su disposición a llevar consigo un barómetro y tomar una secuencia de mediciones que permitieran determinar la altura del Turquino.
El doctor Ballou, entomólogo, había comenzado a sentir una especial atracción por Cuba después de una visita realizada cuando estudiaba en la universidad de Cornell. De ella derivó su posterior incorporación a la Estación Experimental Agronómica de Santiago de Las Vegas, subordinada a la Secretaría de Agricultura, igual que el Observatorio Nacional, por lo que resulta probable que él y Millás se conociesen desde entonces. Ello explicaría la disposición de Ballou para agregar un peso adicional a su abultada impedimenta, incluso teniendo en cuenta que portaba otro barómetro holostérico Short & Mason.

El científico estadounidense requirió de varias sesiones de trabajo en el Observatorio, a fin de adiestrarse en el manejo de un barómetro que el meteorólogo consideraba confiable y preciso. Las mediciones darían la base para calcular la altura de la montaña, mediante un método matemático desarrollado por Millás.

Hasta entonces no existía consenso en cuanto a la altura del Turquino, particularmente la del pico Real, pues los datos diferían con cada expedicionario que efectuaba el ascenso: Frederick Ramsden, 1860: 2 256 m; Erick Ekman, 1915: 2 040 m; Rafael Reineke, 1918: 2 325 m, y así en otros casos. Esas diferencias obedecían, como es de suponer, a errores instrumentales y técnicos cometidos en cada mensura. Lo singular era que, para varios autores, resultaba más simple considerarlas todas correctas, y argüir sin más que el pico Turquino “se estaba hundiendo”.

WhatsApp Image 2022-07-22 at 12.05.16 AM

Eso fue lo que quiso definir Millás. Por tanto, conocedor de lo fácil que resultaba incurrir en errores, pidió a Ballou llevar el citado instrumento, confiable y calibrado por él, y realizar después los cálculos correspondientes.

Emprendida la jornada, los expedicionarios permanecieron cuatro días en la cumbre, del 22 al 25 de julio. El 23, a las 5:00 p. m., se midió la presión atmosférica mínima: 616 mmHg (821,26 hPa) y una temperatura de 13ºC.

Cuando regresaron a La Habana, el meteorólogo efectuó la corrección de las lecturas según la temperatura y latitud, y constató los ajustes del barómetro. Se tomó especial cuidado en verificar el trazado de las isobaras que cruzaban próximas a Santiago de Cuba en el intervalo del 22 al 25 de julio, los días de la expedición, y correlacionarlas con las mediciones tomadas en la base de la montaña. Solo surgió una duda, porque al salir de Yara, Ballou había ajustado la escala a 56,4 m, una altura superior a la verdadera. Después de procesar los datos, Millás obtuvo el resultado: 1 950 m de altitud para la cima del Turquino; 24 m menos que la cota aceptada en la actualidad, que es de 1 974 m.

A pesar de aquella diferencia, nos honramos en recordar el extraordinario esfuerzo de los expedicionarios, y el saber de quien hace un siglo se empeñó en responder a una interrogante de gran valor para la ciencia, y de alto significado patriótico: cuál era la altura del punto culminante de Cuba.

Galería de Imágenes

Comentarios