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La lengua del folclor

16 de abril de 2014

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Reinaldo Echemendía, director del Ballet folklórico de Camaguey

El ritmo es un danzante travieso que se escurre entre músculos y atraviesa la piel sin detenerse en frívolos detalles. Emana como río crecido y arrastra todo a su paso. Seducidos por su poder torrencial, el público disfrutó durante el 19. Festival Habana Vieja: Ciudad en Movimiento de “Un sueño abakuá”, obra del Ballet Folclórico de Camagüey, agrupación sin la cual no podría pensarse ya este evento danzario. Tomando como punto de partida lo que su director Reinaldo Echemendía denomina “espontaneidad organizada”, sus integrantes hicieron vibrar a los espectadores con los movimientos de los íremes y demostraron que es posible coreografiar de manera uniforme ese universo pleno de códigos muchas veces inaccesibles.
“El espectáculo fue un gran reto para la compañía. Como en nuestra provincia no existe esta secta religiosa, los miembros del grupo no conocían sus bailes. Tuvimos que investigar mucho y recibir asesoría para lograrlo”, reveló Echemendía a Habana Radio. Precisamente, cuando celebra sus 40 años de vida artística, este artista enriquece su alma con nuevos desafíos. En la actualidad, trabaja para proyectar al Ballet hacia un concepto mucho más teatral que el puesto en práctica hasta ahora. Sueña con concebir “obras que aborden un mundo más allá de lo pintoresco”. Pretende, incluso, “tomar piezas de la literatura universal y otorgarles nuevo sentido con los elementos autóctonos de la cultura cubana”.

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La búsqueda incesante de conocimientos ha sido una constante en sus cuatro décadas de creación, periodo durante el cual ha comprendido que la cultura cubana es un amasijo inmenso de componentes diversos y que en ello radica su riqueza. De ahí que haya apostado desde 1991 por llevar al arte el mundo de tradiciones que conforman la cultura y la historia acumulada durante 500 años en La ciudad de los tinajones. Con cada nuevo proyecto intenta convertir el folclor en hecho artístico, mediante la fusión entre la espontaneidad de las raíces y la organización del mundo escénico.
En ese proceso la música juega un rol fundamental, ya que acompaña la actuación y, a la vez, es actuante. “Nosotros consideramos que la danza es la música que se ve, por eso nuestros espectáculos son eminentemente musicales y mantienen la teatralidad durante toda la puesta en escena”, explica Echemendía, quien además de liderar el Ballet Folclórico es intérprete dentro de de su elenco. En ese universo ha encontrado las mayores satisfacciones de su existir. Tanto es así que se siente orgulloso por haber enrumbado la vida en esa dirección. No lo duda, si regresara a este mundo, “volvería a ser artista”.

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