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Una vaca se rifa en el Festival por 1 CUC

14 de abril de 2013

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Foto: Rubén Padrón Astorga

Una vaca se rifa por estos días en La Habana, o en su defecto un boleto para viajar a España e ir a conocer personalmente al animal. Una estrafalaria asturiana, lo que podríamos llamar la versión loca de la vaca, pasea por la Habana Vieja. Atuendo de lentejuelas, una peineta española entre sus tarros de vaca (dentro de uno de ellos lleva la virgencita que le regaló su madre), gafas rojas, un álbum de fotos de sus vacas amigas, una caja vacía de leche evaporada y unas madreñas en los pies (zapato típico que usan en su comarca cuando llueve para evitar el contacto con las heces de los rumiantes). Además la acompaña un artefacto inclasificable para amplificar su música.
Al compás del sonido, baila y conquista a los curiosos para que compren las papeletas de la rifa que cuelgan de su cuello. Algunos se acercan por el acento español y su gracia al hablar, otros compran un número de la rifa, fascinados por la idea del viaje a España por solo ¡1 CUC!, mientras que los escépticos se contentan con observar y disfrutar del espectáculo de Mónica Cofiño, de la compañía La Xata La Rifa, quien a través de este personaje realiza serios cuestionamientos a la sociedad.
“Texto y danza para vacas es una forma de salir de los espacios promocionales y los tiempos de producción convencionales. Intento reflexionar sobre esto a través de un espectáculo que empecé a realizar en diversos pueblos, con la idea de buscar nuevos públicos y acercarlos a un evento que estoy creando en Asturias. Terminé construyendo un tour que culmina en ese festival, que ocurrirá en octubre en granjas, gallineros, corrales, prados y playas de mi comarca. Creo que no debemos depender tanto de instituciones, sino buscar nosotros mismos el financiamiento y las vías para concretar nuestros sueños. Por eso me inventé esta rifa de la vaca que ya se ha hecho internacional, así como el festival que promuevo por todo el mundo. Seguramente participarán las personas de los países que he visitado. Es decir, la rifa genera financiación, marketing y publicidad, así como la programación del evento.
“Quiero bailar y viajar, y no voy a esperar a que me programen para hacerlo, ni a ganar una beca. Quiero romper las fronteras que tenemos y comunicar pueblos, ciudades, continentes, pero con la idea de ir, no de esperar, de encontrar, no de buscar.
“La vaca es un animal que habla de la cultura y la historia de cada país. Cuando llego a un pueblo les digo a las personas «vengo a lavar tus vacas, a bailar con ellas», pero en realidad mi objetivo es conocer más profundamente la historia de vida de la gente.
“A algunos lugares llevo la vaca, en otros conecto el teatro con la granja a través de Internet. Como aquí Internet está fastidiado y la vaca es difícil de traer, he tenido que plantearme un gran reto: qué voy a hacer y qué contaré en cada momento, pues tengo que adaptar mi propuesta a la realidad que ahora vivo.
“Paralelamente, propongo un viaje a mi identidad. En Asturias las vacas forman parte del paisaje y antes todas las familias tenían al menos una para pagarse la comida. Pero muchos emigraron hacia la ciudad. Este panorama es a la vez una metáfora sobre la globalización del arte, un fenómeno en el que solo miramos hacia fuera, olvidando nuestras propias tradiciones. Mi idea es pensar en lo global, pero construyendo desde lo local”.
Aún quedan papeletas disponibles de la rifa. Mientras la vaca crece en Asturias, Mónica Cofiño continúa recaudando fondos para su festival de octubre, y usted, si la vaca lo desea, pudiera viajar a España próximamente.

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