ribbon

Miguel Mery Ruíz de Villa, in memoriam. En el aniversario 40 de su muerte

2 de septiembre de 2016

|

Miguel Mery Ruíz de Villa

Miguel Mery Ruíz de Villa

 

 

El 11 de agosto de 2016 se conmemoró el cuadragésimo aniversario de la muerte, en La Habana, del destacado médico cirujano oftalmólogo, y devoto aficionado a la meteorología y la astronomía, Miguel Mery Ruíz de Villa, profesor del autor de esta nota.
Mery nació en Puerto Príncipe (Camagüey) el 12 de marzo de 1902, y allí realizó sus estudios primarios y medios. Se graduó como Bachiller en el Instituto de Segunda Enseñanza de esa ciudad en 20 de junio de 1919.
En 1925 obtuvo el título de Doctor en Medicina por la Universidad de La Habana, inicio de una fructífera carrera en oftalmología, a lo largo de la cual miles de pacientes aquejados de cataratas, pterigium, glaucoma y otras enfermedades de los ojos, le debieron el haber recuperado la visión. Su saber alcanzó fama internacional.
Aún adolescente se inició en el conocimiento de la astronomía y la meteorología. En 1936 logró adquirir un telescopio refractor con objetivo de 152 mm, y poco a poco montó en su hogar un observatorio astronómico y meteorológico dotado del instrumental básico. Fue observador voluntario del ON, y a él se debe una serie de observaciones meteorológicas realizadas ininterrumpidamente desde 1944 hasta 1961 en la zona de Centro Habana, en la Capital.

 

MERY AJUSTA EL TELESCOPIO FECKER

 

 

Fue promotor y fundador (1954) de la Asociación Cubana de Aficionados a la Meteorología (ACAM); así como fundador y Primer Vicepresidente de la Sociedad Astronómica de Cuba.
En 1955, Mery adquirió con sus propios recursos lo que entonces era el segundo telescopio del mundo en un observatorio no institucional. Fue apasionado ejecutante del clarinete y el violín, y aficionado a la pintura de caballete. Sus conocimientos de las ciencias de la atmósfera y del espacio se hallaban en la media de los profesionales cubanos de su época. Sus restos descansan en el Cementerio Cristóbal Colón, de La Habana, y en el Planetario de hermosa Plaza Vieja de nuestra ciudad, puede leerse su nombre en la tarja dedicada a los grandes sabios cultores de estas ciencias.
Los profesionales y aficionados, amantes de las ciencias de la atmósfera y el espacio, te recordamos siempre, querido profesor.

Galería de Imágenes

Comentarios