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Acerca de las primeras computadoras cubanas. Una tecnología esencial para el desarrollo

16 de septiembre de 2016

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Primera computadora hecha en Cuba (CID-201), Orlando Ramos, diseñador principal, y Luis Carrasco, jefe administrativo del grupo

 

En este comentario nos acercaremos a los inicios de la informática y la computación en Cuba, esa técnica que progresa aceleradamente y cuyas perspectivas parecen cada vez más ilimitadas.

Desde la invención del ábaco – dispositivo que permitía contar mediante el empleo de semillas o cuentas que corren sobre una varilla horizontal – han pasado muchos siglos, pero no por ello se ha dejado de pensar en cómo contar cada vez más rápidamente y operar a velocidades muchísimo mayores.

El desarrollo científico y tecnológico de la Humanidad ha impuesto como condición indispensable realizar cálculos que involucran valores inmensamente grandes o inmensamente pequeños, y tomar decisiones que se relacionan con datos e informaciones que es necesario procesar muy rápidamente. Tal es el caso, por ejemplo, de los cálculos y correcciones que es preciso realizar durante el vuelo de un proyectil balístico o de una nave cósmica.

Una de las primeras calculadoras electrónicas, de alta tecnología para su época, fue empleada para la realización de los cálculos vinculados al proceso de crear bombas atómicas en el Laboratorio de Los Álamos, en Estados Unidos, en 1950. Tal máquina, que resultaría inservible hoy, únicamente podía memorizar 27 palabras. Otra máquina, denominada MANIAC, fue empleada en la compleja tarea de crear la primera bomba de hidrógeno en la historia. El MANIAC, con sus 3000 válvulas electrónicas, podía retener en memoria unos 40 000 datos diferentes; y su nombre – que en idioma inglés significa algo así como “maniática” o “loca” – eran siglas de la frase que describía sus funciones: “Mathematical Analyzer, Numerical Integrator And Computer”.

A partir de ese momento, y de manera acelerada, fueron construyéndose ordenadores (o computadoras) cada vez más rápidos y eficientes, hasta llegar a los modernos e imprescindibles ordenadores personales.

Con respecto a Cuba, se conoce que a fines de la década de los 50 del pasado siglo fue importada una máquina electrónica – tal vez la primera de su tipo – dedicada a la lucrativa función de controlar las apuestas efectuadas por los asistentes a las carreras de caballos que se efectuaban en el antiguo Hipódromo de Marianao, situado al oeste de la ciudad de La Habana.

En nuestro país, antes del triunfo de la Revolución, algunas empresas privadas habían introducido máquinas de tipo electromecánico, que usaban tarjetas de cartón perforadas para codificar y realizar operaciones de cómputo. La mayoría de aquellas máquinas eran fabricadas por la empresa estadounidense IBM.

Por su parte, la enseñanza y capacitación de sus operadores quedaban reducidas a cursos cortos impartidos, en la mayor parte de los casos, a los mismos trabajadores de la empresa importadora.

Según se ha documentado, la primera computadora de primera generación utilizada en Cuba fue una máquina de modelo RAMAC, también fabricada por IBM.

Entre los años 1959 y 1967 Cuba solo pudo importar una máquina computadora modelo Elliot 803-B, de segunda generación, que presentaba grandes limitaciones. En octubre de 1967 se estableció en los predios de la Universidad de La Habana el Instituto de Matemática Aplicada y Computación, donde fue instalada la Elliot 803-B y algunas otras más antiguas, ya existentes en el país, que aun no resolvían los ingentes problemas relacionados con el desarrollo de esa importante rama.

Un año más tarde, en 1968, el País adquiere dos computadoras modelo S.E.A. 4000, que serían empleadas en el gran Censo Nacional de Población y Viviendas, realizado en 1970. Después, entre 1970 y 1974 entran al país nuevos y más eficientes ordenadores IRIS, de fabricación francesa.

Las limitaciones derivadas del bloqueo económico impuesto a Cuba y otras prioridades financieras para el desarrollo del país, hacen imprescindible sustituir las importaciones de estos equipos y considerar la fabricación de computadoras en Cuba.

Entre 1969 y 1970 se dan los primeros pasos para el diseño y construcción de tales máquinas. En el mes de abril de 1970 sale de los talleres la primera computadora, modelo CID-201, cuyas siglas se referían al Centro de Investigaciones Digitales, institución donde fue construida. Tal vez, de alguna manera su nombre evocaba al del legendario Rui Díaz, el Cid Campeador, aquel guerrero memorable que hubo de luchar con denuedo en la España del medioevo.

Hasta 1972 se habían producido en Cuba 20 sistemas derivados de aquella primera CID-201. Entonces, aparece la denominada CID 201-B que presentaba un nivel de eficiencia cuatro veces superior, y una memoria ocho veces mayor que su predecesora. En 1980 habían sido construidos 260 sistemas de este tipo, con diferentes variantes, a un costo de más de 21 millones de pesos.

A partir de ese momento la industria electrónica cubana entra en una etapa de rápido desarrollo, caracterizada en la actualidad por el empleo masivo de las denominadas computadoras personales en todas las tareas que desarrolla el país. Hoy tienen exhaustiva aplicación en el control de los procesos industriales, en la investigación, en la enseñanza y en mil funciones más.

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