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Efemérides

Música

Premier mundial del Concierto en RE Mayor, para violín y orquesta, de Beethoven

23 de diciembre de 1806

Beethoven compuso su único concierto para violín en un período de abundante creación en el cual escribió, además, obra tan importantes como la Cuarta y Quinta Sinfonías, el Cuarto Concierto para piano y orquesta, y dio inicio a la serie de los Cuartetos Rasumovsky.
El antecedente histórico inmediato del Concierto en Re Mayor, para violín y orquesta, de Beethoven, se encuentra en la serie de cinco escritos por Mozart en 1775. Tocaba Beethoven, por lo tanto, la comprometida tarea de volcar en la sonoridad de ese difícil instrumento, que él mismo no tocaba, el espíritu y el lenguaje de una nueva época. Así, respetando en lo esencial el esquema clásico heredado, Beethoven dio a su Concierto mayores dimensiones que los de sus predecesores, mediante una expansión más amplia de las ideas, sobre todo en el primer movimiento.
También la ejecución solística requiere un sonido más firme y poderoso, al enfrentarse a una orquestación más densa y sólida. Pero, por encima de cualquier innovación técnica, Beethoven logró plasmar en este Concierto uno de los momentos más generosos y emotivos de su imaginación creadora. Sin embargo, después de su estreno la obra fue interpretada muy pocas veces hasta que un gran virtuoso, el húngaro Joseph Joachim, la revivió elevándola a los primeros planos de popularidad y convirtiéndola, desde entonces, en una obra obligada en el repertorio de todos los grandes violinistas y en los programas de concierto de todo el mundo.
El estreno del Concierto en Re Mayor, para violín y orquesta, de Beethoven, obra que ocupa el opus 61 en el catálogo del compositor alemán, estuvo a cargo de Franz Clement, quien interpretó la obra de arriba abajo, a primera vista y sin ensayo, desde su silla de primer violín de la Orquesta del Teatro de Viena. Eso ocurrió hace 201 años, UN DIA COMO HOY.

Nace la violoncelista canadiense Zara Nelsova

23 de diciembre de 1918

Descendiente de una familia rusa, la brillante violoncelista canadiense-norteamericana Zara Nelsova, recibió de su padre las primeras lecciones musicales. Más tarde estudió con Dezse Mahalek, entre 1924 y 1928, y al año siguiente se fue a Londres para continuar sus estudios con Herbert Walenn, hasta 1935.
Pero ya en el 31, con sólo trece años de edad, la Nelsova se había presentado como solista con la Orquesta Sinfónica de Londres. También con sus hermanos, uno pianista y el otro violinista, organizó un trío que se anunció como Trío Canadiense, y con el que recorrió Australia, Inglaterra y Sudáfrica.
A su regreso a Canadá, la Nelsova trabajó como primera cellista en la Orquesta Sinfónica de Toronto entre los años 40 y 43; luego integró un nuevo Trío Canadiense, esta vez con Kathleen Parlow y Ernest MacMillan, que se mantuvo actuando desde el 41 hasta el 44. Entretanto, la Nelsova, que había debutado en 1942 en el Town Hall de Nueva York, continuó sus estudios de violoncelo con los notables Pablo Casals y Gregor Piatigorsky.
En 1962, Zara Nelsova pasó a integrar el staff de profesores de la famosa Escuela de Música Juilliard, de Nueva York, y como intérprete recibió muchos elogios de la prensa especializada por sus versiones llenas de lirismo y de “eso” que los especialistas dieron en llamar “el toque ruso”.

Zara Nelsova, cuyo apellido real era Katznelsen, nació en Winnipeg, hace 89 años, UN DIA COMO HOY.