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Efemérides

Historia

Nace Enrique Roig San Martín

05 de noviembre de 1843

Nace Enrique Roig San Martín, considerado un precursor de las luchas por el socialismo en Cuba.
Aunque los primeros instantes de su vida transcurren en el barrio habanero de Jesús María, Enrique Roig no desciende de una familia proletaria. Es hijo de médico y, sin embargo, encamina su vida hacia los ingenios, donde trabaja como Maestro de Azúcar.
Por inquietud cultural y vocación libertaria realiza lecturas sobre los movimientos sociales europeos de la época, lo cual contribuye a una radicalización de sus concepciones políticas.
Enrique Roig San Martín labora como tabaquero y funda, en mil 887, el periódico ´´ El Productor ´´, órgano proletario de combate.
Su máxima aspiración es fundar un partido socialista en la Isla, aunque aún las ideas que preconiza poseen un marcado acento anarquista.
La muerte prematura, a los 46 años de edad, le impide transitar al marxismo y al independentismo activo, camino hacia los cuales evolucionaban sus ideas, según afirman los historiadores.
Como evidencia de la gran estimación que le profesaban los trabajadores, el fallecimiento de Enrique Roig San Martín – ocurrido el 29 de agosto de mil 889 – provoca una desbordante manifestación de duelo popular.

La Bayamesa compuesta por Perucho Figueredo es reconocida por primera vez, de manera oficial, como Himno Nacional de Cuba

05 de noviembre de 1900

La Bayamesa, compuesta por Perucho Figueredo al fragor de los combates iniciales contra el poder colonial español, es reconocida por primera vez, de manera oficial, como Himno Nacional de Cuba.
El acontecimiento se produce durante la celebración de la Asamblea Constituyente.

Música

Premier mundial del poema sinfónico “Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel”, de Ricardo Strauss

05 de noviembre de 1895

“Till Eulenspiegel” es un libro popular en el cual se relatan las aventuras de un personaje, basado en un tipo real que vivió entre 1300 y 1350. Dicho personaje encarna la socarronería y la astucia del campesino que pone en ridículo la presunción de mercaderes, clérigos y nobles, en una loca carrera de ingeniosas travesuras por Alemania y Flandes, burlando la justicia.
El apelativo alemán “eulenspiegel” puede traducirse como “espejo del búho”, y parece provenir de un viejo proverbio que reza así: “El hombre no puede ve3r sus propias faltas, así como el búho no puede saber cuán feo es mirándose al espejo”.
Y aunque el personaje literario paga en la horca sus infinitas travesuras y su bellaquería, parece que el verdadero Till murió tranquilamente en su lecho doméstico.
Y en 1894, el compositor alemán Ricardo Strauss comenzó la partitura de un poema sinfónico basado en la leyenda del famoso pícaro alemán, y al que dio como título “Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel”.
La obra está estructurada como un vasto rondó cuyo ritornello o tema recurrente es enunciado por la trompa al principio del poema, seguido de un breve motivo en el clarinete. Esta idea, a la que se atribuye la expresión de la irónica personalidad de Till, reaparece modificada después de cada una de las cuatro “travesuras” de que consta el poema de Strauss.
Para su interpretación, la obra requiere una gran orquesta sinfónica con un notable incremento de los instrumentos de viento.
Y aunque su autor se negó a ofrecer un programa literario que justificara las diferentes partes de su obra, los comentaristas musicales se han agenciado un programa que puede resumirse así:

En la primera “travesura”, Till atraviesa a caballo por un mercado, destrozando la loza y dispersando los cacharros. En la segunda, el pícaro se disfraza de sacerdote, lo cual es expresado por la música sencilla y piadosa de un canto popular. En la tercera “travesura”, Till le hace el amor a una doncella que lo rechaza bruscamente, y este fracaso amoroso provoca su furia. En la cuarta “travesura”, Till se burla del desfile de los grandes señores y altos dignatarios del pueblo, y aunque escapa a la ira de los poderosos, al final es apresado y conducido a la horca.
El tema de Till se transforma en un aullido de muerte que parece sugerir una nueva y última burla del incorregible pícaro.
La premier mundial del poema sinfónico “Las alegres travesuras de Till Eulenspiegel”, de Ricardo Strauss, estuvo a cargo del legendario director Franz Wüllner, y ocurrió en Colonia, hace 112 años, UN DIA COMO HOY.