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Ventajas y desventajas del fracaso

7 de noviembre de 2014

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El fracaso y el éxitoDecíamos la semana pasada que sobre los fracasos y su esencia quedaba mucha tela por donde cortar y es que en el vivir cada día, siempre vamos a encontrar dichas y no dichas, momentos de claridad y otros de cierta o total oscuridad, pero si no somos capaces de asumir la oscura, de saber encender la luz para que vuelva la claridad, no podríamos tampoco ser felices con las dichas y los momentos de claridad que nos puedan llegar. El problema no es caerse ni mucho menos las veces que sucede, sino, las que somos capaces de levantarnos, de hacer cada cual con lo que la vida nos pueda hacer lo más positivo y provechoso. En el caso del fracaso, no es agradable, pero al convertirlo en fuente de aprendizaje y experiencias, y lo más importan te aplicarlo en nuevas empresas, por ahí estará la utilidad y positividad del fracaso.
Otro elemento que nos puede afectar en esto de declarar un fracaso, y de sentirnos derrotados, es el perfeccionismo, hay que evitar por todos los medios, desde las más tempranas edades educar a nuestros hijos en esa forma positiva y utilitaria de asimilar los fracasos, que siempre han existido, existen y existirán en la vida de cualquiera de nosotros. Errores cometemos todos, la diferencia es que unos sacan de ellos enseñanza para el futuro y humildad, mientras que otros sólo obtienen amargura y pesimismo. El éxito, volvemos a repetir, está en la capacidad de superar los tropiezos como decimos los cubanos, con carácter deportivo y sin coger lucha, que no quiere decir en ningún momento que no le demos la importancia que merecen
Da pena ver a personas inteligentes venirse abajo y abandonar una carrera o una oposición al primer suspenso; a jóvenes que fracasan en su primer noviazgo y maldicen contra toda la humanidad; a aquellos otros que no pueden soportar un pequeño batacazo en su brillante carrera triunfadora en la amistad, o en lo afectivo, o en lo profesional, y se hunden miserablemente. El mayor de los fracasos es precisamente, dejar de hacer por miedo a fracasar.
Otra de las ventajas que tiene el fracaso es que nos enseña a estabilizar el carácter, al autocontrol emocional, al mantenimiento de adecuados niveles de auto estima, y contribuye directamente a la práctica y aumento de los niveles de auto conocimiento y  por consecuencia de auto seguridad. Esa es la otra cara del fracaso que nada tiene que ver con esa que lo limita solo al significado de su palabra, fracaso que tiene como sinónimo, chasco, frustración, desengaños y tantos y tantos todos matizados por el pesimismo, la derrota y la negatividad.
Se aprende más con los fracasos que con los éxitos porque nos obliga a analizar desde otra perspectiva los hechos que no han dado los resultados esperados y por ello, es importante tener en cuenta no solo la idea de lo creado, es un punto importante que nos motiva, nos inspira a emprender la tarea, pero en ocasiones no se puede lograr porqué no existen todas las condiciones para ello, entonces, en este caso, no podemos hablar de un fracaso, por el contrario, nos enseña, nos alerta, nos muestra que debemos hacer para finalmente llevar a vías de hecho nuestros sueños. Que no se logren los resultados esperados no significa que nos hayamos equivocado y mucho menos que seamos los tontos fracasados.
Ya comentábamos como el fracaso afecta y disminuye considerablemente  la autoestima y origina en nosotros mismos la desconfianza y por supuesto, llegamos a dudar hasta de nuestros propios sueños, proyectos, anhelos.
Durante el proceso del fracaso nace el descontento por la necesidad de reconocimiento y es cierto, necesitamos que los otros nos confirmen lo que nosotros dudamos, la verdad sobre nuestro propio valor, que no se puede medir por todo lo que hacemos porque somos mucho más que nuestras obras.
Es aquí donde se impone un diálogo interior, ese conversar con nosotros mismos, y contarnos esas verdades que en ocasiones evadimos, sobre todo, porque es muy común en estos casos de fracasos, justificarlos, buscar un culpable, o auto engañarnos para evadir la verdadera razón. En situaciones de fracaso, se impone esa honestidad, no solo con los demás, sino con nosotros mismos, que finalmente se erigirá como una gran fuente de conocimientos, de aprendizajes, de experiencias, que no sería posible conocerlas si continuamos aferrados a la auto mentira y a la auto evasión del fracaso.
Podríamos entonces pensar que es bueno tener siempre fracasos para aprender y ser mejores, tener más experiencias en la vida, y no, no es así, porque los fracasos se pueden prevenir y este ejercicio de prevención de los mismos, se erige también como una fuente de aprendizaje en nuestro vivir cada día. De ello les propongo comentar la próxima semana.

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