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Valoraciones de José Martí sobre la obra de José Echegaray

17 de junio de 2016

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El 21 de junio de 1879 en el Liceo Artístico y Literario de Guanabacoa José Martí pronunció un discurso acerca de José Echegaray. Esa intervención no se conserva y sólo aparecen en el tomo 15 de sus Obras Completas varios fragmentos, algunos de los cuales son referencias hechas por Martín Pérez en una crónica publicada en La Patria, el 29 de junio del citado año.
También en unos trabajos que publicó en 1875 en la Revista Universal, de México comentó en torno a obras de este creador.
José Echegaray fue un dramaturgo y político español. Su nacimiento ocurrió en Madrid. Se ha señalado que se produjo el 19 de abril de 1832, aunque en algunas publicaciones se comenta que fue en 1833. Pasó su infancia en Murcia, donde realizó los estudios correspondientes a la enseñanza primaria. Fue allí, en el Instituto de Murcia, donde comenzó su afición por las matemáticas. Con el objeto de preparar el ingreso a la Escuela de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos, se trasladó con catorce años a Madrid, donde ingresó en el recién creado Instituto de Segunda Enseñanza San Isidro.
Cuando contaba 20 años se graduó en la Universidad de Madrid como Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Se trasladó entonces hacia las zonas de Almeria y Granada donde trabajó. Años después se desempeñó como profesor de matemáticas y física en la Escuela de Ingenieros de Madrid desde 1854 hasta 1868. Realizó importantes aportes tanto en esa especialidad como en la física y llegó a ser considerado como el más grande matemático español del siglo XIX.
Desde 1868 y hasta 1874 fue ministro de Comercio, Educación y Economía en diversos gabinetes del gobierno español. En 1905 volvió a ocupar ese cargo. Ya a partir de 1874 había comenzado a escribir obras y produjo más de sesenta dramas en prosa y verso. En 1904 se le confirió el Premio Nobel de Literatura.
Estuvo escribiendo hasta poco tiempo antes de su muerte, incluso no sólo obras de ficción sino también de temas relacionados con su profesión. Con 83 años comentaba: “No puedo morirme, porque si he de escribir mi Enciclopedia elemental de Física matemática, necesito por lo menos 25 años.” José Echegaray falleció en Madrid, el 14 de septiembre de 1916
Martí comentó sobre la titulada La esposa del vengador de este creador español y expresó que ese drama presentaba un argumento nuevo, grandiosamente concebido, sonoramente rimado, dispuesto con más osadía que práctica y pensado y hablado con gran fuerza de creación y atrevimiento. Añadió seguidamente que tenía defectos graves y también bellezas a raudal.
Consideró que los defectos eran de artificio, de disposición y que aún en ellos no se encontraba nada vulgar. Seguidamente se refirió a cómo se desarrollaba la obra formada por tres actos. Explicó que el drama descansaba en la perdida de la vista de la protagonista y el desenlace estaba asociado con la recuperación de su visión.
Martí opinó sobre el manejo del tiempo entre un acto y otro, y al respecto manifestó en la crítica que hiciera a la obra La esposa del vengador de José Echegaray: “Algo hay grave en la obra, y es la licencia de tiempo que en ella se ha tomado el autor. Tan hermoso es el drama, que entusiasma a pesar de este defecto; pero el defecto es grave en sí.”
Llamó la atención del salto que se había producido entre el final del primer acto y el comienzo del segundo, en que de pronto sin previa explicación el espectador se encuentra que han transcurrido tres años. Y dijo al respecto: “Falta indudablemente en el drama, la unidad de tiempo; no la que rigurosamente exigen retóricos y preceptistas, sino la que quiere racionalmente el instinto de la verdad.”
Y añadió más adelante: “Se disculpa y se perdona, pero no se justifica la falta de unidad en este drama. Aquí la concepción grandiosa no alcanzó la realización hábil: de allí el defecto.”
Calificó a esta obra como extraña, grande, defectuosa y exclusivamente estética y planteó que sus defectos son más notables que su misma originalidad.
Detalló más adelante al exponer otras consideraciones tanto positivas como negativas sobre este drama: “Hay violencia en algunas situaciones; pero hay extraordinario atrevimiento en numerosas escenas, en que de súbito y vigorosamente pone en contraste caracteres por completo distintos. Es lírica porque lo pide así su clase de belleza. No es el lirismo de Echegaray la armonía vana de una versificación fácil y abundante; es el lirismo del concepto; es la filosofía en la poesía; es el sentimiento expresado en imágenes bellas.”
Finalmente dijo que consideraba buena, bella y grandiosa la obra irregular de Echegaray. Y agregó: “La amo porque me ha hecho gozar, y la estimo porque a un tiempo obraron en ella un gusto exquisito, el hábito del bien hablar, una fuerza poderosa de creación, y unas inconformidades con la existencia que dan alta medida del rebelde espíritu y del potente entendimiento del autor.”
No fue esta la única ocasión que Martí hiciera referencia y expusiera valoraciones sobre obras de José Echegaray.
Por ejemplo también en la Revista Universal de México, en la edición correspondiente al 9 de noviembre de 1875, él se había referido a otra obra de este autor, en este caso la titulada El libro talonario. En esa oportunidad señaló que las obras hechas no son a veces más que revelaciones de las que se pueden hacer.
Expuso que “El libro talonario” es más un anuncio que una obra y añadió:
“El autor de este libro vino al teatro llamando con voces de ternura al corazón siempre despierto: bosquejó un dolor; bosquejó una belleza; dijo pensamientos nuevos al lado de vulgares pensamientos; no pudo vencer todas las dificultades de la forma. Es esa obra dramática como el primer movimiento de un espíritu altivo, que se debate todavía en una atmósfera que no conoce bien.”

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