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Valoraciones de José Martí acerca del filósofo y escritor italiano Tito Vignoli

30 de junio de 2021

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Tito_Vignoli

 

Tanto en trabajos especialmente dedicados a una determinada personalidad, así como en la sección Constante que publicó desde noviembre de 1881 hasta junio del siguiente año en La Opinión Nacional de Caracas, José Martí comentó acerca de la vida y labor de destacados artistas, literatos, científicos, filósofos y escritores.

El 15 de junio de 1882, por ejemplo, en la sección Constante, se refirió al filósofo y escritor italiano Tito Vignoli, quién había nacido el primero de  febrero de 1829 y llegó a ser profesor de Antropología en la Real Academia de las Artes y las Ciencias y también director del Museo de Historia Natural.

Martí señaló en la sección citada que entre los modernos hombres de ciencia de Italia se hallaba Tito Vignoli a quién catalogó como un escritor de importancia ya reconocida “por más que algunas de las teorías que mantiene, a pesar de ser teorías materialistas, sean meras elaboraciones metafísicas, e hipótesis osadas no comprobables con hechos.”

Martí expuso que entre sus obras se distinguían La Doctrina Racional del Progreso y una que se había publicado en fecha reciente El Mito y la Ciencia.

Con respecto a la primera citada Martí señaló que en dicha obra Vignoli trató en torno a la que le parece ser la ley del progreso humano, el cual, en su origen e impulso, fuera de lo que de sobrehumano pueda tener en sí mismo el hombre que no necesita para su desarrollo de ninguna influencia sobrenatural.

Planteó que otra es la materia que estudia en El Mito y la Ciencia, “en cuyo libro trata de investigar el origen de la vida en su doble manifestación racional y animal, cuyo origen de dobles manifestaciones mantiene el italiano que arranca de una base común de materia que se produce y transforma conforme a la teoría de la evolución…”

Más adelante Martí expone una consideración al plantear: “El misterio no está en el modo con que se desarrolla la vida, sino en la esencia de la vida.”

Martí expuso igualmente a sus lectores un fragmento de lo que sobre el libro de Vignoli se había planteado en una buena revista extranjera.

Y citó: “Vignoli es partidario acérrimo de la teoría monástica en toda su amplitud. Ha construido su libro sin valerse en ningún punto de él de la doctrina que reconoce al hombre dotado de una doble vida corporal y espiritual.”

Y más adelante también señala acerca de lo detallado en la publicación sobre ese científico y su obra: “Vignoli cree que la vida animal no es más que una extensión transformada, una nueva combinación mejorada, de las fuerzas puramente mecánicas de la naturaleza, y que la vida racional, o espiritual, cuyos nombres confunde en uno mismo, no es más que la extensión transformada, y un estado nuevo de la vida puramente animal, llevada a más altas manifestaciones por la simple fuerza de cambios continuos e infinitesimalmente pequeños, verificados a través de las inmedibles estaciones de la formación de la tierra.”

En la parte final de esta sección Constante Martí igualmente expone algunas consideraciones con respecto a la ciencia.

Y expresa que todos los trabajos, los beneméritos y colosales trabajos de la ciencia; que encadena la atención, benefician la vida, fortifican la mente “y nos enorgullecen de nosotros mismos -se reducen a averiguar la disposición de las fuerzas de la naturaleza, y la manera de su desarrollo.”

Precisa. “¡Pero eso es el anhelo del espíritu humano! el hombre quiere saber lo que nadie ha de decirle: ¡La esencia de la fuerza!”

Manifiesta que los seres humanos quieren penetrar lo que el sumo dolor o la vida humana, aparentemente pueril, le ofusca a veces: el objeto de la vida.

Y asegura: “Eso le importa más que la disposición de las fuerzas de la vida. Las ciencias aumentan la capacidad de juzgar que posee el hombre, y le nutren de datos seguros; pero a la postre el problema nunca estará resuelto; sucederá sólo que estará mejor planteado el problema.”

Concluye la sección con la siguiente reflexión: “El hombre no puede ser Dios, puesto que es hombre. Hay que reconocer lo inescrutable del misterio, y obrar bien, puesto que eso produce positivo gozo, y deja al hombre como purificado y crecido. Se magnifica el virtuoso.”

En otros trabajos que José Martí publicó en diferentes etapas de su breve pero fecunda existencia, destacó la labor de otros notables científicos y además expuso valoraciones significativas en relación con el papel de la ciencia.

En un trabajo reflejado en la edición del 18 de junio de 1875, en la Revista Universal, de México, José Martí precisó  que ciencia es el conjunto de conocimientos humanos aplicables a un orden de objetos íntimos y particularmente relacionados entre sí.
También señaló que la ciencia constituía una verdad única, generadora y matriz de todo género y toda clase de verdades.

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