ribbon

Valoraciones de José Martí acerca de la importancia de los libros

10 de febrero de 2017

|

 

52390975

 

José Martí manifestó que los libros consuelan, calman, preparan, enriquecen y redimen y también aseguró que parece que cada libro es una respuesta a nuestras ansias, un paso más adelantado hacia el cumplimiento final de nuestros incógnitos destinos.

Planteó que para saborear los libros es preciso leerlos, no con la imaginación, sino con la experiencia y además aconsejó que los libros debían siempre leerse con una pluma en la mano.

De esto se deriva que a su juicio cada obra literaria podía ser fuente de enseñanza para los lectores y que se pueden encontrar en los libros algunos datos o reflexiones muy útiles y por tanto era conveniente hacer anotaciones.

En uno de los trabajos que publicó en La América, en Nueva York, en noviembre de 1883, expresó: “Un libro, aunque sea de mente ajena, parece cosa como nacida de uno mismo y se siente uno como mejorado y agrandado con cada libro nuevo.”

Para Martí un libro nuevo es siempre un motivo de alegría, una verdad que nos sale al paso, un amigo que nos espera, la eternidad que se nos adelanta, una ráfaga divina que viene a posarse en nuestra frente.

En relación con este tema trató de manera específica en el trabajo titulado Biblioteca Americana, reflejado también en La América, en este caso en mayo de 1884, en el que planteó: “Cada libro nuevo, es piedra nueva en el altar de nuestra raza.”

Martí reflexionó en torno a la diversidad y características de los libros.

Manifestó que hay libros en que parece que va acuñado el corazón mientras que hay otros que constituyen un dolor verlos.

Y, además, afirmó en un trabajo titulado “Un viaje a México”, publicado en La Nación, de Buenos Aires, Argentina, en la edición correspondiente al primero de junio de 1889 que hay libros de gala, escritos con el corazón: que excusan con su sinceridad las ligerezas del juicio, “libros como acuarelas, con un color que tiene algo de rosa y de miel, y una gracia como de pluma de ave blanca; libros de perla, leche y oro.”

Acerca de la trascendencia del hecho de escribir él igualmente expuso consideraciones. Resaltó que al igual que la pintura, escribir constituía un arte y también detalló que no hay placer como éste de saber de dónde viene cada palabra que se usa y a cuanto alcanza, ni hay nada mejor para agrandar y robustecer la mente que el estudio esmerado y la aplicación oportuna del lenguaje.

Martí expresó además que fortalecer y agrandar vías es la faena del que escribe y que no había tormento mayor que escribir contra el alma o sin ella.

Para él, según detallara en un comentario que hizo sobre el libro Tipos y costumbres bonaerenses, publicado en el Partido Liberal de México, el 3 de octubre de 1889, escribir no era cosa de azar, que sale hecha de la comezón de la mano, sino arte que quiere a la vez martillo de herrero y buril de joyería, arte de fragua y caverna, que se riega con sangre, y hace una víctima de cada triunfador; arte de cíclope lapidario.

A manera de ejemplo cito algo que dijera y que resume lo que él experimentaba al escribir ya que señaló que siente uno, luego de escribir, orgullo de escultor y de pintor.

Y en una carta dirigida a Elías de Losada, fechada en Nueva York el 17 de noviembre de 1890, llegó a puntualizar: “Para mí, escribir es servir.”

También en el periódico Patria, el 28 de noviembre de 1893, resaltó:

“Escribir es sentir.”

Desde la etapa de su adolescencia Martí evidenció la importancia que le concedió a la palabra y al hecho de escribir al reflejar lo que sentía en poemas, trabajos periodísticos y otras obras, así como en sus cartas. Con posterioridad también utilizó la palabra oral para exponer sus consideraciones y principios en discursos que pronunció en Cuba y de manera muy especial en los Estados Unidos de América.

Martí fue un hombre, de gran sensibilidad y fervor patriótico, que supo utilizar la palabra como medio de expresión y de combate.

Como escritor elaboró una gran cantidad de poemas y crónicas de gran belleza literaria, así como varias obras de teatro y una novela.

Dos libros de poesías suyos fueron publicados, los titulados Ismaelillo, especialmente dedicado a su hijo José Francisco, y los Versos Sencillos, que elaboró en 1890.

Sus Versos Libres no fueron publicados hasta varios años después de su muerte y la novela titulada Amistad Funesta ó Lucia Jérez, salió reflejada en partes en un periódico norteamericano, aunque él tuvo la intención también de editarla en forma de libro.

En la actualidad hay muchos libros que reflejan aspectos de la obra de José Martí. Incluso ya desde hace años se han estado editando diferentes tomos de la Edición crítica de sus Obras Completas y también en forma de libro se han hecho numerosas ediciones de La Edad de Oro y por supuesto hay diversas obras de autores cubanos y extranjeros que reflejan análisis muy significativos en relación con la trascendencia y vigencia de la vida y el legado martiano.

Galería de Imágenes

Comentarios