Uso correcto de inhaladores
1 de julio de 2022
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Los inhaladores son dispositivos que se introducen en la boca y permiten que un medicamento, atomizado en gotas diminutas, pase directamente con la respiración a las vías aéreas. De esta forma, el principio activo accede más fácilmente a los bronquios y pulmones y su acción es más localizada, rápida y directa que si se usaran otras vías de administración. Además, las dosis de fármaco que se necesitan son menores, por lo que también se reduce el riesgo de efectos adversos.
La via inhalatoria tiene numerosas ventajas. Los fármacos administrados a través de ella poseen la misma eficacia que los que usan otras como la vía oral o la parenteral. Entre sus ventajas están que consiguen una amplia dispersión y superficie de contacto para la difusión del fármaco, actúan directamente en el lugar de acción por lo que se requiere de menor cantidad de fármaco para alcanzar altas concentraciones, tienen efecto inmediato ya que el inicio de la acción farmacológica es rápido es su duración, satisfactoria y que su absorción sistémica es escasa puesto que se alcanzan bajas concentraciones en el organismo al absorberse, por lo que se minimizan los efectos secundarios.
Pese a esto, el tratamiento inhalatorio tiene también inconvenientes como la frecuencia indebida, ya que los pacientes lo usan demasiado o demasiado poco, el empleo de una técnica incorrecta, ya que una inhalación demasiado rápida aumenta el impacto inercial de las vías aéreas de mayor calibre y como consecuencia el fármaco se pierde en la orofaringe, la tráquea, y no llega a los bronquios. Otros son la mala coordinación en la respiración, la deglucion del fármaco en lugar de inhalarlo y que no se llega a inhalar la dosis recomendada.
Los dispositivos de inhalación deben revisarse regularmente para comprobar su buen estado. Cuando la evolución clínica no es la esperada, se hace necesario que el paciente revise con el médico o el farmacéutico la técnica de inhalación para estar seguro de que es la adecuada.
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