¿Uno o dos animales?

18 de enero de 2019

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Josefina Cao López

 

 

Diprosopía, (del griego di prósopon: “dos afrontado”) es un trastorno que consiste en la duplicación craneofacial. Es una afección poco común que causa la duplicación de la cara y, a veces, de los lóbulos frontales cerebrales. Una malformación congénita muy rara en la que partes o toda la cara están duplicadas en la cabeza.

A esta malformación se le consideró tiempo atrás un hermanamiento siamés, pero no es así. Esta anomalía no se debe a la fusión o separación incompleta de dos embriones, sino que es el resultado de una actividad anormal de la proteína SHH (Sonic the Hedgehog, un personaje de videojuegos). La SHH y su gen correspondiente desempeñan una importante función en la señalización craneofacial durante el desarrollo embrionario, SHH gobierna la anchura de las características faciales y su duplicación, esto ha sido demostrado utilizando embriones de pollo que han dado lugar a pollos con dos picos. Cantidades inadecuadas de SHH pueden provocar un trastorno llamado ciclopía caracterizado por la presencia de una única órbita facial como consecuencia del fallo en la división de la cavidad orbitaria en dos órbitas durante el desarrollo del embrión. La incidencia de esta malformación en los animales es de 1 por cada 16,000 nacimientos, mientras que en el ser humano es 1 por cada 200 abortos espontáneos.

La diprosopía a menudo ocurre en combinación con otras malformaciones congénitas.

Los animales de dos cabezas más comúnmente observados son tortugas y serpientes. Otras especies con incidencias de dos cabezas y que esté documentado su hallazgo incluyen a ganado, ovejas, cerdos, gatos, perros, y peces.

En 1894, una perdiz de dos cabezas fue reportada en Boston, Massachusetts. Un periódico en 1929 estudió la anatomía de un gatito de dos cabezas. Desde la década de 1930 los científicos comenzaron a publicar sobre la disección de tales animales. Siempre encontrar este tipo de ejemplares causa curiosidad e interés tanto por la población en general, así como por la comunidad científica y la sobrevivencia hasta la edad adulta de un animal con dos cabezas se considera un caso sumamente notable, ya que, cuando este fenómeno se presenta en animales, estos rara vez sobreviven debido a las anormalidades de los órganos internos asociados y a anormalidades cerebrales.

Un caso muy famoso fue el del cerdito Dip que llegó a la edad adulta, pero murió de una neumonía causada por la inhalación alimentaria cuando respiró a través de una de sus narices mientras comía con la otra parte.

 

 

También han sido documentados casos de diprosopía en gatos, son los llamados “gatos Janus” como el dios romano bicéfalo, tenía dos caras mirando hacia ambos lados de su perfil. Janus era el dios de las puertas, los comienzos y los finales. Por eso le fue consagrado el primer mes del año (que en español pasó del latín Ianuarius a Janeiro y Janero y de ahí derivó a Enero). Como dios de los comienzos, se lo invocaba públicamente el primer día de enero (Ianuarius), el mes que derivó de su nombre porque inicia el nuevo año. Se lo invocaba también al comenzar una guerra, y mientras esta durara, las puertas de su templo permanecían siempre abiertas; cuando Roma estaba en paz, las puertas se cerraban. Janus no tiene equivalente en la mitología griega.

El gato Frank y Louie es el gato más longevo que ha sobrevivido con dos caras: 12 años sin perder su “gatunidad”, cuando cumplió esta edad en el 2011 fue incluido en el Libro Guinness de los Records como el gato Janus más longevo de la historia, en el 2014 murió con 15 años. Tenía dos bocas, dos narices y tres ojos, un esófago funcional y una tráquea. Y un sólo cerebro, por lo que las caras reaccionaban al unísono en asombrosa compenetración.

Es difícil dibujar la línea entre qué se considera “un animal con dos cabezas” o “dos animales que comparten un mismo cuerpo”.

 

 

Recordemos que… “la Naturaleza inspira, cura, consuela, fortalece y prepara para la virtud al hombre”. Sólo hay un modo de que perdure: respetarla y servirla.