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Una entrevista concedida por Marta Jiménez Oropesa en los inicios de su labor artística

16 de marzo de 2013

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Para los lectores de nuestra sección incluimos hoy una entrevista que Marta Jiménez Oropesa (La Habana, 25 de noviembre de 1919) concediera en los primeros tiempos de que quehacer artístico al periodista Armando Maribona, quien la publicó en el “Diario de la Marina” el 18 de diciembre de 1938, fecha en que ella se presentaba por primera vez en un teatro habanero.

Marta Jiménez Oropesa es una chiquilla simpática y de clara inteligencia. No, no se trata de contar un cuento, ni de descubrir un prodigio inédito. Ya ella se presentó como recitadora y como actriz en tres ocasiones, bajo la dirección de Pedro Boquet, dos en el Círculo de Bellas Artes y una en Guanabacoa.
Gustó. Sabe enfrentarse con el público, imponer su talento y su gracia y merecer los aplausos que le tributan. Lindo rostro de cubanita, figura ágil, voz firme, memoria… y mucho temperamento que Dios le dio por añadidura..
Hoy se presenta por primera vez en un teatro —Encanto, 10 de la mañana— y para un público más público que el un tanto familiar y cotidiano del Círculo. Queríamos saber qué piensa y siente en los momentos previos a profesionalizarse; si sentía temores, cuáles son sus proyectos, y fuimos a visitarla anoche.
Temimos encontrarla en reposo, a media luz, murmurando los versos de su programa, preocupada, temerosa. Todo lo contrario: charlaba animada y alegremente con una señorita y un joven. ¿Temas? De todos menos del recital. Comentaban del último número de la revista Sirena, de la cual Marta es director, administrador, redactor, emplanador, corrector de pruebas y agente de anuncios: una revista juvenil, deportivo-social, con firmas de futuro….
(“ Quien lo hereda no lo hurta”, pensamos. A sus años tales cosas hacía también su padre, nuestro jefe de redacción, Bernardo Jiménez Perdomo.)
Entrelazados con el diálogo general fuimos deslizando algunas preguntas. Marta responde con rapidez, atendiendo a esa forma de conversación por partida doble o triple que entrecruzan los cubanos y especialmente las cubanas, que para sostenerla precisa gran agilidad mental. Ella nos aconsejaba:
—No se dedique a la recitación… No den recitales; cuesta mucho trabajo organizarlos, colocar las entradas, interesar al público. Yo he tenido la suerte de que me han ayudado mucho los cronistas sociales y teatrales. Con tal de que haya quince filas de lunetas llenas, me conformo….
—¿Quién te confeccionó el programa? —le preguntamos al leer la lista de poemas elegidos, todos de famosos autores, con nueve primeras audiciones.
—Verán ustedes; para mí es materia muy difícil porque muchísimas composiciones me gustan para [ser] leídas, otras para [ser] recitadas y de estas un gran número no podría yo interpretarlas, porque no me veo declamando sino lo dramático, lo sentimental y lo descriptivo.
Lo cómico me va bien representado, por eso doy un monólogo en andaluz, de ese género, al final. Después de leer, clasificar y separar, procediendo por eliminación, del resto mi profesor Pedro Boquet me formó el programa, cuidando de que no haya dos composiciones seguidas del mismo tono. Además, si me aplauden, daré como encore unos versos míos, de lo poco que he compuesto…
—¿Poetisa también?
—Eso de ser poetisa es algo de gran responsabilidad; exige más facultades y cultura que la recitación… Ahora, que una poseía la hace cualquiera, como cualquiera hace una caricatura y esto no significa ser caricaturista En periodismo amateur si he laborado bastante. Me gusta hacer interviews. Pero yo no he estudiado literatura, sino otras cosas menos poéticas….
—¿Por ejemplo?
—Pues soy taquígrafa, mecanógrafa, tenedora de libros…
—¿Números? Exclamamos más que preguntamos.
—Sí, números. Me gustan mucho… y conste que haciendo versos no cuento ni con los dedos; o me suenan bien no me suenan bien; o los conservo o los tiro al cesto. ¡Y el pobre cesto los recibe casi todos!
—Bien, y ¿qué te gustaría ser? Es decir: ¿a qué te gustaría dedicarte?
—Al teatro o al cine. Yo creo que la recitación es sólo un aspecto del arte teatral, como la caricatura un aspecto del arte pictórico. Estimo que sólo los caricaturistas creadores pueden ser considerados “artistas” y los recitadores capaces de hacer creaciones de sus interpretaciones, merecen ser considerados “artistas”. Yo recito; pero no para ser únicamente recitadora, sino para intercalar esta actividad con la teatral. Y en el cine me gustaría hacer papeles cómicos, de mucho movimiento; pero no sé si soy fotogénica y si mi voz registrar bien.
—¿Por qué no tratas de que te hagan un “test”?
—Pues porque entre mis muchos defectos tengo el de ser un poco tímida; no me atrevo a ir a pedir nada a ninguna parte. Pero no tengo prisa; me queda mucho tiempo por delante…
—¿Segura del éxito?
—Segura de mi misma. Ahora de si gustaré o no al “respetable”, mañana lo veremos.

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