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Un poco de historia (VI)

4 de septiembre de 2015

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Georg Friedrich Händel

Georg Friedrich Händel

Como expresé en mi comentario anterior, durante el período Barroco se valoraba mucho el virtuosismo vocal; es decir, las “acrobacias” que hicieran con su voz los cantantes de ópera, y esta tendencia se extendió a la música instrumental, lo que puede comprobarse escuchando, por ejemplo, los Conciertos para violín solo de Antonio Vivaldi. Otra característica de la música durante esta etapa es que los compositores partieron de un principio surgido en el siglo VI y conocido como stile concertato, mediante el cual varios solistas contrastaban con la orquesta, lo que provocó que se estableciera una diferencia entre la música vocal y la instrumental. Así, esta última llegó a alcanzar gran importancia, pues se comenzaron a explotar las posibilidades de cada instrumento, lo que exigía un esfuerzo cada vez mayor a cada intérprete.
En cuanto a los instrumentos, el violín era muy importante; no olvidemos la orquesta creada por Jean Baptiste Lully en la corte de Luis XIV (el Rey Sol), integrada por veinticuatro violines. Pero el clave y el órgano se convirtieron en una especie de “reyes”, para los cuales se crearon obras inmortales como “El clave bien temperado” (para clave) y “El arte de la fuga” (para órgano), de J. S. Bach. No obstante, la música vocal mantuvo un alto grado de preferencias y compositores como G. F. Händel -quien creó obras instrumentales de gran importancia- alcanzó la cúspide del éxito con sus oratorios, entre cuyos títulos ocupa un lugar sin precedente el “Mesías”. Fueron Bach y Händel, las figuras más relevantes del período Barroco quienes, además, eran magistrales intérpretes del órgano y el clave. En cuanto a Bach, se le considera “el padre de la música, porque estableció los fundamentos de la técnica y formas musicales desarrolladas con posterioridad, y perfeccionó la fuga, la cantata y el preludio corales, la pasión, la misa, la suite, el concerto grosso y la toccata.
Además de los compositores mencionados, hubo otros importantes en el período Barroco, entre los cuales no puedo dejar de mencionar al italiano Claudio Monteverdi que, además de madrigales, creó la ópera “Orfeo”, de gran significación histórica, y algunos oratorios. George Philipp Telemann antecedió a Bach en la Iglesia de Santo Tomás de Leipzic como maestro de capilla, y creó decenas de oratorios y óperas.
No puedo dejar de referirme al sacerdote Antonio Vivaldi quien, además de compositor, fue un excelente violinista. Aunque su obra más conocida es “Las cuatro estaciones”, escribió más de doscientos conciertos para cuerdas y unas cuarenta óperas.
En mi próximo comentario me referiré al denominado estilo galante, una especie de transición entre el período Barroco y el Clásico.

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