Tomar los medicamentos de forma saludable

30 de abril de 2019

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Diana García García

 

 

Contrario a lo que muchos piensan, los medicamentos no son inocuos. Igual que reportan beneficios al ser administrados, siempre existe el riesgo de que junto con los efectos curativos deseados, puedan ocurrir otros efectos adversos que afecten la salud del paciente.

Es así que, ingerir medicamentos siempre conlleva riesgos y esto se amplifica cuando se abusa de ellos, se toman de forma inadecuada o se conservan inadecuadamente.

Lamentablemente, los errores o el consumo inadecuado de los medicamentos son más comunes de lo que se pudiera pensar. Para administrar los medicamentos de forma saludable es preciso cumplir con pautas básicas que hacen la administración segura y efectiva.

Una pauta muy importante es nunca alterar  la forma farmacéutica del medicamento, ya que esta funciona como vehículo para que el principio activo pueda llegar al sitio de acción y ejercer su efecto. Cuando la forma farmacéutica del medicamento es alterada, se le impide al medicamento funcionar correctamente. Es por esta razón que las tabletas y las cápsulas no se deben triturar, abrir o disolver, o que las soluciones líquidas o inyectables no se deben congelar, por solo mencionar algunos ejemplos.

Otra recomendación imprescindible es conservar el medicamento según las instrucciones del prospecto o rotuladas en el envase. Los medicamentos que deben almacenarse entre 2 y 8°C necesitan ser refrigerados, pero nunca pueden colocarse en el congelador ya que resultarían dañados. Si está indicado conservarlos a temperaturas inferiores a 25 o 30°C, es señal que se debe prestar atención a la temperatura del ambiente. En casos como estos, mientras se encuentren en el hogar, deberán ubicarse en lugares frescos, alejados de fuentes de calor y, en dependencia de la época del año, preferentemente en espacios con climatización.

Muchas personas acostumbran a recomendar medicamentos a sus familiares y amigos. Esta es una conducta muy peligrosa si de uso saludable se trata. No se debe olvidar que todos los medicamentos pueden producir efectos adversos. Es así que, dependiendo del estado de salud, un mismo medicamento se puede comportar de forma diferente en dos personas distintas. Por ello, lo más correcto es no recomendar medicamentos a otras personas, ni aceptar las recomendaciones que recibamos.