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Todas las preguntas que podemos y debemos hacer en la consulta médica

6 de noviembre de 2015

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Como ya hemos dicho, una pregunta formulada a tiempo puede evitar errores y problemas en el futuro, y cuando de medicamentos se trata, esta máxima cobra especial veracidad.
Para un paciente, las incertidumbres sobre su enfermedad o sobre el tratamiento impuesto pueden repercutir notablemente en su evolución o curación definitiva. Es por ello que antes de abandonar la consulta del facultativo, el paciente debe despejar todas sus dudas y solo marcharse cuando no le haya quedado ninguna preguntar por hacer.
Este interrogatorio de “seguridad” del paciente a su médico puede ser tan amplio como amplias sean sus interrogantes. Como la memoria o el tiempo disponible pueden ir en su contra, lo más aconsejable es llevar una lista para que ningún tema quede en el olvido.
Para ayudar en esta tarea recomiendo este cuestionario, suficientemente general, que seguramente cualquiera podrá luego adaptar a sus necesidades particulares. Entre las preguntas más importantes incluyo las siguientes:

• ¿Cómo se llama el medicamento?
• ¿Para qué afecciones se indica?
• ¿El nuevo medicamento reemplaza algún otro medicamento que ya estoy tomando?
• ¿Cómo debo tomarlo y con qué frecuencia?
• ¿Tomarlo tres veces al día significa hacerlo con las tres comidas principales del día o cada 8 horas?
• ¿Es preciso tomarlo hasta que se agote o puedo suspenderlo cuando mejore?
• ¿Por cuánto tiempo debo tomar el medicamento?
• ¿Una vez concluido el tratamiento debo iniciar un nuevo ciclo?
• ¿Cuándo comenzará a hacer efecto el medicamento y qué señales indicarán que está siendo efectivo?
• ¿Qué problemas o efectos secundarios se pueden presentar?
• ¿Cuándo debo informarlo?
• ¿Qué hacer si ocurren?
• ¿Qué alimentos, bebidas, medicamentos o actividades debo evitar mientras esté tomando el medicamento?
• ¿Qué puede suceder si olvido tomar una dosis?

Todas estas preguntas deben ser respondidas por nuestro médico, y, además, es recomendable completar nuestra averiguación personal leyendo el prospecto del medicamento detenidamente, pues en él también aparece información que puede ser de mucha utilidad para emplearlo de la forma más segura.

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