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Teresa Berganza

7 de junio de 2022

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¡Teresa Berganza en La Habana! He ahí una noticia que conmocionó a los amantes del arte lírico en Cuba, quienes por fin veían materializado un anhelo de muchos años.

La prensa del día 20 de marzo de 2003 dio la noticia de que la célebre mezzosoprano había arribado y se disponía a dar un concierto único el sábado 22, en el Gran Teatro de La Habana.

“Se trata de una voz altamente cotizada en los escenarios operáticos, donde se le tiene como una de las más brillantes intérpretes mozartianas de todos los tiempos. Pero también habría que hacerle un monumento por su sensible manera de encarar el repertorio lírico español”, apuntaba el crítico Pedro de la Hoz en las páginas del diario Granma.

El concierto tuvo que ser aplazado porque la artista sufría de una molesta gripe que requirió de atención y no fue hasta el día 31 de marzo cuando se produjo la ansiada función, en el escenario habanero ya citado, pues, según ella misma declarara, “me ha gustado mucho estar aquí y en este momento, faltaba este teatro en mi currículum”.

El repertorio que se escuchó en su voz incluyó obras de Vivaldi, Scarlatti, Handel, Rossini, Guridi, Granados y Falla. Por cierto, se extendió media ahora más allá de lo previsto porque la diva se esmeró en dejar un recuerdo especialmente grato y no reparó en ceñirse al tiempo y además, porque los aplausos y vítores se prolongaban por varios minutos.

“Vivimos en un mundo en el que pasan cosas tan feas que quiero dedicar este concierto a la paz”, dijo

En plena madurez, sonriente y en posesión de todas sus potencialidades expresivas, Teresa Berganza —acompañada al piano por la maestra Pura Ortiz— se mostró vital y emocionada.

“Sabe dominar de forma elegante la compañía provocadora de ese amante exigente que es el público” escribía la periodista Sahily Tabares para las páginas del semanario Bohemia.

Madrileña, nacida en 1936, Berganza hizo estudios en el conservatorio de esa capital, primero de piano y después de canto. En 1954 ganó el primer premio del conservatorio, y al año siguiente debutó. Poco tiempo transcurriría antes de iniciar una gira por Portugal, Francia, Italia, Austria y Alemania. En 1991 se le otorgó el Premio Príncipe de Asturias de las Artes, y en 1995 se convirtió en la primera mujer que alcanzó una plaza en la Academia de Bellas Artes de San Fernando.

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