Susana Rinaldi

10 de mayo de 2013

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Leonardo Depestre Catony

Susana Rinaldi es la embajadora del tango argentino. La Tana, según se la conoce, ha cantado toda una vida, se ha presentado en los más diversos escenarios y merecido multitud de premios internacionales. La Habana no le ha sido ajena, en especial durante el año 1985, cuando se presentó al público cubano y dejó la huella del buen hacer entre un auditorio que, mucho atrás, escuchó cantar a Hugo del Carril y a Libertad Lamarque, entre otras voces importantes del repertorio argentino del género, y no presenció a Carlos Gardel porque el infausto accidente de Medellín truncó sus planes de visitar La Habana.
Sin embargo, otra visita, también de 1985, en los meses de noviembre y diciembre, la trajo a la capital cubana: el II Encuentro de Intelectuales por la Soberanía de los Pueblos de Nuestra América, que convocado por Casa de las Américas reunió a personalidades de diversas disciplinas para que expresaran sus preocupaciones sociales, aspiraciones y críticas acerca del panorama socio político de entonces.
Al conversar para la revista Bohemia (edición del 6 de diciembre de 1985) declaró:
– Hay algo importante que debemos decir en este Encuentro, y es cómo la música ha sido utilizada para aplastar la soberanía de nuestros pueblos. Y me explico. Inglaterra, por ejemplo, hace años logró imponer la música que debían consumir los pueblos latinoamericanos. A partir de esa invasión foránea en esta manifestación, hasta nosotros hemos cometido la aberración de concebir un “rock” nacional, que se me ocurre pensar que es uno de los disparates más grandes que en nuestra historia se ha realizado.
Rinaldi recibió en La Habana el Premio “García Lorca”, que se le entregó en reconocimiento a su labor artística.
En los inicios actriz, Susana comenzó relativamente tarde su carrera profesional de cantante de tangos, en 1969 (nació en 1935, por tanto a la edad de 34), cuando ya tenía una larga carrera en la radio, la televisión, el cine y el teatro. Su carrera de cantante, en adelante, ha sido decisiva en su vida y le ha deparado los mayores resultados. En 1975 presentó su primer espectáculo unipersonal, Dale nomás, en el teatro Embassy, de Buenos Aires y al año siguiente se presentó en París, en lo que constituyó un significativo éxito internacional. Las actuaciones en Estados Unidos, América Latina, Europa toda e Israel convirtieron a Rinaldi en una suerte de embajadora de la música rioplatense.
Activista de los derechos humanos, en el período de dictadura militar en Argentina tuvo una larga permanencia en Francia, al cabo de la cual regresó a su patria con la idea y el proyecto del tango-show, una innovación dentro del tratamiento del género.