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“Soy una militante del planeamiento participativo”

27 de junio de 2017

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Así se autodefine la arquitecta ecuatoriana Mónica Moreira, quien profesa amistad y admiración por el proyecto de rehabilitación integral del Centro Histórico de La Habana, sentimientos demostrados con su participación reiterada en el encuentro internacional sobre Manejo y Gestión de Centros Históricos que cada año organiza el Plan Maestro de la Oficina del Historiador.

“Este es uno de los eventos más importantes del mundo sobre los debates actuales acerca del patrimonio, siempre están actualizándose como evento por una parte, y por la otra, mostrando la experiencia –para nosotros tan importante y referente– de la Oficina del Historiador de La Habana y a través de ella de la red de oficinas de ciudades cubanas patrimoniales”, dijo la experta.

Sobre el aporte del encuentro de manejo y gestión a los participantes, la consultora internacional en temas afines a los centros históricos asegura: “Siempre nos llevamos más de lo que traemos, porque cuando pasan dos o tres años que no has venido al encuentro y luego vienes pues ves todo lo que se sigue concretando y realmente va rebasando las realidades. Tienen la virtud, tanto el Plan Maestro como el evento, de plantearse no solo una planificación teórica, también puedes ver que lo que se está hablando es lo que está ocurriendo en las calles de La Habana Vieja. Entonces eso es fantástico”.

En la última edición del encuentro Moreira intervino en el panel dedicado al planeamiento participativo, tema de su preferencia: “Yo soy una militante de ese tipo de planeamiento y, aunque mi profesión es la arquitectura, mi experiencia no es mucha en restauración, mi diario accionar es en la gestión del patrimonio de Quito, tanto como habitante de esa ciudad, como integrando los colectivos que ahí se plantean hacer gestión”.

 

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Mónica Moreira trajo a Manejo y Gestión el concepto de la gestión de la cotidianidad: “pienso que la participación debe pasar de ser intermitente –cuando ocurre un evento en una instalación o se convoca a apreciar un espectáculo en ella– a un uso más cotidiano del patrimonio”. Piensa, asimismo, que el uso cotidiano del patrimonio no debe ser algo espontáneo, debe inducirse.

Y desde el Palacio del Segundo Cabo, donde se realizaba el XV Encuentro Internacional sobre Manejo y Gestión de Centros Históricos, puso el ejemplo de cómo un ciudadano puede apropiarse de los edificios patrimoniales, más allá de la convocatoria a eventos puntuales. “Aquí tenemos estos maravillosos edificios donde estamos hablando ahora mismo y que tienen un uso eventual como su nombre lo indica, podrían tener un uso que agrande en cierto modo el uso del espacio público, podría ser mucho más público, no necesariamente para actividades dirigidas sino para descansar, almorzar en el patio, para que los debates ciudadanos se produzcan en estos espacios que lo llenarían de contenido”.

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