¿Son seguros los medicamentos?
8 de mayo de 2015
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Esta es una pregunta que todos nos hemos hecho en algún momento y responderla requiere hacer algunas reflexiones. Como es bien sabido, la seguridad de los medicamentos es un punto crítico para aprobar la salida al mercado de cualquier fármaco. Los ensayos clínicos, desde sus fases más tempranas, evalúan rigurosamente la seguridad, y como colofón, una vez aprobado el medicamento, estando ya en la etapa de comercialización, continúan monitoreando la seguridad en busca de eventos adversos que no pudieron ser descubiertos anteriormente por las propias limitantes de estos ensayos cuando se realizan en las fases previas a su utilización en la práctica clínica habitual.
No obstante, aún cuando los medicamentos que se comercializan han pasado el filtro de la “seguridad”, esta puede ser relativa, pues no es raro que al cabo de diez años de utilización un medicamento muestre determinada reacción adversa nunca antes descrita, que haga necesaria su salida del mercado.
Todo lo anterior hace válida la afirmación de que ningún medicamento es cien por ciento seguro. Es por esta razón que el único modo de atenuar esta incertidumbre es la de usar los medicamentos de forma segura. De ahí que con el propósito de potenciar la seguridad, el médico antes de prescribir cualquier medicamento debe considerar la importante relación “beneficio-riesgo” y luego corresponde al paciente aprender a usar los medicamentos con seguridad. Algo que en su marco de acción, casi siempre significa “con disciplina”.
No hay que olvidar que aún cuando la finalidad de los medicamentos es la de curar o aliviar, estos pueden llegar a hacernos daño si alteramos la dosis o mezclamos medicamentos que no pueden combinarse. Solo por estas causas muchas personas resultan afectadas cada año, algunas de gravedad, por tomar medicamentos equivocados o por no tomarlos de la manera correcta.
Si su interés es obtener los mejores resultados, mi mejor recomendación es que sea disciplinado al emplear medicamentos. Evite siempre automedicarse y en su lugar, colabore con el equipo de salud que lo atiende brindándole información y también solicitándola. De este modo será capaz de usar sus medicamentos de la forma más segura posible.
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