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¿Son enemigos la lealtad y la competencia?

7 de octubre de 2016

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Es un tema polémico el que les traigo hoy porque las opiniones están divididas, y si ahora hiciéramos una encuesta estoy segura de que encontraríamos respuestas contrarias, ya que hay quienes opinan que son antagonistas, enemigos. Para competir hay que asumir el riesgo de combatir a los otros que trabajan en el mismo campo; compiten por un puesto de trabajo, por el amor de una mujer, y en cualquier otro aspecto de la vida en el que queremos ser nosotros los que triunfemos y los argumentos que escucharíamos estarían en el amplio margen de que “todo vale”. Esto implica claramente la trasgresión de reglas, valores y hasta de leyes, así como estarían los más moderados, y creen que “poner alguna zancadilla” no es tan malo y para ganar vale la pena ese tipo de “ayudita”. Incluso los menos agresivos dirían que no llegarían a tanto, pero se puede, por ejemplo, no avisarle al otro del cambio de una reunión y aunque todas apuntan a la enemistad entre lealtad y competencia, no son iguales.
Por otra parte, y en una posición diferente también estarían los que contesten lo contrario y apuesten por un triunfo basado en la lealtad, y el argumento que más he escuchado es que “vencer en buena lid tiene un mejor sabor” y estos son los que creen que ganar con mentiras y traspiés suelen tener un mal final, y si no es así, por lo menos puede traer problemas como crearse enemigos, convertirse en una persona poco confiable, entre otros. Creo que hoy en día prevalecen ambas posturas en cualquiera de los campos de la vida, ya sea en lo amoroso, familiar, laboral, etc.
Sin embargo, hay una fuerte tendencia –que cada día tiene más influencia– de considerar que la lealtad es un requisito indispensable en la competencia, lo cual me parece que no solo es saludable para las relaciones interpersonales (algo muy importante porque somos seres sociales que necesitamos de los otros para vivir), sino que es imprescindible para lograr el verdadero éxito, ya sea en obtener una plaza laboral, para que los hijos nos respeten y mantengamos la autoridad, que para lograr la estima de un vecino. En cualquiera de estos ejemplos que he puesto, como en los miles o millones de casos que nos pueden ocurrir o en los que estamos inmersos, no se puede obtener algo sin la ayuda de las demás personas. En la vida es muy importante crear aliados, amigos, amores y evitar el hacernos enemigos, porque en cualquier tipo de competencia es necesario compartir ideas, intercambiar conocimientos e incluso ayudar al que está haciendo algo incorrecto para que mejore y pueda entrar en la competencia en mejores condiciones porque todos vivimos en grupos humanos, no somos solitarios Robinsones Crusoe, por lo que el intercambio y la ayuda hay que ponerla en práctica siempre.
En este punto hay quienes se están preguntando si los que les digo no es algo un poco ingenuo y es lo que yo creo personalmente, pero les contesto no a las dos cosas, ya que ni es ingenuidad, ni es lo que yo creo, sino es uno de los argumentos más sólidos que se manejan en la actualidad en el mundo científico y que se aplica –como ya les dije– en todas las esferas de la vida. La razón de esta postura es que también el concepto y las aplicaciones de lo que es la competencia hoy día ha cambiado rotundamente y ya no se le considera como parte de una pelea entre enemigos, sino el desarrollo y la demostración de las cualidades, aptitudes, conocimientos de las personas en la consecución de una meta, y ¡muy importante! con la ayuda de otros, lo cual lleva implícito también y necesariamente el aceptar que hay otros mejores que nosotros y que la derrota es parte de la vida y nos trae aprendizaje.
Lo que sí creo que es ingenuo entregar las propias armas personales y dejar que otros se las atribuyan, lo cual puede pasar si convivimos o trabajamos con los que sí creen en la competencia encarnizada y en el ventajismo. Esto quiere decir que si estoy –o cualquier mujer– interesada en un hombre, no le voy a decir a otra que también lo desea, pues cosas específicas de sus gustos y tipos de conversaciones que les agradan, por ejemplo, porque es bueno ser leal y ganar porque tenemos las cualidades que se requieren, pero ¡No hay que exagerar!

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