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Síntomas para detectar adiciones

26 de julio de 2013

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Les habíamos prometido comentar acerca de algunas señales o síntomas que nos pueden alertar no solo a nosotros mismos, sino a la presencia de adiciones en un hijo, un hermano, un compañero de escuela, un vecino o cualquier amiguito o persona cercana a nosotros.
Estos síntomas pueden ser físicos, emocionales, relacionados con la familia, con la escuela o con problemas sociales.
Veamos primero los físicos, y es cuando observamos la presencia con una marcada frecuencia de fatigas, cuando hay problemas al dormir o comenzamos a observar quejas continuas acerca de su salud, ojos enrojecidos y sin brillo y una tos persistente.
En cuanto a los de índole emocional, ya se observan cambios de comportamientos y de esa personalidad en proceso de formación y de consolidación en estas edades, además de cambios injustificados de humos, lo mismo irritabilidad que el paso a una gran euforia, la presencia de comportamientos irresponsables, y manifestaciones que nos hablan acerca de una ausencia casi total, para no ser absolutos de auto amor, de ese amor propio o de la llamada autoestima, y una presencia permanente de comportamientos faltas de juicio, irresponsables, y ese aislamiento muy característico no solo de sus iguales, sino de la familia y de todas aquellas personas cercanas afectivamente hasta el momento. Un síntoma muy peculiar es la falta de interés ante la vida y ante todas las acciones y manifestaciones de vida.
En el plano de la familia, en el contexto del hogar, hay una casi permanente desobediencia, rebeldía incontrolable, no ajuste a las normas establecidas en el hogar y la familia, lo mismo hay retraimiento que unas relaciones centradas o caracterizadas por la violencia o ese aislamiento y desinterés por todo lo relacionado con el funcionamiento familiar y del hogar.
En la Escuela se presenta un: interés decreciente, acompañado de una actitud y una aptitud negativa, baja el rendimiento escolar lo cual se manifiesta por calificaciones bajas, ausencias frecuentes, no cumplir con las tareas de clases y los problemas de disciplina que se hacen por días mas graves.
Por último y no por ser menos importantes, los problemas sociales, como es la integración a grupos de adiciones, verse envueltos en problemas con la ley, robos que comienzan en la propia casa para poder adquirir las sustancias aditivas, y un abandono en el aspecto físico, en el vestir, en el cuidado de la apariencia personal, y esto es motivado porque no hay otros incentivos, solo el de la adición.
Algunas de estas señales de aviso pueden también ser señales indicativas de otros problemas emocionales, por ello, cuando nos percatamos de ello, cuando lo observamos en alguien afectivamente ligado a nosotros, hay que acercarse aunque nos resulte difícil y convencerlo de asistir a la búsqueda del tratamiento especializado, y si somos nosotros mismos, aprovechar ese momento de lucidez que nos puede venir en un momento determinado y urgentemente buscar esa ayuda, sea en nuestros padres, familiares, amigos, vecinos, confesores, o en cualquier persona que sabemos nos podrá ayudar a encontrar el camino adecuado.
No es menos cierto que cuando ha habido una educación y una prevención con relación al tema es mucho mas difícil que se den estas situaciones, pero también conocemos y comprendemos que no todos los hogares, no todos los maestros y no todas las personas adultas sienten o comprenden la importancia de estas acciones preventivas, pero dentro de todo esto, siempre habrá alguien a quien acercarnos y acudir, lo importante es comprenderlo a tiempo para buscar la información necesaria, con la misma intensidad con que en otros momentos buscamos una información sobre un tema cultural, deportivo o social que nos ha motivado. Aquí es donde esta el secreto, ante las dudas, ante cualquier inquietud o curiosidad, antes de probar, buscar información en laS experiencias de los adultos, de los especialistas, o hasta de cualquier amigo que sabemos que nos dará las mejores razones e informaciones para no caer o salir de la adición. Prevenir es lo importante, pero si ya estamos en ello, buscar la ayuda, porqué a tiempo siempre encontraremos vías de atenuación o de solución del problema.
Un mensaje final, y en esta oportunidad, los no adolescentes, vamos a ponernos en su posición, en esa edad que todos hemos vivido y tú, si estás en ella, debes tener algunas consideraciones presentes, la primera, amar al colectivo de iguales o grupo de pertenencia si en realidad lo merece, sino, esperar a encontrar el ideal, pero también que nuestros padres y adultos cercanos lo reconozcan y lo amen tanto como nosotros, y tener siempre muy presente, que aún en aquellas situaciones que nos puedan parecer imposible su solución, nunca la adición será la respuesta ideal, porque con la adición solo evadimos el problema, no lo resolvemos y cuando regresamos de sus efectos, continúa allí presente el problema y entonces, buscamos de nuevo la evasión y así se va formando la adición. No olvidar nunca esta máxima que comparto contigo y que quiero que todos llevemos siempre presente: Lo importante no es lo que la vida nos hace, sino lo que hacemos con lo que la vida nos hace. Nos vemos en otro momento.

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