ribbon

Sindo Garay y su Testamento lírico

31 de enero de 2023

|

 

Sindo Garay y su hijo Guarionex durante sus años de intensa vida bohemia

Sindo Garay y su hijo Guarionex durante sus años de intensa vida bohemia

 

Desde nuestra sección hoy evocaremos, brevemente, al compositor, cantante y guitarrista a Sindo Garay (Santiago de Cuba, 1867-La Habana, 1968), cuyo nombre completo era Antonio Gumersindo Garay García.

Aún niño compuso su primera obra: Quiéreme trigueña, punto de partida de una fecunda y vasta creación cancionística. Más tarde, recibió clases de guitarra del trovador José (Pepe) Sánchez, e hizo a su lado las primeras actividades artísticas hasta, con el transcurso del tiempo, ubicarse al lado de Manuel Corona, Rosendo Ruiz Suárez y Alberto Villalón en el grupo de los máximos exponentes de la trova tradicional cubana.

Se presentó en Haití, República Dominicana, Puerto Rico y Francia, país este último donde lo invitó a actuar Rita Montaner en 1928. En Cuba trabajó en teatros, radioemisoras, peñas, cafés, bares y cines de un considerable número de ciudades del territorio nacional, aunque desde 1906 sería La Habana su principal plaza de quehacer profesional.

Para estudiosos y personalidades del arte con una rigurosa formación académica resultó inexplicable cómo Garay logró piezas tan perfectas con solo poseer elementales conocimientos de música. Después de escucharlo, Andrés Segovia afirmó: «Este hombre jamás se equivoca al colocar un bajo. Armoniza bien y ¡qué bien se acompaña con esas manos tan pequeñas!». Manuel María Ponce opinó: «El hecho indudable es que Sindo Garay, ignorando hasta las más rudimentarias nociones de armonía, armoniza sus canciones correctamente, empleando acordes y modulaciones que sólo emplearía un músico familiarizado con los secretos del contrapunto y la armonía de los románticos del siglo XIX». Enrico Caruso solo pudo pronunciar la palabra «¡Exotismo!» al oír la música del trovador, y José Marín Varona exclamó: «Se puede pasar de inteligencia a talento, de talento a genio tal vez, pero a fenómeno… ¡Eso es muy difícil!».

Similares elogios recibió de Claudio José Brindis de Salas, que se deslumbró ante los giros melódicos y acordes logrados por Sindo Garay en la guitarra; el poeta andaluz Federico García Lorca lo definió «El Gran Faraón de Cuba»; Eduardo Sánchez de Fuentes le otorgó el calificativo de «El Brujo», pues, según él, sólo así podía justificarse la paradigmática obra garayana.

Sindo trabajó en numerosas radioemisoras cubanas: PWX, Mil Diez, CMBZ, CMQ y la RHC-Cadena Azul, donde en 1946 fue contratado, junto con su hijo Guarionex, para el programa «Canciones en la noche». Hizo numerosas grabaciones discográficas y participó en programas de televisión, tras esta inaugurarse en Cuba. Entre los títulos de su vasto catálogo de compositor se destacaron Mujer bayamesa, Tardes grises, Amargas verdades, La perla marina, Ojos de sirena, El huracán y la palma, Rayos de oro, Guarina, Retorna, Adiós a La Habana

En la entrevista concedida a Carmela de León para el libro Sindo Garay: memorias de un trovador,[1] el gran artista expresa en la parte final de la obra: Un buen día se me ocurrió hacer algo que iba a ser como un testamento, mi Testamento lírico para Cuba . Yo no tenía bienes materiales que dejar a mis hijos y nietos, porque no tenía absolutamente nada. ¿Qué voy a dejar, y a quién? «Para mí Cuba es lo más grande que ha existido en mi vida —me dije—, y a Cuba voy a dejarle en mi testamento lo único y más grande que tengo: mí música, mi trabajo de noventa y dos años como autor». Así fue como nació mi última sindada:

 

Testamento lírico

Yo le dejo a mi patria

de mi alma recuerdos,

porque sé que muy pronto,

ya me espera el incierto, ese oscuro camino, y que estoy

bien seguro que jamás volveré…

Cuando se hable de Cuba

en alegres reuniones,

y se digan canciones

que los hagan vivir,

que recuerden las mías

que sirvieron de guía,

o se busque al momento

algún viejo retrato,

como ahí, en él me dilato,

mientras más que lo miren

más se acuerden de mí…

[1] Letras Cubanas, 1990:

Galería de Imágenes

Comentarios