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Sindo Garay. El trovador más grande (II)

17 de marzo de 2022

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En 1903, de manera accidental, realiza su primer viaje a La Habana. En la capital se le pudo ver deambulando, con su guitarra, por connotados sitios frecuentados por trovadores; entre otros, el histórico Café Vista Alegre, indiscutible enclave de culto para la trova y poetas de principios del siglo XX. De esta etapa datan sus boleros “A Estela”, “Después de veinte años”, “La tarde”, “Horas tristes”, “Yarini”, “Los tabaqueros”, “Labios de grana” y “Habana querida”.

Para estos años, la vida musical en la capital cubana, vive momentos de efervescencia con la presencia de firmas norteamericanas grabadoras de fonogramas, aspecto que retuvo al gran trovador en la capital, donde junto a otros cantadores fue llamado para algunas sesiones de grabaciones fonográficas. De estos programas se recuerdan los discos que atraparon en sus estrías los boleros “Quiero olvidarte, amor de mis amores”,”Impresiones de la vida” y “Ya las hijas de Cuba no besan”.

Luego de un breve retorno a Santiago de Cuba, en 1910, Sindo regresa a la capital cubana para grabar algunos discos con el sello “Victor”; para entonces concibe su célebre criolla “La perla marina”, pieza que en verdad no se estrenaría hasta el año 1913 en una memorable función en el capitalino teatro “Martí”, y luego llevada al disco, junto al bolero “Retorna”, en 1939 por el sello discográfico “Victor”.

Para 1912, la inestabilidad social y política de La Habana, experimenta agudas tensiones surgidas alrededor del reclamo de los negros por alcanzar igualdad de derechos sociales. Estas acciones alcanzaron un tono más candente cuando los negros, bajo las doctrinas del “Partido Independiente de Color”, se lanzan a la lucha insurreccional, acciones que fueron reprimidas de manera brutal y sangrienta por el ejército. Estos dolorosos acontecimientos afectaron profundamente al gran trovador santiaguero, quien de inmediato descargó con su guitarra e inspiración, sentimientos patrios en su creación, de esta etapa resulta su recordada  clave “A Maceo”.

En 1914 Sindo integra el elenco artístico del circo “Pubillones” que se apresta para viajar a México; en este país interactuó con destacados músicos como el célebre tenor Mario Talavera, en funciones que indudablemente marcaron su impronta artística en este país.

A su regreso a La Habana se gana el reconocimiento de destacados músicos de entonces, como los maestros Eduardo Sánchez de Fuentes y José Marín Varona, quienes albergaron un profundo reconocimiento por la obra del gran trovador oriental, hasta llegar a transcribirle algunas de sus creaciones para la editora ”Excelsior Music Co.” .

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