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Sin enojo, hay miedo

4 de octubre de 2013

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Así me decía un conocido que se reconoce como un hombre bastante pacífico, pero al mismo tiempo admite que hay cosas que los hombres no pueden tolerar y hay que responder a golpes rápidamente, y esa palabra “rápidamente” hay que enfatizarla porque su teoría callejera (no utilizo la palabra de forma despectiva, todo lo contrario, sino me refiero a lo que es cultura popular) dice que el prestigio masculino es algo que hay que mantener y si evades un enfrentamiento, estás marcado para toda la vida. Con respecto a esto concuerdo en que hay criterios que rigen las normas culturalmente aceptadas con respecto a lo que “tiene que demostrar un hombre” y dentro de esto y en lugar destacado está la valentía, y es ahí donde comienza la tergiversación de lo que es la valentía, porque se le identifica con violencia, bravuconería e intolerancia, y es tan peligrosa esta creencia que a veces se olvida de establecer límites a la conducta de agresión física, pero al decirle esto el amigo que ya mencioné me decía muy seguro que a los niños hay que enseñarles que no se les pega ni a las mujeres, los más pequeños y los ancianos. Entonces ¿si un niño, joven, hombre no se pelea por ejemplo cuando alguien se burla de él, le dice algo hiriente, es un miedoso? Le pregunté. ¡pues claro! ¡Lo entendiste todo muy bien! Pero al mismo tiempo me preguntaba ¿no es demasiado peligroso andar liado a golpes ante cualquier hecho que parezca agresivo? y me quedé cavilando sobre el mundo masculino ¡y después dicen que las mujeres somos incomprensibles! Sobre este asunto que toda la vida he tenido ante mis ojos, pero al que no le había dedicado suficientes neuronas. Pero sigo estando en desacuerdo con esta conducta que potencia los más primitivos comportamientos humanos, porque en primer lugar la ira y el miedo no son bipolares, o sea, no es cierto que o está presente uno o el otro, y por otro lado, dejarse llevar por los instintos hace que se bloqueen otras formas más humanas y útiles, y puede que hasta más valientes de actuar ante una burla, agresión, desatino. Cuando un miembro del sexo masculino, tenga cualquier edad tiene adecuadas relaciones interpersonales, es eficiente en el desempeño de su actividad escolar o laboral, posee y expresa valores humanos como la lealtad, la solidaridad, la discreción, etc. y muestra valentía en sus posturas, criterios, actitudes en la vida y no es cobarde porque tiene opiniones propias, no permite que lo utilicen, no es manejable, o sea, es una persona que en dependencia de su edad tiene una inserción efectiva y equilibrada a la sociedad, no resulta difícil creer que es capaz de enfrentar las intimidaciones, las agresiones de manera más eficaz que con los golpes. Utilizar argumentos lógicos puede ser una forma eficaz de entendimiento, y sino, también está la ironía, desestimar al oponente o lo que es mejor, desestimar la situación que ha provocado, mostrarse seguro, buscar otros caminos de mostrarle superioridad son algunos “tips” a manejar.  Claro, y repito que no vivo en Marte, por lo que creo que hay barrios y situaciones peligrosas proclives a que la persona tenga que mostrar su valor con peleas, pero también repito que aún cuando en esos entornos, la fuerza física sea necesaria usarla, no excluyo, es más, reafirmo la necesidad que busquemos formas más inteligentes, que a la postre son más humanas de vivir sin miedo, sin enojo y con la dignidad intacta, porque sin dudas al inteligente lo admiran más que al bravucón.

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